Local minimalista,servicio amable y voluntarioso,excelente cristalería,cubertería y mantelería.Tomamos el menú degustación-dos aperitivos,dos entrantes,pescado-excelente-y carne,cochinillo-regular-,y dos postres-buenísimos.Café con petit fours-excelente-y Finca Terrerazo,27e-la carta de vinos corecta y precios que invitan a repetir-.En general se les nota falta de rodaje,pero si evoluciona en la preparación de algunos platos-básicamente en los aperitivos y el cochinillo,que no quedó correcto,además de ser escaso-puede ser un lugar a tener en cuenta.

Gracias al boca boca hemos descubierto este estupendo restaurante en Valencia, decoracion muy moderna y original, la combinacion de colores y materiales muy atrevida pero con un resultado redondo, ambiente super agradable gracias entre otras cosas a la musica y a la ausencia de elementos tipicos de un restaurante. La presentacion de los platos y eleccion de la vajilla perfecta, muy original el pan diferente que acompaña a cada plato, de los dos aperitivos, dos entradas, un pescado, una carne, un prepostre y el postre, es decir 8 pequeñas maravillas, a los que hay que añadir los petits fours del cafe, me quedo con las tiras de calamar con salsa ceps y tropetas de la muerte, sin olvidar la ventresca de atun acompañado con dado de manita de cerdo. La carta de vinos correcta, precio 35 euros el menu mas bebida mas IVA = 50 por pax.Solo un pero el ritmo del menu tiene que ser mas agil. Volveremos y lo recomendaremos

Local de diseño, cómodo, con mesas bien espaciadas que ofrece una cocina igualmente de diseño (p.ej. risotto de setas deconstruido: rice crispies con espuma de setas y boletos confitados) divertida e interesante.
Buenas copas, perfecta temperatura de servicio y una carta limitada pero con propuestas originales.
El servicio eficiente y guapo (algo que parecía una utopía). Buena RCP en el menú de degustación. Prometen.

Son ya dos veces las que he ido a este restaurante y no serán las últimas. Buen ambiente, cuidados detalles, sorpresas maravillosas entre platos. Delicioso y buena carta de vinos, fuerte apuesta por los valencianos. Precio más que razonable.

Muy buenas sensaciones. Es un restaurante a seguir. Carta corta compuesta por tres entrantes, tres pescados y tres carnes. Espectacular el resultado. Cada plato va acompañado de su pan especial, incluso al postre acompañó su pan de vainilla. Carta de vinos bien resuelta, incluso la que corresponde a los vinos de postre. Vajilla, copas y cubiertos acordes (muy buenos). Si tengo que poner una pega, la sitúo en la iluminación, que la considero excesiva y que provoca que el restaurante no sea todo lo acojedor que podría ser. Los colores por lo que se ha optado, tampoco acompañan a dotarlo de calidez, y que creo, en caso contrario, que podría ser definitivo y convertirlo en una oferta redonda. Recomiendo la prueba.

Nuevo restaurante en fase de evolucion,decoracion setentona en version moderna,agradables y amplias mesas,menu muy interesante y bien presentado,buen coperio pero un poquillo despistados al servirlo,para visitar y conocer nuevas tecnicas de cocina,estos cocineros jovenes pisan fuerte

Diseño, calidad y servicio de lujo a un precio increible
La variedad de productos y metodos de eleboracion junto a la grandiosa combinacion de sabores, texturas y presentacion me han fascinado
Un pan peculiar para cada plato. Postres atrevidos, innovadores.
Cantidad de platos con aperitivos, pre-postres y raciones adecuadas
Servicio excelente, con discrecion y profesionalidad
He ido dos veces en los ultimos 5 meses y han cambiado platos de carta y menu, de tal modo que hay innovacion y calidad constante.
Lugar para disfrutar de los sabores, en un ambiente de musica suave tipo Cafe del Mar
Lastima la ubicacion, un poco escondida
Local que repetiré sin duda en mis viajes a Valencia.
Recomiendo su visita, es dificil explicar, es cocina tipo el Bulli a un precio increible.
Si bien no se puede ir con prisa, hay que disfrutar y paladear

Bonita decoración para un local que puede tener su punto flaco en la localización. Buena cristalería (Schott) y servicio del vino, aunque deberían mejorar cuestiones como la presentación de la carta de vinos (no es de recibo las referencias en hojas grapadas al cuadernillo). Agradable cubertería y disposición de las mesas, sin apreturas. Tal vez lo único malo sea la obligación de tener que pedir el menú degustación para mesa completa y la espera un poco excesiva entre plato y plato, que se lleva bien con la agradable música rollo lounge.
Muy originales los dos aperitivos, a los que hay que sumar el pre-postre y los petit fours obsequio de la casa. Buena elección de materias primas, acertadas combinaciones (aunque creo que hay una cierta repetición de algunas texturas) y presentación de los platos, y técnicas con sentido común.
Cambio de vajilla en cada plato y panecillo para cada ocasión. Buena atención al cliente.
Me gustó mucho, aunque creo que hay que darles tiempo para que asiente la propuesta.

Local de diseño, mesas amplias, cuidado hasta ultimo detalle en deco, vajilla, cubertería... Servicio excelente.
Cocina de autor tipo Adriá con toques originales en los platos. Sorprende.
Detalles de la casa: 2 aperitivos, 1 prepostre y 1 postpostre de choco.
Mucha calidad en los platos aunque le falta un poco de consistencia. Hay que darle tiempo.
Langostinos con migas, atun con sesamo y solomillo con boletus y ajoaceite de hierbabuena. Postres muy elaborados.
35 a 40 €/persona.
Merece la pena. Repetiremos.

A mí personalmente me encantó la elaboración de los platos (inspirados en el Bulli) y la relación calidad-precio. No conozco un solo sitio en Valencia en que puedas probar una carta de este tipo a este precio. Además, por lo visto en esa carta, y a pesar de ser reducida, no repiten ingredientes. La bodega es más que aceptable, con vinos valencianos. El servicio muy bueno. Quizá se eche de menos una explicación más detallada de las técnicas de cocina, que parecen ciertamente complicadas. Muy bien el ambiente que han logrado. Es una pena que esté algo escondido.