Anécdotas del vino en familia

“.... que se habían dejado mis invitados.” Hiciste bien, eso no se puede desperdiciar. Je je. Gracias por comentar

Muchas gracias por tu aportación, muy didáctica. Saludos

Es que entre mi familia hay quien sabe mas que yo del tema !!!

Entonces tú eres “el cuñao” ????? Jjjjjjjj. Bromeó.

No, soy el hermano.

Dile a Raul que entre y nos cuente alguna anécdota, que seguro tiene unas cuantas.

Me siento muy identificada con el tema vaso, me niego a beber el vino en vaso, soy de las que lleva la copa en el bolso.... jjjjjjjjjj
Le compre a mi suegra copas en condiciones, nada de copas con el borde chapado en oro. Saludos

Buenos días.

ja,ja...lo del borde chapado en oro es un clásico. y esas copas de cristal grueso bien tallado con motivos horrorosos.....

Después de ser considerado mucho tiempo el rarito de los vinos, he decidido adaptarme a cada situación.

Que toca comida con el cuñado....pues cerveza del Lidl.

Que toca celebración con determinados amigos....Vaso palmero de tintorro con gaseosa.....

Así me evito de tonterías.

Luego tengo mis buenos amigos, o mi familia en casa con los que comparto buenos vinos y disfrutamos de ello.

Un saludo

Yo también creo que eso es lo mejor, si no somos nosotros los que terminamos convirtiéndonos en los cuñados pesados.

Una cosa que sí he conseguido con mi familia directa es utilizar copas, aunque sea para diario. Mi padre continúa usando sus vasos chatos.

Buenos días, pues yo en línea con los compañeros, por suerte en mi familia, uno de mis hermanos y mi padre entran al trapo y se limitan a beber y a decir si le gusta o no, y mi cuñado es de los "nuestros" y le gusta  el vino.

Lo de las copas unas Navidades compré unas copas para la casa de mis padres y tan contentos.

Eso si el día que saqué el decantador si me miraron raro.

un abrazo.

Lo de Villacreces si que lo decía un compañero de trabajo: "Es imposible que hasta aquí el vino sea bueno y a partir de aqui no" y compraba el reserva de Villacreces sin pensarselo pero como no es mal vino, tampoco se le podía llevar la contraria.

Cuando empecé a interesarme más por este mundo hice intentos porque la familia y los amigos probasen cosas a las que no estaban habituados, pero tras unos cuantos fracasos estilo a los del Noé con el queso azul llegué a la conclusión de que era mejor dejar los experimentos vinícolas para cuando estoy con mi pareja, y como mucho una amiga que es bastante abierta de mente.

En las ocasiones familiares por fin he conseguido que en todas las casas haya copas (mejores o peores, pero copas) y en la casa de los menos aficionados he llegado al acuerdo de que en Navidad yo me quedo los vinos que les dan con la cesta de Navidad (para guisar) y  les llevo otros, porque su mayor problema era qué iban a hacer con los de la cesta si no los bebemos en esos días. Suelo tirar de vinos sencillos y de corte más bien clásico, que son los que tienen mayor aceptación.

Con los amigos sé que tampoco puedo hacer muchos experimentos: Todo lo que se salga de las DOs cercanas a Valladolid tiene muchas opciones de acabar en fracaso. Como mucho he conseguido que me acepten algún albariño de Rías Baixas o rieslings sencillitos, pero más allá de eso, francamente difícil.

Al final son ocasiones en las que la gente simplemente quiere pasar un rato agradable y no van predispuestos a salir de su zona de confort y probar cosas nuevas.

Yo creo que eso tampoco es real.

Ay, cómo me suena lo de las copas de cristal grueso talladas!!

Mi mejor amigo tiene unas que no sólo son gruesas y talladas, sino de color azul (estilo el de la botella de Mar de Frades) y además se abren hacia afuera. De modo que si intentas agitar el vino para airearlo acaba inevitablemente en todas las paredes de alrededor. O peor aún, en todos los invitados, incluido uno mismo.

El problema es que veo que son "las copas buenas" y que las sacan con muchísima ilusión. Como no me atreví a decirles nada hace veinte o treinta años (que las copas son bien resistentes y perduran y perduran, como Duracell) pues ahora me atrevo aún menos.

Así que cuando oigo "uy, que Juanma ha traído un buen vino: sacad las copas!" se me cae el alma al suelo. Pero ya no tiene solución...

Sé de esa anécdota desde hace muchos años. Siempre me dijeron que se había dado el caso de "las lindes". Saludos desde la Capital del Hojaldre, Torrelavega.