el primer dia de cuina oberta previa reserva por alli aparezco,es la cuarta vez que lo visito en cuatro años y no es por falta de ganas es que a mis amigos llevarlos a rest de "maric-nadas" que a mi me encantan a ellos me cuesta llevarlos,bueno empezamos;agua mineral para tomar la "pastillita" y decidi no pedir otro tipo de bebida:empezamos con un entrante no descrito en el menu que era una variedad de guacamole con una especie de papel de yogurt comestible,unas esferificaciones de gengibre con tonica y para acompañar esto una alga nori y un pan tambien de algas,como este tipo de cosas no suelen ser normales por ahi pues para mi:excelente.primer entrante papa arrugas con mojo pico ycarbon de sesamo negro y pan de mantequilla y sesamo,bien hay que describir esto las papas eran dos bolas tambien esferificadas con la corteza como plastificada pero las partias por la mitad y al comerlas esa fusion de sabores con el relleno que llevan resutan muy buenas y el panecillo tambien.plato principal:foie de atun en dos texturas de cerezas y sus huesos y pan de hierba buena y almendras,el foie de atun iba con dos galletas circulares con sabor a cereza y el conjunto estaba ummmmmmmmm y llevaba unas esferificaciones que simulaban a los huesos de la cereza tambien muy buenos el pan idem,pasamos al postre que me dijero que se habia llevado un premio en no recuerdo que certamen y realmente estaba soberbio,lo describo eran unos paquetitos transparentes que llevaban dentro una crema chocolate con nuez de macadamia,una especie de arena que recordaba a las galletas Digestive ,un bizcocho de choc. un helado de leche y unos scones de de choc. y arandanos y llevaba algunos trozos de creo que eran piñones todo esto presentado como unas gominolas grandes. acabo pero si alguien lo pide tengo un segun acto tambien en la misma comida entonces me da verguenza contarlo aqui de tener que hacerlo seria en las observaciones.
Primera impresión! Comida de sábado a las 15 hs. y únicos 2 comensales en la sala... malos tiempos para la lírica...
Nos ofrecen dos menús sin posibilidad de carta. Menú 5 sentidos por 37 euros y menú 7 sentidos por 47 euros.
Para empezar comentaré una curiosidad, que a poco que te leas tres comentarios seguidos lo puedes encontrar ya descrito, pero como me pareció realmente curioso, yo también lo quiero plasmar. Cada plato va acompañado de su propio pan!!! Son panecillos más pequeños de lo normal, con distintos ingredientes, formas, aromas y sabores, y vienen acompañando a cada plato, calentitos, como recién horneados... Y como a mi me encanta el pan, aunque sea pan con pan comida de tontos, pues me encantó ese curioso toque de distinción.
MENÚ 5 SENTIDOS:
APERITIVOS
A modo de expositor nos obsequian con unos curiosos aperitivos:
~ Lámina de algas con huevas de pez volador. Original pero para mi gusto demasiado saladas las huevas.
~ Blini de chocolate acompañado de caviar de jengibre. Muy bueno y curioso, y el caviar... picantón!
~ Crujientes de yogur con espuma de guacamole con jengibre. Parecido a un pan de gamba en tiras y acompañado de una ligera espuma de aguacate, rica, rica!
ENTRANTES
~ Tabulé de espelta con cherries rellenos de crema helada de atún, aros de pepino y caldo de bonito seco y pan de espelta con pimiento verde. Simplemente sublime! Tremenda combinación de texturas, sabores y colores para disfrutar con cada bocado. El pan con menos sabor del esperado, tan sólo la miga del mismo me recordaba al pimiento.
SEGUNDOS
~ Corvina a las algas, miniairbag de Nori relleno de escabeche y burbujas de espirulina y pan de cerveza, alga Nori y pimentón. Estupendo y jugoso el lomito de corvina, acompañado de distintos y exquisitos sabores del mar. Cuidado montaje del original plato. El pan muy bueno con dominancia del pimentón.
~ Pintada con falsa reducción de carne y piña cubierta con sésamo de wasabi y pan de hierbabuena y almendra. Carne tierna y muy sabrosa, con potentes compañeros de plato, alcanzando muy buenos contrastes. Este pequeño bollito almendrado me gustó mucho.
