Nueva visita a SAMSHA con ilusión renovada por disfrutar de los recientes platos que su chef, Víctor Manuel Rodrigo, está incorporando a su nueva carta.
Elegimos el nuevo menú 5 sentidos (37 eur), compuesto por unos aperitivos, un entrante, dos platos principales (pescado y carne) y dos postres, acompañando un panecillo distinto cada uno de los platos. Menú ideado, y elaborado todos los días por el propio chef, no como en muchos casos que todos conocemos en los que comemos platos ideados por chefs de renombre, pero elaborados diariamente por los segundas espadas.
Empezamos con unos entrantes de wontons al vapor rellenos de calabaza, con espuma de sopa Thai y tallarines de cilantro, con un panecillo de mantequilla con coco y guindilla.
Como plato de pescado le sigue un negret cubierto con semillas de amapola, con una salsa de cerveza Guinness y ramitas de yuca, y un panecillo también de cerveza Guinness. Un plato que, por sí solo ya merece la visita al restaurante.
La carne esta vez era un estofado de jabalí y castañas con cintas de patata violeta crujiente, tapioca, zanahoria y brotes de soja y panecillo de castaña y zanahoria. Excelente presentación y muy sabroso.
El primer postre ha sido un pastelito de hierba limón, chocolate aero de lima Kaffir con virutas de pistacho, con un panecillo de leche y té Matcha. Fresco y elegante, y el panecillo espectacular.
El segundo postre, un blini de arroz relleno de crema de chocolate, con helado de grofe y piruleta de canela, con un panecillo también, de canela.
Para beber, unos martinis de inicio, y una botella de Mestizaje 2009, que ha acompañado correctamente toda la comida.
En mi opinión, un menú delicioso y muy equilibrado en manos de un chef que, aún no está suficientemente valorado en Valencia, pero que ha sido reconocido y galardonado (tras ganar la semifinal celebrada el año pasado)como el representante de la Comunidad Valenciana y Murcia en la Final del Concurso del Cocinero del Año (CAA) 2010-2012, que se celebrará en Barcelona el próximo mes de marzo de 2012 y en el que en ediciones anteriores sus ganadores han obtenido estrella Michelín para sus restaurantes.
A veces nos quejamos de que el nivel de la gastronomía en Valencia es inferior a otras zonas del país y rendimos pleitesía a renombrados chefs que recalan (y cocinan) poco en sus restaurantes, pero acuden a muchos congresos y ponencias. Abramos los ojos y seamos capaces de apreciar a los nuevos restauradores que, con ilusión y conocimiento de su trabajo, nos ofrecen unas composiciones equilibradas y bien ensambladas (y no revoltijos de ingredientes sin ton ni son, que también los hay). Considero que este chef pertenece a este grupo de cocineros jóvenes, que eligen bien las materias primas y realizan elaboraciones acertadas, consiguiendo un producto final a la altura deseada.
Ya había estado otras veces en Samsha y en nuestra visita de ayer volví a quedar gratamente sorprendido.
Mi acompañante y yo tomamos el menú ‘7 Sentidos’ del que destacaron muy especialmente la composición del Gazpacho Manchego y la del Besugo, esta última con una combinación de texturas interesantísima.
Los postres estuvieron a la altura de la cena con una ‘interpretación’ de un huevo frito con patatas y kétchup absolutamente deliciosa.
Como siempre el trato fue inmejorable, con un servicio atentísimo, que pasa inadvertido y que sabe respetar la intimidad de sus clientes.
La creatividad de la que hacen gala en Samsha para sí la quisieran otros que hace ya años que perdieron el norte y dudo mucho que lo vuelvan a encontrar.
Nos advirtieron que el mes que viene Samsha renueva toda la carta por lo que volveremos a ver que sorpresas nos tienen deparadas para esta nueva temporada.
acudimos un viernes a mediodia.Nosotros 2 y otras 2 mesas más.Comimos el menú de mediodía a 22 euros pax+iva.Como entrantespulpo ahumado con mantequilla de carbón,ensalada de lentejas y cordón de rúcula,acompañado por pan de mantequilla de carbón.Muy bueno.También gazpacho manchego de perdiz,manzana inyectada y cremoso de morcilla,con pan de manzana y canela.Genial.De segundos,besugo con dos tierras de setas,helado de bloody mary y merengue de apio con pan rlandés con trompetas de la muerte.El pescado muy bueno,pero a mi juicio el helado estaba muy fuerte de sabor.También carrillera de buey cocida al vacío con Fino durante 35 horas y envuelta en kataifi,reducción de su jugo,salsifíes confitados y puré de tupinambo con pan rústico de Fino y jengibre.Encontré la carne un poco seca,pero todo el conjunto estaba bien.Para terminar,los postres.Las piedras de 4 chocolates de diferentes orígenes con toffee sobre arena de piña y muffin de piña y chocolate.Genial,con unos peta-zetas que siempre acaban evocándome otros tiempos.También el huevo frito de guanábana con patatas de plátano y ketchup de fresa.Muy original y muy conseguido.En conjunto nos gustó mucho igual que en las anteriores ocasiones en las que hemos estado.Para beber,tomamos agua y cerveza,cafe e infusión.En cuanto vuelvan a cambiar la carta,estaremos allí.Ana se ha tomado nota de nuestro e-mail para comunicárnoslo.
