Restaurante Lakasa de César Martín en Madrid
Restaurante Lakasa de César Martín
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:
Vino por copas:
Precio desde:
21,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
47 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.4
Comida COMIDA
8.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.2
Foie con trufa
Paloma torcaz asada con su jugo y aroma de vandouvan, cebollitas glaseadas y boletus edulis(media ración)
 Revolconas Adolfo con mollejas de ternera,,sobre la base de un taco de panceta crujiente y setas (media ración)
 Lubina salvaje en laminado y cruda con aderezos de especia de Roellinger (cúrcuma, pimienta y algas).
Coca de setas y sofrito con papada (media ración)
Carpaccio de boletus y amanitas (media ración)
Buñuelitos de Idiazabal (media ración)
Tabla de quesos de Antony
Carpaccio de bonito
Raya con migas y miso rojo
Lakasito
Royal de liebre
Steak tartar
El Bosque Goloso
Vieira a la brasa y pez mantequilla con lardo di colonnata
Terrina de foie caramelizado kasero con tostas
Opiniones de Lakasa de César Martín
OPINIONES
45

El restaurante LAKASA ya no tiene nada que ver con las críticas de 2020. Será por problemas financieros o de algún tipo, pero ahora no es que se coma mal, es que no se come. Es decir, se pasa hambre con las raciones que sirven.

Sigue siendo un local muy agradable, y con un servicio atento y profesional. La carta de vinos cuidada, aunque sólo ofrece un verdejo entre 20 vinos blancos, y en Madrid !!. El Rioja de la casa, El Inquilino, a 24 euros botella.

Pero, llega la hora de comer, y los platos resultan de una escasez cómica. 18 euros de buñuelitos de Idiazábal, dan para 8 trocitos de queso rebozado, tamaño dado. El calamar de anzuelo es un chipirón del tamaño de un encendedor, sobre un poquito de cebolla confitada. Los 36 euros de un Solomillo de Atún, son dos filetes de unos 100 gramos en total, sin guarnición.

A nuestros comentarios salió la chef, que prácticamente se encaró con nosotros y nos dijo que si teníamos hambre siempre podíamos seguir pidiendo.....

Por mi parte, es un local a olvidar hasta que haya un cambio radical.

Segunda visita a esta kasa, nada nuevo que decir , se come y se bebe de maravilla , la cocina es de temporada , de producto de primera y de gran cariño a la hora de la elaboración , sin duda un referente del buen comer en la capital .
Nos obsequiaron con un aperitivo, del que no me acuerdo , de día fue intenso , veníamos de Diverxo , y por eso la opción de medias raciones , gano.
Media de cecina, me gusta mucho, 14€.
Media de carpaccio de lamprea, en esta elaboración me atrevo con este bicho, sabroso, 13€.
Media de los famosos buñuelos, riquísimos, 7€.
No podía faltar otra media de tartar de lubina, 15€, imprescindible, si te gusta la elaboración.
Dos erizos al natural, con puerro pochado y bearnesa, impresionantes, los habíamos reservado hora antes, tomando un vino, sino ni catarlos ….
Una ración de guisantes frescos del Maresme, tendones de ternera, caldo de patata y jugo de la carne 28,8€, estas cosas tan ricas hay que pedirlas cuando tienes ocasión, y es temporada.
Un par de postres, la tarta de queso azul de origen francés, que me encanto la primera vez, 8,7€ y media de mousse de chocolate, 5,5€. también ejecutada con maestría.
Para beber un blanco tinerfeño , los loros , rico , 29€ , un cortado , 2,4€ y un bombón 3,5€ , un total de 153,10€ , sumando los dos por barba de cubierto y pan , 76€ , por persona , bueno el producto y la elaboración son de primera , verdad es que veníamos fogueados , y tampoco pedimos tanto , pero la calidad hay que pagarla , muy recomendable , por cocina , servicio y producto.

Cada vez me gusta más. Una cocina en progresión, un equipo coordinado y amable, y una carta de vinos cada vez mejor. No me extrañan los llenos diarios, a pesar de que ya no abren los fines de semana.