POSTRES
~ Huevo de helado de yogur envuelto en mochi de frambuesa en un nido de pasta kataifi y miel con soda de lichis e Ylang Ylang, pan de yogur y té. Me gustan los sabores y olores que me traen recuerdos, y este postre me llegó, ese inmejorable aroma a Ylang Ylang que se respira en Isla Mauricio... La minuciosidad de su elaboración y montaje, sin tan siquiera probarlo, ya te deja perplejo! Gran explosión de ácidos y dulces sabores: yogur, frambuesa, miel, lichis... El pan dulzón y tierno, con mucha miga.
~ Paquetitos transparentes de gianduja de nuez de macadamia, helado de leche ecológica, escaramujos esféricos, crumble de miel y roquitas de chocolate y scone de cereza y chocolate. Otro postre que invita al comensal a analizar elemento por elemento, a olerlos, a tocarlos, a saborearlos... y a preguntarte... ¿y esto cómo lo habrán hecho? Postre muy goloso, con mucho chocolate de colofón, muy rico, divertido y curioso. En este caso, el scone de forma triangular resultó consistente, muy dulce y en mi opinión, perfecto!
PETIT FOURS
Nuevamente nos obsequian y sorprenden con unos petit fours, con una presentación idéntica a la de los aperitivos, por lo que adjunto unas fotos, pero en esta ocasión con sabores ácidos y dulces, acompañando a los cafés:
~ Lámina de chocolate con naranja y lima. Del grosor de un folio, te invita a mirarla, darle la vuelta y curiosearla. Simplemente correcta.
~ Blini de chocolate acompañado de caviar de tónica de limón. Pues está bueno esto del blini!
~ Crujientes de coco y espuma de te verde. Bueno, pero sin entusiasmarme.
Para beber unas cervezas Alhambra Reserva, escasas posibilidades de elección, y Fer vino en copas, Verdejo Palacio de Bornos 2011 y un tinto de Bodegas Rafael Cambra que no recuerdo ahora, ambos le gustaron.
Buen café.
El local recontradescrito, cristalería, vajilla y demás de calidad y de estilo moderno, la música ambiental muy agradable, chill-out a lo Café del Mar, la camarera muy agradable y atenta, explicando con detenimiento cada plato que servía, y el cocinero... pues que decir del cocinero? Víctor Manuel Rodrigo, leo en comentarios anteriores, no tengo el placer de conocerlo, pero gran cocina muy creativa, bien elaborada y presentada con mucha originalidad y mimo... aunque sea para dos!!
Total de la cuenta, 98'99 euros, pero como me estoy acostumbrando a esto de reservar vía internet en lugar de por teléfono, nos hicieron un 20% de descuento y se quedó en 79,19 euros. Mucho mejor!! A este precio buena RCP!
Petit fours ácidos y dulces
Tabulé de espelta con cherries rellenos de crema helada de atún, aros de pepino y caldo de bonito seco.
Aperitivos salados y picantes.
El restaurante samsha me ha sorprendido cada vez que he ido,pero esta ultima vez me dejo un grato recuerdo por lo original de sus platos, el sabor de cada ingrediente y el amable servicio de su personal.
el maridaje de panes es genial.
muy recomendable.
dejate sorprender.
Solo un pequeño comentario mejorable, aire acondicionado demasiado fuerte, todos teniamos frio en el restaurante. habia 4 mesas , unas 12 personas, era un miercoles.
A friend and I went for lunch at Samsha during Valencia's restaurant week, Cuina Oberta, and had three courses each for €20.
There were two options for each course, and we chose differently for every course so we could try everything.
* First off, we had a spelt tabula with a cucumber ring surrounding a cherry tomato stuffed with tuna ice cream. Around the tabula was a "katsuo bushi" soup. I had never heard about such a soup before, but it had a pleasant flavour, although both of us agreed that it was simply too salty. To me, this was definitely the worst dish of the meal, as the tabula itself was pleasant enough and fairly refreshing, but simply lacked a bit of flavour, and the same goes for the tomato. The tomato itself didn't seem ripe, and I could barely taste the stuffing.
* The other starter was octopus. If you go to a bad restaurant, octopus or squid can be horrible. If you go to a good restaurant, it can be great. This was great. It was blackened on the outside and incredibly tender on the inside. It came with two salmorejo sauces and tender and sweet vegetables underneath. This was a particular pretty presentation and might have been the best dish of the meal.
* One of the main courses was the fish called meagre (corvina in Spanish). I've never tried this fish before, but what I can say is that it was perfectly cooked and not dry at all (which overcooked fish can easily be). It had good flavour too. It came with a small "airbag" with brine of pork and several types of seaweed and seaweed foam on the side. Sea weed is not my favourite thing (one of the reasons is that it is very salty), but I appreciated the creativity.