Nueva visita hoy al Restaurante SAMSHA, un mes después de su primera participación en la Semana de Cuina Oberta.
Nos comenta Ana que acaban de renovar por completo la carta de platos y de panes, por lo que nos encontramos con un escaparate de numerosos platos de nueva creación para elegir.
Nos decidimos por dos entrantes, cuya descripción, ya de por sí, es muy atractiva:
-Ajoverde de pistachos con tabulé de hierbabuena, helado de huevo duro y jamón ibérico crujiente,con un panecillo de aceite de oliva y tomate.
-El mar: boquerones, rocas de mejillón con hongo blanco, algas en texturas y espuma de aliño, con un panecillo de camarones y pimienta rosa.
Como platos principales, nos decantamos por:
-Carrillera de buey cocinada al vación con Fino durante 35 horas y envuelta en kataifi, reducción de su jugo, krosne confitado y puré de topinambur, con un panecillo rústico de Fino y jengibre.
-Faisán con reducción de lulo y vinagre de Jerez sobre bizcocho al vapor de coco y caviar de yogur y curry, con un manecillo naan de yogur y curry.
Y de postres, nuestras elecciones han sido:
-Huevo frito de guanábana con patatas de plátano y kétchup de fresa, con un panecillo de fresas.
-Paquetitos transparentes de gianguja de nueces de macadamia, algodón de chocolate y helado de leche, con gotitas de frutas de la pasión, con un brioche de macadamia y avena.
Resultado final muy bueno, no sólo por la creatividad de Víctor en la elección de ingredientes y composición de los platos, con mezcla de sabores y texturas, sino también por la diversidad de los nuevos panecillos que acompañan individualmente a cada plato de la carta.
Excelente su RCP, pues estamos hablando de 22 € iva incluido (sin bebidas) y con café, para este festival de platos, en mesa de mantel, vajilla y cubertería de calidad y cristalería Schott zwiesel.
Además de este menú diario de 22 € (eligiendo cualquier entrante, plato principal y postre de entre los que figuran en la carta), también disponen de 2 menús de degustación: Uno de 37 € (1 entrante, 2 principales, y 2 postres), y otro de 47 € (3 entrantes, 2 principales, y 2 postres).
Ya va para 5 años los que lleva abierto y en ese tiempo siempre se ha mantenido fiel a su estilo, arriesgado por lo creativo, pese a las modas o realidades económicas distintas, que bien le hubieran podido hacer reconducir su cocina a otro estilo más conservador y tal vez más rentable. Por eso, sigo siendo un admirador del carácter que le imprime a su cocina y me alegro de que recientemente haya sido reconocido como 1er. Finalista de la 4ª Edición del Concurso de Cocinero del Año y en breve acudirá a Barcelona a la gran Final. Y, por supuesto, mi reconocimiento a Ana, por su amabilidad y buen hacer en la sala.
Ajoverde de pistachos con tabulé de hierbabuena, helado de huevo duro y jamón ibérico crujiente
Se podrá decir que la decoración minimalista resulta algo fría, pero la verdad es que el entorno resulta muy agradable con un correcto ambiente y buena distribución de mesas .
Muy buena atención, todos los platos reciben su adecuada explicación y la verdad es que viene bien. Buena carta de vinos, nosostros elegimos Palacio de Bornos Verdejo (yo creo que en esta cocina va mejor un blanco)
Respecto a los aperitivos sorbete de aceituna y queso parmesano)decir (sorbete de aceituna y queso parmesano) que yo creo que los cambiaría por otros menos salados y más llevaderos.
El entrante un Carbón de aceituna kalamata , un plato muy complejo de presentación magnífica pero en el que por lo menos a mí no me gusto el sabor final.
EL solomillo de buey aromatizado bueno, aunque de nuevo es un plato que resulta de mejor en presentación que en sabor.