Nivelazo en los platos que hemos podido degustar en esta ocasión.

Entre otras cosas, hemos tomado una tremenda liebre a la Royal, un sorprendente verruguete pibil con crema de frijoles, un meloso tartar de lubina salvaje con tobiko y unas sabrosas albondigas de buey de El Capricho a la carbonara.

Para aconpañar champagne Charlot Tanneux Elia, blanc de blancs, aprovechando que todavía no se han acabado las fiestas.

Un festival!

Cada vez me gusta más. Una cocina en progresión, un equipo coordinado y amable, y una carta de vinos cada vez mejor. No me extrañan los llenos diarios, a pesar de que ya no abren los fines de semana.

Nivelazo en los platos que hemos podido degustar en esta ocasión.

Entre otras cosas, hemos tomado una tremenda liebre a la Royal, un sorprendente verruguete pibil con crema de frijoles, un meloso tartar de lubina salvaje con tobiko y unas sabrosas albondigas de buey de El Capricho a la carbonara.

Para aconpañar champagne Charlot Tanneux Elia, blanc de blancs, aprovechando que todavía no se han acabado las fiestas.

Un festival!

¡Qué malas son las expectativas!

Tenía muchas y muy buenas sobre este sitio al que llevaba un tiempo esperando acudir. No voy a decir que me defraudó, porque no fue así, pero no cumplió como yo había soñado.

Restaurante situado en una pequeña plazuela de moderna construcción en un lateral de Santa Engracia, cerca pero un poco fuera de la calle Ponzano, tan de moda. El local es amplio, muy bonito y elegante, con una gran cristalera. Según entras hay una barra a la izquierda con un pequeño espacio de mesas altas. A la derecha está un salón. Nos sentamos en este, éramos 6 personas (4 adultos y 2 niñas).

Pedimos todo para compartir, en raciones completas o alguna media ración (un punto a favor del sitio, por si vienes solo o en pareja es que puedes pedir todo o casi en media ración). Nuestra cena fue:

– Buñuelos de Idiazábal. En su aparente sencillez se esconden una bolitas rebozadas de queso que son un placer. 11,8 €

– Gambas de cristal en tempura. Jamás había oído hablar de ellas. Unas gambitas muy pequeñas, como quisquillas, y rebozadas muy ligeramente. 13 euros. Etereas. Están bien pero no son espectaculares.

– Lubina en crudo con espuma de manzana. Una especie de ceviche, tartar o tiradito que no acaba, para mí gusto, de funcionar. La manzana le va muy bien pero al ser en espuma queda un tanto floja. Los cortes de la lubina no me gustaron, no son gruesos como un tartar ni finos en láminas como un tiradito o usuzukuri. No lo entendí. No estaba mal, pero a 23,5 euros la ración (pequeña).

– Verdinas con sepia. Plato de cuchara con estas ricas y tiernas verdinas que tan bien acompañan al marisco. Sabroso plato, pero nuevamente algo escaso. 18 euros.

– Pato azulón asado. De los mejores platos de la cena, perfecto de punto y con sabor muy marcado. Eso sí, ración pequeña a 28,5 euros.

– Manitas rellenas de rabo de toro. Otro plato super sabroso, ración correcta pues el sabor es muy contundente y más se puede hacer pesado. 19,8 euros.

– Tartar de gamo. Otra ración escasa que se factura a un precio importante, 28,8 euros en este caso. Bueno, pero para mi gusto demasiado dominado por el hinojo y otras hierbas que tapan el sabor de la carne.

– Por último pedimos una media de lamprea, cocinada al estilo clásico o eso me pareció. Con una salsa contundente que supongo llevaría vino tinto y sangre como es norma y acompañado con arroz aromatizado y verduras. Plato muy contundente y no para todos los públicos. No la había probado antes y me sorprendió. Perdonen por mi paletez, para mí era una mezcla de un atún muy potente con foie, mezcla del sabor a pescado con otros cárnicos más contundentes. Entiendo que es un producto caro y difícil de encontrar en Madrid, pero fueron 19,5 euros por media ración.