* The other main course was guinea fowl with pineapple covered with wasabi sesame + "false meat juice", which was hops. The guinea fowl itself was super juicy and tender. Simply perfect. The pineapple was also really nice, and they had clearly also cooked it, making the flavour a bit more intense. The sesame seeds seemed to be just sesame seeds to me (no wasabi), but it was nevertheless a very nice combination. According to the waiter they had added balsamic vinegar and something else to the hops, but as I've only had hops a few times before I couldn't really tell. The hops were definitely the weakest element in this dish. I would have preferred a sauce instead, but as the meat was so juicy, it worked fine without a sauce.
* Then came the desserts: One was a chocolate dessert. Two seitans were stuffed with hazelnut gianduja cream on top of crumble made from caramel and pine kernels, and chocolate "rocks" and a bit of guayaba cream finished it off. I couldn't tell from the flavour if there were actually pine kernels in the crumble, but other than that it was a strong dessert with nice flavours and a good combination of textures. Along with the octopus, this was my favourite of the meal.
* The other dessert was a yoghurt ice cream inside a raspberry wrapping (it looked similar to marzipan) put in a kataifi and honey nest on top of a foamy soup of lichies. The yoghurt ice cream was very nice, but the raspberry wrapping didn't really have any flavour. The other problem with this dessert was the lichies. I like lichies, but their flavour can easily overpower the rest of the dish (just as is the case with rose water), which they also did here. Eaten separately, the ice cream and the soup were very nice, but together the lichies dominated the entire picture. Nevertheless, it was a pleasant dessert.
* On top of these three courses, we also had an appetizer and a kind of petit-fours. Both, cleverly, looked almost identical. The appetizer was super fluffy and light guacamole that first was a little bit sweet and then slightly spicy at the end. At the end it was a pistachio cream instead (which could have had more flavour though). There was also something that looked like fish eggs, which was lemon and ginger (I think in both cases), and then we could scoop everything up with either sweet or savoury bread.
* Every dish, even desserts, were served with bread. This was a great feature, but I just didn't find the breads that interesting.
* "Service + wine + look of the restaurant/atmosphere: The restaurant looks hyper modern. Although I wouldn't say the place is beautiful, it goes well with the food. The problem, though, was the noise level. There were simply too many tables and/or the restaurant wasn't soundproofed enough, so at the end of our meal, when the restaurant was full (we were the first ones there), we had to shout at each other.
With regards to service/wine, the waiter asked if we would like wine, and we asked for a glass each. He just said "okay", and went away. When he came back shortly after in another matter, I told him what types of wine I preferred. If I hadn't, he probably wouldn't have enquired. He didn't bring a wine list or tell anything about the wine, or even showed us the bottle, when he brought it. He didn't ask us to try different wines either, which some places do. They explained what was on our plates, but as I don't speak much Spanish, all the communication went straight to my Spanish companion (even when they were telling what was on my plate). I know that I have to learn more Spanish, but it didn't seem like they made much of an effort to at least try to communicate with me. The service in general was good, but not Michelin star level, where the waiters pour water the minute your glass is empty and so on. This is not a big deal for me, but as the food here is easily as good as, or better than, the food I've had in some Michelin star restaurants, better service and a better wine aspect could give the restaurant a notch upwards. That of course would mean that the price would go up as well, as better service require mores waiters, and waiters have to paid. Nevertheless, I've been to Michelin star restaurants where the price was around €50 for a menu, and Samsha charges €47 + IVA for their seven course menu. So…
*Value for money + summary: We both felt like we really got bang for our bucks for €20 for three such creative dishes + the appetizer and "petit fours". The wine was cheap as well at around €2.50 for a glass. Although I didn't like everything here (especially the sea weed) it was well executed, and everything was cooked just the way it should be – especially the octopus, fish and the guinea fowl. As mentioned, I would have liked a bit more flavour in some of the elements, but that's details. The menu mentioned a lot of ingredients I had never heard of before, and I don't know if I would actually have noticed any difference in flavour if these ingredients had been omitted.
I gave Sangonereta a similar score for the food, but I definitely enjoyed my meal at Sangonereta more, and I still think back on that meal very often and melt with pleasure. The meal at Samsha started to fade quicker. If I could have given more precise grades, I would give Samsha a 8 or 7,5 for the food, but I felt very happy when I left the place, and I would definitely come back, so 8,5 is fine.