Eso si los postres los bordan, el lingote de oro una absoluta delicia.
Lo dicho, mucha creatividad y esfuerzo en la presentación de los platos, respecto al sabor resultante es otra historia, aunque entiendo que debido a la complejidad de los platos puede haber comensales que disfruten más, porque para gustos los colores.
Primera aparición en la Semana de Cuina Oberta de Víctor y Ana.
Para quien ya conozca su tipo de cocina, no de descubriré nada; pero quien aún no sepa de su cocina y espere platos sencillos y tradicionales, tal vez no sea éste el restaurante que deba elegir.
Como ya soy cliente desde sus inicios, y es uno de mis restaurantes fetiches (cuando quiero probar elaboraciones novedosas y creativas), fuí a ver sus propuestas para esta semana de Valencia Cuina Oberta, con un precio de 20 € más IVA (bebidas aparte)
El menú comenzó con unos aperitivos (fuera del menú) de tres composiciones saladas: Sorbete de aceituna con espuma de martini, chocolatina de queso parmesano y biscuit de setas. (Al finalizar la comida, con los cafés, se repitió la misma composición, pero esta vez dulce (granizado de hierbabuena con mojito, chocolatina de yogur y frambuesa y biscuit de whisky).
Como entrante yo opté por la atrevida tosta de aceituna, con base de berenjena, y queso de cabra y helado de dátiles: una explosión de sabores en la boca que predispone a lo que vendrá después ; y mi acompañante, por el arroz rojo de carabineros, con caviar de lima: la pesencia del cuerpo del carabinero entero era evidente (no como en algún otro restaurante de mayor calado), y la combinación muy acertada.
Platos principales fueron la corvina con rocas de calabaza, teriyaki de piña (estilo japonés) y esferas de orégano (atrevido como siempre, Víctor - es su carácter) y el solomillo de buey aromatizado con vainilla, yemas de foie, caviar de shiitake (hongo asiático) y esponjas de frambuesa (para mi, una delicia).
En los postres, ideó dos singulares composiciones: la primera consistió en un lingote de oro sobre brownie de chocolate y café, acompañado por helado de sésamo y polvo de cacao; y la segunda era un "jardin floral" de helado de violetas, con merengue de rosas y gel de jazmín, con polvo helado de flor de cáctus.
Lo acompañamos con un TERRAS GAUDA 2009, un 70 % albariño, con loureiro y caiño blanco. Notas aromáticas de naranja y frutas blancas y cremoso en boca. En su mejor momento: equilibrado y con persistencia.
La cocina de Víctor nunca resulta gris. Puede gustar o no; siempre tendrá admiradores y también detractores; pero desde luego nunca deja indiferente a nadie. Aún en estos tiempos de crísis, persiste en su continuada búsqueda de nuevas composiciones y presentaciones, experimentando siempre y proponiendo alternativas. Y eso, dado los tiempos que corren, es digno de admiración.
Primera visita al restaurante, no lo conocía y ya llevan 5 años abiertos. De entrada nos sorprendió la moderna decoración y el adecuado espacio entre las mesas. Muy buena la cristalería. Ibamos con menú gratuito de esos box que han proliferado en los últimos años y que venden en grandes superficies. Nos dan a elegir sólo el plato principal, los aperitivos y el entrante sorpresa.
Los aperitivos: original el granizado aceituna con espuma de martini y deliciosa la chocolatina de parmesano y tomate, desigual el biscuit de setas.
El entrante: Cocina en miniatura de gran complejidad: Carboón de aceituna kalamata, gotitas de tomate (tal cual), queso de cabra y helado de dátiles con una base de berenjena y rosquilletas de semillas y dátiles
El plato principal: Bueno el solmillo de buey aromatizado con vainilla, yema de foie, caviar de shiitajes (para mí demasiado fuerte de sabor) y esponjas de frambuesa y pan irlandés de avellana y vainilla.
El postre: Lingote de oro y Baileys sobre brownie de chocolate con café, helado de sésamo caramelizado y arena de cacao...pan de leche y café. Una obra de arte.
Estoy de acuerdo con varios foreros sobre que los montajes de los platos son tan espectaculares que esperas más de su sabor cuando lo pruebas, aún así nos gusto mucho y el maridaje de panes es sorprendente (recien hechos). Tomamos un Beryna (17e) bien servido y bueno el tiempo de servicio de los platos, así como la atención de Ana en toda la comida.
Por último una reflexión: Cuesta creer a veces como se mantienen estos restaurantes de precio medio alto porque llegamos a las 14.30 y estuvimos solos hasta las 15h que llegó otra pareja. Este año participan por primera vez en Valencia Cuina Oberta y las reservas iban muy bien según nos dijo Ana.