No tomamos postre, salvo un helado para las niñas.

La carta de vinos no es demasiado grande pero efectiva, con vinos para casi todos los públicos y con bastantes sugerencias atractivas a precios razonables. Copas a la altura del local, muy buenas. En nuestro caso bebimos:

– Philipe Butin Côtes du Jura Cuvée Spéciale 2011. Un rico savagnin con velo de flor, muy, muy elegante. No lo conocía y estaba soberbio. El mejor vino de la cena. 32 euros.

– Malandro de Orly Lumbreras. Garnacha elaborada en natural en ánforas en Navalmoral de la Sierra, Ávila. Un zumito. Quizás demasiado zumo, pero de trago fácil. 29.5 euros.

– Aleanna El Enemigo Cabernet Franc 2014. Vino de Mendoza, Argentina. Auna potencia y elegancia, perfecto con el final de la comida, con los platos más contundentes. 32,5 euros. Bien de precio.

Nos pusieron el agua sin cobrarnos, buen detalle.

En resumen. Buen sitio, buena comida. Decepcionado con mis expectativas, pero eso es culpa mía. Precios algo excesivos o raciones algo escasas, o una combinación de ambas. ¿Es un sitio al que ir? Sí, seguro. ¿Es un sitio al que repetiría? No lo sé, quizás a una mesa alta a picar algo con una copa de vino.

En total pagamos unos 70 por persona.

Algunas veces nos preguntamos las razones del éxito de un restaurante. Una buena cocina no es suficiente. El diablo está en los detalles y cuando éstos se cuidan, lucifer no aparece. En Lakasa se gestionan con mimo los pormenores que convierten una buena cena en una notable velada. Acogedora ambientación, mesa bien iluminada, agua (del grifo y depurada) nada más sentarte en la mesa que no se cobra, aperitivo inmediatamente después de solicitar las primeras bebidas, flexibilidad en las medias raciones, fueras de carta muy frecuentes con producto de temporada, la cena del niño llega a la mesa en primer lugar tanto en entrantes como en segundos y la amabilidad con la que César Martín Cruz y su equipo trata a todos los clientes. No descubro nada nuevo, pero no extraña que Lakasa registre llenos frecuentes y haya construido una clientela fiel.

En la cocina de Lakasa surgen dos claras direcciones que conviven perfectamente. Por una parte una representación cada vez con mayor presencia de producto de notable calidad a través de preparaciones sencillas de puntos acertados, por otra una culinaria de fondo y guiso, de cacerolas, tiempo y trabajo.

Se comienza con unas gambas de cristal con mayonesa de lima. La fritura tiene un ligero exceso de grasa no deseado que se balancea por las sensaciones ácidas de la mayonesa. Seguidamente unos mejillones bouchot con vino blanco y ajo. Sabroso molusco francés acompañado de una adictiva salsa en las que vino y ajo juegan a equilibrarse.

En esa línea de pureza alrededor del género, se degustan unos sobresalientes berberechos a la brasa repletos de gusto y unas magníficas zamburiñas negras, acompañadas de una picada innecesaria, pero que en boca resultan de sabor profundo y distinguido. Seleccionando y tratando el producto con mucho mimo.

También utilizando las ascuas llega la urta con tomate y verduras. Un sencillo plato con una notable y trabajada salsa de tomate rematada con comino para un pescado musculado y terso presentado en un destacado punto. La simplicidad distinguida.

Se disfruta ampliamente el foie con trufa dulce. Hígado que pasa por el horno para ser rematado en la plancha. El paso por boca es untuoso y ligero, la trufa le aporta un sabor persistente a regaliz que aparece cuando desaparece el de la víscera. Para repetir con pasión este bocado repleto de sutileza.