Now that I look at their website, paying €20 for three courses for lunch didn't seem like such a bargain after all, as they have a lunch offer, Monday to Friday, where, if I'm not mistaken, you can choose three courses from their five course or their seven course menu, get a drink and have a cup of coffee, all for €22 + IVA.
Yoghurt ice cream with lichie soup
Guinea fowl
Octopus
Cómo comenté en el foro iba a acercarme a probar el menú de Cuina Oberta, más por insistencia de mis compañeros de afición que por propia iniciativa.
En general iba con una expectativa realmente baja después de leer las otras notas en esta página y dedicar algo de tiempo a su web (que por cierto está muy bien en su categoría). Esperaba la misma presentación y elaboración, pero me daba a confusión la explicación de los platos esperando una mayor mezcla de sabores de la que realmente tiene. Que es correctísima, realmente más sencillos de lo que parecería. Con los sabores bastante puros e identificables, y con bastante potencia de sabor (al contrario que en mi última nota en otro rte.).
El local un poco bastante hortera (con perdón, pero para gustos colores... lilas...). Si me imaginara un local de citas de gustos "raros" seguramente iría por ahí encaminado (con todo el respeto hacia estos lugares de leyenda urbana y hacia el diseñador de la sala).
Como curiosidad me ha resultado ligeramente cómico el que los aperitivos necesitaran casi libro de instrucciones. Siempre preferiré algo más sencillo, aunque he de reconocer con gusto que no estaba nada mal el minicarrito.
Lo que me ha resultado un poco chocante ha sido el servicio. Muy rápida la entrada y muy lento en llegar el vino. Muy curiosa la presentación de cada plato.
En sí mismo el menú ha estado muy gustoso, valoro realmente muy bien la elaboración, presentación y resultado en cuanto a sabor.
Yo he elegido el tabulé con caldo de bonito, que me ha recordado mucho el que me hacía una ex-ligue originaria de los Territorios Ocupados. Los tomatitos cherrys rellenos de crema helada de atún me han gustado mucho. Sinceramente estaba muy bueno. Mis acompañantes han probado el pulpo con diferencia de opiniones.
De principal he querido probar la pintada. Muy correcta. A la mesa también ha llegado la corvina con algas, bien de sabor, buena combinación con las algas y la espuma (me he sorprendido a mi mismo alabando el sabor de una espuma... ejem... espero no perder mi mala reputación). Pudiera ser que faltara un punto de sal pero para mi gusto estaba correctísima.
Los postres, que son la despedida de la mesa y normalmente el último recuerdo, y el más fresco en la memoria, de la comida, estaban deliciosos. Para mi paladar ligeramente empalagosos, pero muy ligeramente ojo. No de diez, ya que no daré nunca un diez pero sí de notable muy alto.
Cada plato, incluido el postre, va acompañado de un pan propio. Buen detalle pero no me han gustado especialmente.
Los cafés también van acompañados de un minicarrito similar al del aperitivo. Muy bien. Muy buen detalle. Curioso cuánto menos.
Dicho todo esto, y como comentario final hemos llegado a la conclusión de que es un menú para comensales de hasta 55 kg. Básicamente porque sí, está más que correcto, bueno, no hay pegas en cuánto a sabor, y menos en cuánto a presentación y elaboración, muy bien en conjunto, muy elaborado y con excelentes detalles. El pero es por lo escaso que resulta en realidad, si cuándo me voy por la puerta sigo teniendo hambre... es muy mala señal.
Aún así a pesar del error en el servicio del vino, que la decoración del local y que el tamaño de la ración no han sido de mi gusto, seguramente es más que probable que vuelva para probar el menú 7 sentidos.
Ya son unas cuantas veces que he cenado en Samsha, fui la primera vez por recomendación de un cliente y quedé gratamente sorprendido, desde entonces he vuelto con mi mujer, con amigos - y muy satisfecho cada vez.
Decoración muy minimalista pero curiosamente cálida a la vez. Buena separación entre meses, baños modernos.
Lo que le destaca es la creatividad de sus platos. A veces los sabores no combinan tan bien, otras la combinación es simplemente divina. Lo que es siempre es sorprendente y atrevido y eso es de agradecer.
RCP es muy aceptable, sobre todo teniendo en cuenta que las creaciones que vas a encontrar allí serán dificiles sino imposibles de ver en otros lugares.
La única pega que pondría es que a veces hay demasiada espera entre plato y plato, aparte de eso el trato es amable, y muy correcto.
Sitio muy recomendable, con la creatividad como punto fuerte.
