Top Chef 2 calienta motores

Por partes.

Me ha gustado mucho la prueba de la dorada, a diferencia de lo que muchos piensan no es nada sencillo conseguir el punto exacto de cocinado en los platos hechos con brasas o leña, controlar el calor o la llama tiene su aquel y si a muchos cocinitas los sacaras de sus fogones de gas se les vería el plumero, como a Marc por ej., que chamuscó de mala manera su primera dorada, el resto tampoco es que anduviera muy fino porque casi ninguno supo hacer un buen pescado a las brasas. También mucho patoso pescando, los cocineros de hoy en día tienen el producto ya listo para cocinar y cuando tienen que pescar, o despiezar (como con la cabeza de atún o la vaca en aquel programa con los yankees) surgen los problemas. Al final Víctor fue el menos malo en la prueba y me alegro de que consiguiera por fin la inmunidad.

Es la primera vez que en la prueba de grupos éstos son confeccionados a dedo, dado que ya quedan pocos concursantes el programa también tendrá sus estrategias e irá jugando con ellos para que al final vayan quedando los mejores a la vez que hace más atractiva la prueba para la audiencia juntando a cocineros a priori incompatibles, Marc/Peña por enemistad o Carlos/David por comportamiento en cocina. En la comida se notó el nivel de conocimientos culinarios de los concursantes, mientras Víctor, Carlos o David trataban de adivinar los productos utilizados, incluso en el caso de Víctor los iba clavando, otros como Peña o Inés no decían ni mu porque estaban más perdidos que una gamba en el desierto. En la elección de los platos hizo bien Víctor en dejarse de amiguismos y tratar de eliminar alguno de los fuertes, están ya en las rondas finales y se acabaron las tonterías. Sorprendieron Marc y Peña con esos callos marineros que por lo visto estaban de muerte, aunque particularmente pienso que era un plato más sencillo de cocinar que los otros. Por cierto, que pedantes los cocineros de Aponiente al evaluar los distintos platos, venga a ponerles pegas a todos, que si falta sal, que si la textura, que si no se qué, que si no se cuantos,…hasta que el propio Ángel León se dio cuenta y tuvo que decir que bastante hacían los concursantes en haberse acercado tanto a unos platos como los de su restaurante, tan súper estudiados, en tan poco tiempo y que era para cantarles una saeta. Menudos chuflas estos cocineros de Aponiente, igual los pamplinas se creen que tienen las mismas estrellas que Berasategui y son unas eminencias de prestigio mundial en cocina, cuanto chalao suelto.

Ya en la prueba de eliminación David como siempre el más tranquilo, con las ideas muy claras y controlando el tiempo. En todo lo que llevamos de programa sólo se le ha visto hacer un mal plato y varios que han destacado por presentación y no exentos de gran sabor como este último. A Carlos lo veía fuera porque andaba muy nervioso pero como siempre termina rehaciéndose en el último momento para completar un plato distinto y muy original. E Inés fue a lo seguro y aunque su plato era bueno no tenía el riesgo de los otros.
Para mi justa la eliminación de la galleguiña, a estas alturas no podía salvarse con un guiso, está muy bien eso del sabor pero si ello fuera lo que más puntuara mi abuela también sería clara candidata a ganar el programa. Hay que arriesgar más y demostrar que se es capaz de hacer platos sorprendentes y al alcance de no todos los cocineros.

Visto lo visto coincido en que los próximos candidatos a dejar el programa deben ser Peña y Marc en ese orden. Peña ya no tiene cabida en Top Chef porque es una Inés en versión hombre, sus guisos, gazpachos, potajes,…estarán muy ricos pero lo sacas de la cocina tradicional o le pones una prueba técnica y lo matas. Marc a veces comete fallos de principiante como por ej. el de carbonizar totalmente un pescado a la brasa pero también es verdad que es un tipo que estuvo en el mismo Bulli y lo de las técnicas en cocina las controla bastante y eso en este tipo de programa es un punto muy a favor que le puede salvar en muchas pruebas.
Sigo opinando que los claros favoritos son Víctor y David, Carlos un poco menos porque aunque quizás sea un pelín más imaginativo no tiene ese temple de David ni consigue sabores tan redondos, al igual que Víctor, quién puede que sea casi igual de sorprendente que Carlos pero cocinando con más gusto, además, como decía Inés, tanto toque japo en todos sus platos puede llegar a cansar al jurado porque estamos en España, no en Asia.

Por cierto, menuda publicidad les da Top Chef a los restaurantes de los concursantes. La Salita, el restaurante de la ganadora del año pasado Begoña Rodrigo se ha vuelto uno de los más solicitados de Valencia y no es nada fácil que te den reserva, por curiosidad un par de veces lo intenté para un finde y me dijeron que nanai. Tres cuartos de lo mismo está pasando con el Samsha de Víctor, aunque en este último sí que tuve la oportunidad de comer hace un tiempo y sus platos son tan sorprendentes y ricos como los que suele hacer en el programa. Eso sí, también comienzan a lloverles críticas, pero más fruto de las envidias que por otras cosas, no porque salgan en Top Chef uno puede esperar de sus platos una excelencia culinaria sublime, que a veces la gente se raya bastante con estas cosas.