La contundencia estuvo representada esta vez por el clásico guiso de mollejas con las patatas revolconas de Adolfo. Las patatas son un ejemplo de naturalidad, simplemente ellas con pimentón y aceite consiguiendo a base de mano una textura sedosa. Las glándulas se acompañan de setas, papada ibérica y un fondo muy concentrado de carne con el que se glasean tras su fritura. Un pase gulesco que deja muy buenas sensaciones.

En Lakasa es cuasi obligatorio finalizar con quesos. En este caso, una serie de “Comtés” de  veinticuatro, treinta y seis meses y cuarenta y ocho meses. Hondura creciente y detección de algún cristal en las últimas cuñas debido a la alta maduración. Otro ejemplo de gran mercancía.

La cocina de Lakasa combina los sabores inherentes provenientes de un producto en trayectoria ascendente que apenas se toca (berberechos, zamburiña, urta) con platos de mayor faena en el que sobresalen las salsas como líneas conductoras  (mejillones, mollejas). Se trata de una cocina cuidada, campechana y generosa donde los contrastes y el riesgo casi no tienen presencia.

El éxito de esta casa se basa en el mimo, la atención y el cariño con el que se trata al cliente y en una notable cocina. César Martín Cruz y su equipo humanizan la relación entre comensal, cocinero y empresario provocando que te sientas a gusto y cada vez con más frecuencia se encuentre Lakasa en el grupo de restaurantes a visitar.

Cocina: 7,25

Servicio:7,5

Entorno: 7

RCP: 7

  • Foie con trufa

    Foie con trufa

En una plaza lateral muy tranquila que facilita unas pocas mesas en la terraza para los fumadores, más la barra a la entrada que aún aporta una opción más para conocer la cocina que puede verse al fondo del comedor. Un espacio decorado de forma clásica, con mesas más bien pequeñas y algunas más cercanas que otras en función de los espacios arquitectónicas y del tipo de asientos. La madera está muy presente desde el suelo al techo. Mucho personal de servicio en una sala llena y mucho personal en la cocina con académica preparación lo que produce un servicio esmerado aunque distante... salvado por la presencia del jefe, César, y la "que entiende de vinos" (así la llamó) que se acercó a aconsejarnos.

La carta de vinos es muy amplia y muy variada, mostramos indecisión y comentamos algunas cosas buscando algo de la zona o de Toledo, por lo que Metodyka, en el dia de su santo, nos propone tomar por copas para probar varias cosas, y aún más nos propone compartir la copa en dos medias, para probar el doble de cosas. Irresistible propuesta para nosotros a pesar de que la carta con diferentes vermuts, opciones de cervezas, cocteles y hasta sidra. Arrancamos con Agua Viva (casera y por tanto no cobrada) con y sin gas y un vermut madrileño Zecchini blanco con tonos herbáceos interesantes que se acompañan de unas buenas olivas sobre la mesa, luego llegaría un aperitivo de la casa de cortesía. Un buen pan loncheado blanco, de semillas y de aceite, todos ellos buenos más un buen aceite Esencial.

En la parte de cocina hay muchas opciones todas con planteamientos interesantes presentados en una madera con pinza superior que coge las hojas de la carta, lo que hace pensar que se cambia fácil y por tanto con cierta frecuencia. Un extra aparte con las opciones específicas del día para plantearte más dudas. Mucha indecisión y el propio César al pie del cañón, que toma la comanda (un lujo en los consejos), nos recomienda medias raciones compartidas para conocer más platos. Asentimos sin dudar, y encargamos:

. aperitivo de la casa: patata asada con crema de boniato y huevas: bien presentada

. buñuelos de queso Idiazábal (6) de curiosa forma cuadrada potentes de sabor como esperas, buen rebozado

. fiambre de callos con pipas de calabaza con punto de pimienta negra se presenta un fiambre loncheado de preparación casera

. navaja gallega con cebolleta, al horno con ajo negro y crema de miso blanco: parece un bodegon lleno de formas y colores, pero sin olvidar la textura y el sabor

. lomo de urta gaditana a la brasa con ajada de tomate y una zanahoria: perfecta de punto y bien sabrosa

. steak tartare: con excelente materia prima (carne de vaca vieja y solomillo gallego) y preparación al gusto con tabasco verde y con refuerzo de jalapeño.