Cena sábado por la noche 4 comensales. 2 Menús 7 sentidos
Wontons al vapor rellenos de calabaza asada, espuma caliente de sopa Thai y tallarines de cilantro... y pan de mantequilla con coco y guindilla, me gustó.
Makisushi de vieira a la plancha con arroz Venere, salsa de semillas de lino, helado de alga wakame y mostaza de hierbas... y rosquilletas de semillas de lino, ni chicha ni llimoná.
Representación del boletus relleno de do texturas, en su hábitat de orégano, setas, piñones y cremoso de parmesano... y pan focaccia de parmesano y orégano, espectacular plato de presentación pero que al degustarlo la cáscara del boletus es demasiado dulce, se come todo el sabor del resto de los alimentos, aparte que produce gases a montón.
Lubina con un caldo de calamar, gotitas de su tinta con yema y cortezas de seitán... y pan irlandés de hierbas y especias, muy buena la lubina pero el caldo del calamar demasiado fuerte
Buey Wagyu con torto de maíz relleno con espuma de Cabrales, toffee de miel de alta montaña y polvo helado de sidra natural... y pan de maíz y miel, el buey estaba un poco duro y llegó a la mesa casi frio.
El cubo de Rubik de frutas y romero con soda de mandarina... y pan de mandarina, normal
Paquetitos transparentes de gianduja de nuez de Macadamia, helado de leche, escaramujos esféricos, crumble de miel y roquitas de chocolate... y scone de cereza y chocolate, normal
vino: J.L. Wolf (Pflaz) Wachenheimer Belz Spätlese Trocken (riesling), muy bueno
En resumen mucho mejor la presentación que la comida
Sansha tiene algo del barroquismo de las fallas, con algunos platos visualmente espectaculares aunque tal vez las formas priman sobre los sabores en demasía, dando paso a fuegos de artificio culinarios. Tras el aperitivo y los entrantes comenzamos con el menú que vino acompañado de un pan específico para cada plato. Comenzamos con dos entrantes. Primero el trigo meloso de trufa negra con un velo de moras, yema pomada y paquetitos de moras… con pan de cebolla y nueces. Bien, aunque un tanto demasiado recargado.
Seguimos con la representación del boletus relleno de dos texturas, en su habitat de orégano, setas, piñones y cremoso de parmesano, con pan focaccia de parmesano y orégano. Un plato espectacular visualmente, aunque la estructura de la ‘seta’ que constituye el elemento central del plato está elaborado con manitol, cuyo dulzor domina todos los sabores y lo hace cansino y monocorde. No me gustó nada.
Los segundos fueron; una merluza con una piel de semillas de amapola, salsa de cerveza Guinness y ramitas de yuca mateada, con un pan de cerveza Guinness. Todo el protagonismo de los sabores se lo llevan las semillas de sésamo y un buey de Wagyu con torto de maíz relleno de espuma de Cabrales, toffee de miel de alta montaña y polvo helado de sidra con pan de maíz y miel. El plato más logrado pero al que le sobraba el helado de sidra. El postre vino de la mano de un blini de arroz relleno con crema de chocolate y almendra, helado de gofre y lollipop crujiente de canela, sólo correcto … para cerrar con una caracola de canela, bien.
El local es diáfano, con una decoración moderna y funcional. El servicio joven y efectivo. No pedimos vino –era la cata de la Penya La Verema- pero tanto el coperio, como los cambios de copas fueron muy buenos.
Cómo bien dice Dani es evidente que hay dominio de la técnica y gran creatividad, tal vez en cocina no deberían dejarse cegar tanto por esas cuestiones y si por mostrar los sabores de la materia prima.
Pongo el precio sin vino.
Hacía mucho tiempo que no visitaba este restaurante, así que con la excusa de la cata de la Peña la Verema, me vino bien para refrescar mi recuerdo sobre este restaurante.
El local sigue manteniendo ese aspecto moderno y desenfadado. Mobiliario cómodo y buena distribución de mesas.
Cocina de corte moderno a la que, para mi gusto, se le debería prestar más atención al resultado final organoléptico que a la presentación. Es cierto que las presentaciones de este restaurante son excelente, en algunos casos, a la altura de los más prestigiosos, pero a veces, buscando esa excelencia en la arquitectura del plato, se pierde el objetivo final: el sabor.