Es la segunda vez que voy a Samsha, me parece que la primera vez no comenté mi experiencia.
En mi primera visita, hace unos meses, salí encantado con la RCP, pues hay pocos sitios en Valencia donde se conjugue una creatividad tan alta a un precio tan contenido. En aquella ocasión le hubiera puesto un 8.
Hace poco volví y me decepcionó un poco, tal vez lo había idealizado.
Para empezar sirvieron unos aperitivos (helado de setas, lingote de parmesano y queso, y sorbete de martini y olivas) que no nos gustaron nada. Si bien el sorbete era aceptable, los otros dos los tomamos por respeto al cocinero, pero ni siquiera estaban buenos: su combinación de texturas y sabores no casaban.
Como entrantes pedimos un puerro relleno de setas con huevo a baja temperatura (normal) y una especie de espuma crujiente de aceitunas negras con helado de dátil y caviar de tomate que no acabó de gustarme. Demasiado sabor a humo, tal vez.
Los segundos estaban ricos: cochinillo con cítricos y solomillo de ternera con caviar de shitake, foie y algas de frambuesa. Mejor el cochinillo que el solomillo.
De postre no recuerdo qué pedimos, pero sí puedo decir que fue lo que más nos gustó.
A los cafés nos sacaron unos bocados que visualmente eran idénticos a los aperitivos salados, pero esta vez eran dulces: helado de whisky, lingote de chocolate y frambuesa y sorbete de mojito, creo recordar. Mucho mejor que los salados.
El servicio del vino es correcto. La carta es un tanto desigual pudiendo encontrar referencias interesantes junto a cosas absurdas como un crianza de Ramón Bilbao. Creo que un restaurante que se precie no debería tener en carta un vino de supermercado. Algo que deben mejorar, en mi opinión.
En esta ocasión, las dos personas que comimos llegamos a la misma conclusión: se pasan de creativos en detrimento del resultado final. Es decir: crean platos muy vistosos, con nombres muy sonoros pero que a la postre acaban decepcionando. Creo que quieren epatar con sus creaciones y se les olvida el primer mandamiento de cualquier restaurante: lo que comes debe estar rico.
Me parece que con elaboraciones más sencillas tendrían más éxito, y sobre todo cuidando que la mezcla de sabores y texturas tenga sentido, porque a veces da la sensación de que añaden colores, ingredientes, formas... para que el plato sea vistoso, pero no logran elaboraciones redondas. Algo de lo que digas: dios, qué bueno está esto.
Me sigue gustando eso de que a cada plato lo acompañe un pan diferente.
El servicio es bueno, agradable y amable, y me parece que la RCP sigue siendo superior a la media en Valencia, pero les pediría que cuidaran más sus excesos, que no se les vaya la cabeza a la hora de mezclar, porque muchas veces meten la pata. No vale sólo con ser original.
Una cosa que no tiene nada que ver con su cocina: no entiendo como un restaurante de estas caracteristicas no tiene una web en condiciones, con información de su carta, fotos de sus platos... me parece increíble que en pleno 2011 un negocio no cuide estas cosas. Ellos verán.
En esta ocasión valoraría a Samsha con un 6,5.
Como dicen otros foreros, es un local al que acudir dos o tres veces al año, y siempre que cambien la carta, si no puede llegar a cansar.
He ido varias veces y se trata de un restaurante que me gusta por tener platos originales. Si vas mucho, al final te cansa.
El restaurante en sí esta bien, la iluminación un poco fria, pero la separación entre las mesas es muy correcta.
Los platos son un regalo para la vista y el gusto, y van acompañados con un pan diferente. La camarera te explica cada vez que te sirve cada uno de ellos y además se encarga de cuidar que tu copa esté siempre llena, sea de vino sea agua.
Una carta de vinos buena y el servicio también.
Para ir contadas ocasiones, sino aburre.
RCP, me parece un poco caro.
A mi me pasa como a algún otro usuario que menciona que no es objetivo: yo estoy encantado con el sitio cada vez que voy.
Esta última vez han cambiado como suele ser habitual varias veces por año la carta (no es verdad eso que siempre ponen lo mismo). Mantienen el "hilo conductor" de los panes por plato y, obviamente, el estilo del restaurante, pero los platos varían mucho.
Esta vez tomamos, como casi siempre, el Menu Degustación Largo. Todo muy bueno, a destacar el esturión (excepcional)así como el entrante que tenía 3 tipos de algas de acompañamiento.
En resumen, una experiencia fantástica.
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