. manetas rellenas de rabo estofado: solo decirlo ya te hace pensar que sabor no va a faltar. Crea adicción.

Todos de gran nivel, ración correcta para compartir, buena materia prima y bien preparada, especialmente el steak con una persona especialmente dedicada a ello en la sala yendo de mesa en mesa pues es un plato muy solicitado.

¿Postre? Pues nuevo repaso a la carta, en este caso la parte de postres, que también incluyen sorbetes, helados y ... quesos. ¿Tabla de quesos franceses y unos vinos de psotre? ¿Alguien se puede negar?. Quesos servidos con su información escrita incluyendo mapa de ubicación, para no perder detalle, y fueron:

. Louvie Juzon "Fermier": de leche cruda de cabra, un mes afinado, de corteza natural, textura firma con sabor de bosque mojado y salado

. Gruyere de guarde: de leche cruda de vaca, 32 meses afinado, de textura dura y rústica, con sabor a avellana

. queso Livarot de leche cruda de vaca, 3 meses afinado de textura blanda y ramas de juncos de sabor potente, salado a cuero y establo

. queso Roquefort "artesanal" de leche cruda de oveja con textura blanda y dorado con 6 meses de afinado, de sabor ahumado y potente

Los vinos fueron capítulo aparte. Traidos y servidos en medias copas, comentados a pie de mesa y buscando vinos poco conocidos y con buena relacion calidad/precio; conocimos:

. Cos Pés 2016: un albariño seco poco afrutado, con nariz de albaricoque verde, acidez ajustada y buena intensidad

. Les vignes de Bila-Haut, un Roussillon de Chapoutier: más claro y ligero casi transparente y perfumado

. grand vin blanc du Château La Grâce Fonrazade 2015: un sauvignon de Burdeos bien bueno de precioso color oro y limpio

. garnacha  Con viento fresco 2015: una garnacha ligera, de gama baja, muy sencillo pero bien hecho

. garnacha de Gredos 2016, un vino de parcela: también garnacha de elaboración fresca, de trago largo y amable que evita poner freno a seguir de vinos

. Tokaj Disznoko 4 puttonyos: no por menos conocido, menos interesante para acompañar un buen queso

. el maestro Sierra un oloroso Xerez de 15 años: más arriesgado y más interesante

. por cortesía para rematar un PX 1927 de Pedro Albalá: final dulce para acompañar un buen café.

Nos llevamos un souvenir: compra de queso en la barra de una porción del queso que más nos gustó; eso sí caro, caro... Y nos quedamos con ganas de volver.

 

Habia ido hace mucho tiempo al anterior local de donde sali con una buenisima  impresion por lo que sinceramente mis expectativas eran altas teniendo en cuenta las buenisimas  criticas y los llenos totales que tiene el nuevo restaurante.

Comida para 3 previa reserva de dias antes para un dia laborable al mediodia. Lleno total, con barra y terraza ocupadas y dando "no" a clientes que se acercaban por si habia sitio en algun momento. Gran cantidad de  personas en el  servicio. Muy profesionales.

Primero  un aperitivo de la casa muy insulso consistente en un pate simplon sobre un biscotte.

Decidimos compartir medias  raciones que fueron:

* Croquetas de aji de pintada. Dos por comensal. No me dijeron nada. Textura suave pero sin llegar a ser excepcional  y rebozado normalito. El aji viene aparte y no aporta nada a la croqueta.