Tomamos trigo meloso de trufa negra con un velo de moras, yema pomada y paquetitos de foie con tierra de moras. El trigo meloso me encantó en su conjunto, no acabé de ver el hilo conductor entre el foie y el trigo, pero me pareció un ejercicio interesante con un buen resultado final. Este plato viene acompañado por un pan de cebolla y nueces. De segundo tomamos la representación del boletus relleno de dos texturas, en su hábitat de orégano, setas, piñones y cremoso de parmesano. Esta es una presentación de 10, sin ningún tipo de recorte. Un falso boletus de manitol (el azúcar con el que se elaboran los grageas de los chicles, por ejemplo), relleno de parmesano texturizado muy rico y un suelo de bosque perfectamente representado utilizando el resto de ingredientes detallados en el nombre del plato. El pero viene cuando empiezas a comerlo. El sabor dulce del manitol se apodera del plato, desequilibra completamente el conjunto y se hace realmente pesado comerlo. Tuve que apartar cada uno de los fragmentos de azúcar para poder así valorar que, tanto el relleno del boletus como el falso suelo, estaban realmente buenos. Este plato iba acompañado de una foccaccia de parmesano y orégano.
El plato de pescado fue la merluza con una piel de semillas de amapola, salsa de cerveza de Guiness y ramitas de yuca malteada, el pan para esta ocasión fue de cerveza de Guiness. La merluza correcta, pero de nuevo aquí las semillas se apoderan del sabor y la textura del plato, pero si lo que se quiere es dar esa sensación de piel de semillas, es inevitable que se recubra totalmente el pescado de estas semillas. Con menos semillas, para mi gusto, hubiera quedado mejor, pese a que la merluza estaba un pelín pasada de cocción. De nuevo un plato con una presentación impoluta y un resultado organoléptico no tan bueno. De plato de carne tomamos buey Wagyu con torto de maíz relleno de espuma de Cabrales, toffee de miel de alta montaña y polvo helado de sidra, el pan en este caso de maíz y miel. Este fue, junto con el trigo meloso, los mejores platos de la cena. La carne perfecta de cocción, el torto también muy bueno y aunque la miel no me acabó de cuadrar con el plato, no me pareció para nada un desatino, sino un buen juego de sabores salado/dulce.
Los postres muy buenos: Blini de arroz relleno con crema de chocolate y almendra, helado de gofre y lollipop crujiente de canela, otro plato visualmente intachable y con buen resultado final, a destacar el blini relleno.
El servicio del vino corrió a nuestro cargo porque celebramos allí una cata, pero las copas y el servicio del personal de sala fue muy bueno, siempre atentos y pendientes de nosotros.
Espero de veras que esto se tome una crítica constructiva, me parece que el potencial de este restaurante es muy alto, pero para mi gusto, ahora que la presentación está más que dominada, prestaría más atención al sabor final del plato, al equilibrio entre ingredientes.
El precio solo incluye el menú.
No hay duda de que Víctor Manuel Rodrigo, que se declara fan de Dacosta, Adriá y Roca, es uno de los chefs más creativos y su cocina, quizás la más sorprendente de Valencia.
No conozco ningún restaurante en la capital cuya cocina tenga esa capacidad de sorpresa y asombro que muestra victor en cada uno de sus elaboraciones, incluso para los clientes más rodados.
Además, he notado una mejora en cuanto al sabor de los platos (que nunca me parecieron insípidos, ni mucho menos), pero ahora los noto mucho más definidos y por lo tanto más auténticos.
Optamos por el menú de 37€ formado por unos aperitivos, un entrante, pescado, carne y dos postres, perfectamente descritos en el anterior comentario y en el que decidimos hacer algún cambio.
Todos los platos rozaron un gran nivel, en especial, uno de los cambios que hicimos La recreación del boletus edulis en dos texturas , un plato de 10, espectacular en todos los sentidos y que podría haber firmado perfectamente el propio Quique Dacosta; el negret cubierto con semillas de amapola y la carne el estofado de jabalí y castañas , cuya textura nos comentó Victor que le faltaba melosidad, pero que a mí me pareció correcta, sobre todo teniendo en cuenta que la carne de jabalí es bastante dura.
Menos me gustó el primer postre pastelito de hierba limón, chocolate aero de lima Kaffir con virutas de pistacho, que sobre el papel parecía más refrescante de lo que luego me resultó.
Respecto al vino, decidimos maridar el menú con un cava valenciano Carlota Suria (15€) servido a la temperatura perfecta en una excelentes copas Schott, con llenado contínuo de las copas.
En definitiva, un restaurante quizás no todo lo valoralo que debiese y cuya visita es obligada para cualquier amante de la gastronomía.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Personalizar”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.