* Tomate  aliñado con fresas. Un tomate de buena calidad . sin mas

* Mejillones de roca con salsa de curry rojo y tomate picante. Muy buen producto. Desmesurada  media racion que parte quedó sin tocar. La salsa mas bien tomate  picante que otra  cosa. Al vapor simplemente habrian estado mejor

* Pulpo asado  con salpicon de boniato. Aqui nos sugirieron racion completa ya que es una pata. La  pata era cemento armado imposible de cortar ni masticar . Debiamos haberlo dicho. El acompañamiento mas bien me parecio una vinagreta con muchisimo pimiento. Olvidable

* Presa de iberico con mole picante. DE  nuevo  la presa incomible . Durisima. El mole bastante espeso y muy muy pesado. Muy mal

La carta de vinos me parecio  muy bien pero dado que habia que trabajar pedimos vino por copas. en mi caso un syrah de Marruecos llamado Tandem que me gusto.

No sé a cuanto ascendio la cuenta pero estimo  que unos 30 o 35 euros por persona. 

En resumen, total decepcion donde salvo el tomate no se salvó ningun plato. Quiza no acertamos en lo pedido pero  desde luego el pulpo y la presa  estaban durisimos al margen de las elaboraciones que puedan gustar o no.

 

Tenía yo una espinita clavada, y es que en la reunión de la Peña Restauranteros en la Capi, se había dejado para el domingo la visita a esta casa y claro yo los domingos siempre estoy de vuelta. Así que después de visitar cocina más de vanguardia, esta era mi primera opción para cenar y cambiar de estilo, y seguir disfrutando de una magnifica cocina, de producto. El local esta descrito por el amigo Isaac en su nueva ubicación, una zona muy tranquila. Teníamos reservado a las 22:50, llegamos un poco antes, tomamos un par de cañas, por cierto que pequeñas son las cañas en Madrid, aunque compensa, que siempre las echan bien, eso si que se echa de menos. Local completo, moderno, con la cocina a la vista, aunque en un fondo, desde mi mesa se veía bien, carta corta y concisa y con unos enunciados que te daban ganas de pedir de todo, aparte unas pocas sugerencias, dependiendo del día y del mercado, lastima se le habían acabado los calçots, sus proveedores en lo vegetal, eran los del difunto Santamaría, la calidad y el sabor de las verduras daban fe de ello. Me encanta que tengas la opción de medias raciones , y mas con la pinta de la mayoría de la carta , de primeras nos atendió la mujer de Cesar , que nos hizo alguna buena recomendación , luego nos atendieron dos personas mas del personal , muy bien , no hay servicio de vino , nunca lo he necesitado , por lo que nunca lo tengo en demasiada consideración , aunque entiendo la importancia que pueda tener para otra gente . Empezamos con un aperitivo de rabo de toro con cebolla encurtida y cebollino, hay ya sabes como va a ir la cosa, buen producto, elaboraciones sencillas y gran sabor, perfecto. Empezamos por media ración de pate de Kampaña casero, lengua, tasquearía de vaca y pato y un poco de gillette de cochinillo, muy sabroso, ambas elaboraciones acompañadas de rico pan tostado, encantados, 7,5€ Media de buñuelos de Idiazabal, para mi, seis buñuelitos, pasa el trozo de queso por bechamel, lo dejan enfriando de un día para otro, lo fríen en tempura y simplemente un estupendo bocado , donde tienes tres texturas , la crujiente de la tempura , una cremosa de la bechamel y otra mucho mas fluida del queso , chapo, 5,8€ Guisantes frescos del maresme con gamba roja y crujiente de oreja, separan los guisantes mas pequeños, los más dulces, de los más gordos, estos los utilizan para el jugo que acompaña a los más dulces, además se añade una salsa de gamba roja, que hacen con las cabezas y la cáscara, gamba roja en su perfecto punto y el crujiente de oreja, sabor, producto, sabor, media ración 12€. Tartar de lubina salvaje, miso y mostaza Dijon, este fue el único plato que pedimos entero, buen pescado, un poco de mostaza de Dijon, un poco de mayonesa, lo justo para dar un sabor muy tenue, sin quitarle protagonismo a la lubina , miso y huevas de pez volador , ósea de tobiko , 25,8€ . Aquí seguimos la recomendación de la mujer de Cesar, cordero al “ras al hanout “, berenjena, hierbas y sésamo, hacen un estofado de cordero, lo deshuesan, lo mezclan con la variedad de especias, donde se nota la canela, entre otras y lo ponen sobre una pasta filo, muy bueno, con trocitos de datil , nos encanto, media ración, 13€. Pedimos media también de carpaccio de lamprea, la tenían en varias elaboraciones, la mas suave esta, pase de la escabechada y de la que se hace en su sangre, esta es cortada en carpaccio, la ahuman cruda en el horno josper , te llega a la mesa con mucho brillo , ya que la dan un ligero toque de calor , eso hace que suelte la grasa , la verdad es que me quede sorprendido , tiene un sabor muy suave , graso , y lo acompañan de cebollina y alguna otra verdura verde , sorpresas te da la vida …., media 7,5€ . Tarta de queso Idiazabal , le echan un poco de queso azul francés de la zona de Lyón , la primera tarta de queso , que sabe realmente a queso , ese toque azul , me recuerda a la de Hilario , para mi la numero uno , pero esta estaría la segunda , eso si solamente para amantes del queso , no sabe a limón , ni a Filadelfia , queso , queso , ¡¡¡¡ hurra ¡¡¡ , 6,7€ . Profiteroles rellenos de caramelo salado de mantequilla y cubiertos de chocolate, aquí hasta los postres tienen los sabores que tienen que tener, sin artificios, ni trampantojismos, 7€. Para beber una botella de blanco Las Yolas 2013 , 28,9€ , que fue mejorando con el paso del tiempo , y que bueno , acompaño bien la velada , también una copita de Empreintes jura , 4,8€ , un gin tonic de Xoringer , 8€ , una infusión 1,5€ y el agua , pan y servicio , 1,8€ por dos . Por 66€ cada uno cenamos de puta madre , sin perdón , sabor , buen producto y buen rato , y al reservar tarde , acerté , es la primera vez que después de comer en Diverxo , disfruto de la cena , hombre también Cesar Martin y su equipo tienen mucho que ver

Cuentas pendientes. Entendamonos. Cuentas pendientes conmigo, no con las amables gentes de Lakasa. En concreto mi cuenta pendiente es (era) la lamprea. Nunca la había probado. Pues ale, amos allá.

No había pasado por su nueva ubicación. Gana bastante la verdad. Más luz. Más agradable para la vista que el local anterior. Además ahora tienen barra y para mis aviesos fines esto me venía muy bien; y con medias raciones. Miel sobre filloas.

La carta en barra es más corta que en sala, pero la lamprea está. De los tres platos que hacen no les queda uno (el escabeche). Una vez elegido el asunto comestible y bebestible llegan unas olivas tamaño king-size y un momento antes de la comanda un aperitivo bien agradable de... gasp... pez azul.. ¿bonito? ¿caballa? No lo recuerdo, pero agradable.

Vamos con un besugo en salazón con causa, que por algo hay que empezar. Muy bueno. Para comerse varios platos. Varios platos. Varios platos. Varios platos. Le va genial el crujiente de su piel. Este plato se va con una copa de "Empreinte Tradicion" (Jura), de a 4,8 EUR el trago.

Y vamos con el asunto, que ya hemos calentao. Guiso de lamprea, que se va con una copa de amontillado Tresillo de Hidalgo, de a 4,5 EUR el asunto. Qué bueno el guiso. Riquísimo. De mojar pan. He mojado pan. Pan abulense bastante solvente, ya que preguntais.

Quedaba vino y ganas de lamprea. Vamos a probar el carpacho de lamprea ahumada. Riquísima. Para hacerse un bocadillo con ella. Lo digo en serio. ¿Nadie se ha planteado hacer bocadillos de lamprea ahumada? Muy delicado en textura y sabor (ahumado). Para comerte un bocadillo de baguette entera de cabo a rabo.

Un café bien rico y ale, a funcionar. Un asunto menos en el debe.

Quizá es sólo una cosa mía, pero yo pa'mi que han avanzado algún escalón.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar