Filosofamos un poco...?

48 respuestas
    #1
    in vino veritas

    Filosofamos un poco...?

    Hace mucho tiempo que no "me paso por aquí".

    Hola a tod@s!!!

    Se me ocurre cierto "experimiento sociológico": filosofar un poquito con el vino...a ver por dónde sale cada quién...jugamos?

    Primero, leamos este artículo:

    http://www.revistagq.com/la-buena-vida/comer-y-beber/articulos/asi-es-como-los-tintos-plantan-cara-a-los-blancos-cerveza/26033

    Fresco, adecuado y con el estilo inconfundible de Jesús Terrés (Nada Importa), al que me encanta leer de vez en cuando.

    Y ahora, nos pondremos excesivamente metafísicos (adrede) para "provocar" (lo que séa, aunque séa la naúsea):

    Estos primeros párrafos son importantes para evitar malentendidos y les remito a ellos al final de mi argumentación con tal fin.


     

    No conozco personalmente a ninguno de los protagonistas de este artículo, salvo a uno, que considero "amigo" y, sin embargo, "extraño". Intentaré explicarlo luego. Digo todo esto para evitar cualquier interpretación "ad hominem", puesto que mi reflexión va al concepto o idea y nunca a la persona (per sonare).


     

    Dicho esto, comentar que, con largas intermitencias, he leído y leo a Jesús Terrés (nadaimporta) y que me gusta y le admiro, por representar para mí algo "de otra época", una especie de hedonismo elegante que brilla por su ausencia, desgraciadamente, hace muchas décadas (casi diez).


     

    Luego está otro profesional del vino, al que no conozco y respeto (a partes iguales) y con el que empatizo en lo "teatral"...digamos que yo también realizo en mi vida profesional "labores comerciales", por lo que no siempre "se es uno mismo". Creo que me entienden (no suelo poder hablar profundamente de vino con unos novios, si me dedico a vender bodas).


     

    Vaya en defensa del primero y del segundo, tanto en cuanto que entiendo sobradamente que hay que "vender vino y artículos" y yo vivo, como ellos, en este planeta.


     

    Hecha la introducción, donde insisto, quiero dejar clara mi total ausencia de acritud en mi reflexión (más allá de eso, ojalá desembocara en compartir unos vinos, palabras y risas con ellos), entraré en materia.


     

    Y esa materia no es otra que el vino (primera mentira, el vino es una excusa tan buena como cualquier otra para lo que voy a decir).


     

    ¿No han visto/leído ustedes un "corte" tremendo en este artículo?


     

    ¿No se han percatado de, por llamarlo de alguna forma, dos "mundos" diferentes?


     

    Esos dos mundos son, ni más ni menos, que los que separan a la "persona" del "ser". Que no es lo mismo, se lo digo yo.


     

    Persona, etimológicamente viene de "per sonare", es decir, "para hablar", referido a los actores, miles de años ha...


     

    Sin embargo el "ser", es otra cosa. Íntima, tanto que de tan cerca a nosotros mismos, no lo vemos. No nos percatamos de nuestro "ser".


     

    Y en este artículo (que utilizo vilmente para mi fin) se refleja perfectamente lo que intento decir: va de la máscara, de la falacia, de la pose (inconsciente, no acuso a nadie de nada) hacia el contenido, el concepto, a cierta verdad, al "ser". Sé de lo que hablo, créanme: mi "máscara" llegó a ser "célebre"...no hablo desde ningún atril superior ni inocente.


     

    Llevamos miles de años "pensando" siempre por oposición de contrarios. Es inconsciente, no nos percatamos, sin embargo difícilmente sabemos salir del bien/mal, frío/caliente, seco/húmedo...y no se engañen, toda esta "relatividad y subjetividad" que parece venir imponiéndose desde hace pocos siglos, no nos acaba de sacar de esa nefasta dialéctica.


     

    Les hablaré de mi "amigo", entrecomillado por lo "extraño" (como tantas cosas en mi vida últimamente).

    Somos "extraños amigos" porque realmente ni nos vemos, ni compartimos ni existe cotidianidad alguna entre nosotros, sin embargo...yo creo que sé quién "es", por la sencilla razón de que hablamos de otra dimensión, de otro estadio, donde lo cuantitativo apenas cuenta, siendo lo cualitativo lo verdaderamente importante. Y cualitativamente sí, lo confieso...hemos compartido.


     

    Creo que llevamos unos cien años (mejor 200) totalmente perdidos, viviendo una época absolutamente decadente, con el suelo moviéndose bajo nuestros pies, sin norte ni referencias, sin orientación alguna, con viejos sistemas caducos y decepcionantes pero sin los nuevos aún a la vista. Y en estas circunstancias proliferan las (nefastas, por lo general) autoayudas, ahogadas en nuestro propio vómito e inmersos, como ya he dicho, en ese pensamiento maniqueo, bipolar, pendular y binario del: si/no, bueno/malo, concentrado/Atlántico...


     

    Y así, apresados en una ciénaga de falacias, nadando contracorriente y sin movernos del mismo punto en ese mar de estupideces, no lograremos avanzar.


     

    Y digo estupideces porque lo son (sin el menor ánimo de ofender a nadie), porque hablar de "tintos con espíritu de blancos" es sólo un "titular" (que entiendo y no critico, intento ser crítico más allá de eso), hablar del "nervio" y la mucha acidez, o la escasez de sulfuroso u otras sandeces por el estilo, es una pura pose sin contenido alguno, puesto que no encierran en sí mismos ningún "valor" (solo son características aisladas sin contexto).


     

    Como ven, más que hablar de vino estoy utilizando el vino para hablar de cómo veo yo la época que nos toca vivir, sin dejar por ello de hablar de vino.


     

    No atacaré más a la "persona" (per sonare) y me centraré en el "ser" (extrañas amistades...conoces tu propio ser? Inténtalo!).


     

    Alberto Redrado Calavia , que en sus párrafos finales del artículo que nos ocupa, en mi opinión, da un salto cuántico, inconmensurable y descomunal sobre en lo que en dicho artículo (ligero, desenfadado, fresco) se está diciendo, va directamente al "conocimiento". Alberto se acerca al vino desde el "ser" y no desde la "per sonare". Alberto conoce y sabe.


     

    Los que me conocéis sabéis que cuando hablo de vinos "grandes", hablo de cierta "magia", de algo que no es posible explicar con el lenguaje (por eso existe la poesía). Hoy quiero decirlo, como conclusión provisional de esta reflexión: creo que esa magia está relacionada con el "diálogo" que el vino (grande) establece con nuestro verdadero "ser" y no con la máscara, no con la persona.


     

    Y en ese estado de cosas, hablar de poses es absurdo. Los vinos "superestructurados" surgieron porque un montón de productores mal interpretaron a Robert Parker (grandísimo catador que en ese momento valoraba mucho la sensualidad y voluptuosidad de un cierto tipo de vino...grande) y toda esa moda de acidez atlántica (la he defendido hasta la saciedad), variedades autóctonas (cuanto más desconocidas, mejor, pero como pose, superficial), vinos naturales (sin tener nada en contra, aunque sí combato toda "religión"), sulfurosos y demás sandeces, no son más que el reflejo de lo perdidos que estamos, y de la ayuda y orientación que necesitamos.


     

    Recuerdo perfectamente, con Alberto (y algún otro), un Haut-Brion 05 en una sierra, unas cuantas verticales de grandes del mundo, unas cuantas discusiones, en definitiva, unos cuantos intentos de dejar aflorar al "ser" que somos, haciendo callar a nuestra charlatana persona/máscara, mientras sentíamos cosas tan "mágicas" que en cuyo nombre y honor he escrito estas palabras.

     

    Y ahora, a ver qué pasa...

    ...se admiten insultos, si son graciosos...

    Cheers!!!

     

     

    #3
    in vino veritas
    en respuesta a pepecano

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de pepecano

    Hola Pepe!!

    Mucho tiempo desconectado, cierto.

    ¿No están los talibanes de mis tiempos? vaya! con las ganas que venía yo de meterles caña...

    A lo mejor no hace daño pensar...ya veremos.

    Abrazo!

    #4
    Eterio
    en respuesta a in vino veritas

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de in vino veritas

    Gracias, in vino veritas.  No es fácil hablar sobre vino con tanto acierto y a la vez  sobre ser y  pesrsona.  No sé si estaba leyendo su escrito o estaba leyendo a Michel de Montaigne (autor que estoy leyendo actualmente, simultaneado con otros, como es mi costumbre desde mi niñez). Ambos me habéis hecho pensar reflexionando.

    Escritos como este deberían ser más frecuentes. por supuesto, con el tema vino por medio.

    Un afectuoso saludo

    #5
    in vino veritas
    en respuesta a Eterio

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de Eterio

    Gracias a tí, Eterio, por tomarte la molestia de leerme.

    Más que la identificación con un autor (grande el que nombras), vivo un momento muy ecléctico, de "pensamiento fragmentario" como diría el gran Cioran...asumiendo los "riesgos" que ello supone (no descarto la "locura" :-)

    No es fácil hablar muy claro, sin "ofender" a alguien...sin embargo se puede y, dicho de otra forma, llega un momento en la vida, una edad, en que si no eres capaz de decir lo que piensas (siempre provisionalmente, fragmentariamente), has fracasado.

    Afectuoso saludo.

    #6
    EuSaenz
    en respuesta a in vino veritas

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de in vino veritas

    Hola Salva, un placer verte por aquí, yo cada vez participo menos pero me sigo dejando caer de vez en cuando. Veo que sigues con tu espíritu libre y crítico y eso me parece fantástico, jeje. Curiosamente yo conozco personalmente a los otros que tú no conoces (Fernando y Juanma) y también aunque menos al autor del artículo. Me falta por conocer a Alberto, ya sabes, mi mayor “lunar” en esto del vino, todavía no he tenido la fortuna de ir a L’Escaleta y no será por falta de ganas…

     

    Hay en efecto algunas cosas que me chocan, yo no estoy de acuerdo con lo que dice Fernando de que el vino ha de beberse como el agua, yo no quiero que el vino me quite la sed porque para eso ya está el agua, yo en un vino busco placer y eso no hay agua que me lo de, ni si quiera el “Agua de Valencia”. Lo que dice Juanma tampoco tiene mucho sentido en los ejemplos que cita, son muy generalistas, hablar de nebbiolo o pinot noir como sutilidad…tómate un Serralunga de Conterno o un Pommard de Gaunoux y verás que sutilidad, jeje. Veo que son frases muy hechas y muy del discurso actual, pero bueno, también Juanma vende vino y tiene que hacer su papel. A quien veo más coherente en su discurso sin duda a Alberto, todo es compatible y disfrutable y la calidad puede venir de muchos sitios y de distintas formas. Y en general si buscamos tanta uniformidad a través de la frescura en los vinos podemos perder personalidad e identidad.  

     

    Un saludo y a ver si podemos coincidir algún día por ahí. Si el 22 vas a lo de Burgos de Almavinos por allí estaré

    Saludos, Eugenio
    https://twitter.com/EuSaenz

    #7
    Xavih
    en respuesta a EuSaenz

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de EuSaenz

    En general estoy bastante de acuerdo contigo, excepto en alguna cosa, que diría el ínclito.

    Tan reduccionista, simplista y seguidista es adorar los vinos concentrados-estractivos Parkerianos, como, ahora, que parece que se busca justo, lo contrario. Hace algunos milenios que un sabio de HESTO(Esto entendido como la filosofía, no la enología, que nos describio el punto medio y el equilbrio entre dos extremos como el lugar más adecuado, para casi todo).

    Dicho esto, estando muy de acuerdo con la visión edonista del vino, pues el placer cada uno lo encuentra donde quiere. O donde puede.

    Mi matización es que creo que la sencillez, que no la simplicidad, es una virtud en si misma. Y como tal placentera. Por tanto que un vino sea fácil de beber, comercial en el buen sentido de la palabra, es placentero. Y que no sea fácil de beber, o sea poco comercial, es un defecto. Defecto que puede perdonarse o no, si esa complejidad de entrada lleva consigo un placer posterior, que la justifica plenamente.

    Pongo un ejemplo de ello para ver si se me entiende. Ayer por la tarde asisti en el Palau Robert de Barcelona a la presentación de vinos de Alella. Estaban prácticamente todas las bodegas y como son pocas pude catar-recatar como pocas veces se puede hacer en presentaciones de este tipo. 

    Diferentes elaboradores, diferentes uvas, diferentes coupage, diferentes filosofías, diferentes precios. Mi conclusión, los vinos de Pansa Blanca(La gran potagonista de Alella, la Xarel.lo en esta D.O:), del 2015 son los que más y mejor se expresaban y estaban más redondos a la vez que más elegantes. Los 2016, salvo alguna excepción, estaban aún excesivamente jovenes, y la acidez de la Pansa Blanca los tapaba en exceso. Tb creo que los que optaron por el coupage, Pansa Blanca-Garnacha Blanca, 70-30 o similar, estaban por encima de la mayoría de monovarietales. 

    Había un elaborador, Qum Batlle, que hace vinos monovarietales, de Picapoll, de Garnacha Blanca, de Pansa Blanca y hace un vino de coupage de las 3 variedades. No les da paso por madera, pero si muchísima botella. Sólo el Picapoll era joven, 2015(Esplendido), los otros dos monovarietales, eran del 2012 y su buque insignia, del 2011. A mí el que más me gusto fue el Picapoll, de lo mejorcito que he probado en esa variedad, por encima de la mayoria de los de Pla de Bages, donde es más habitual. El Coralis(O algo similar), de las 3 variedades del 2011, era interesante, aunque algo extraño. Los 2 monovarietales del 2012, no me gustaron. Si, estaban muy redondos, la acidez era la justa, pero tb estaban bastante oixidados, con fruta muy confitada, por tanto muy poco varietales, pq EMHO; tanto la Pansa Blanca como sobre todo la Garnacha Blanca son uvas para expresar fruta-flores frescas. 

    En definitiva, EMHO otra vez, la complejidad no es complicarnos la vida(O complicarsela a los clientes), si esa no hace ninguna falta.

    En cuanto a la opinión del sumiller, tampoco estoy muy de acuerdo con su planteamiento. Por mucho que el su disciplina sean los vinos, no deja de formar parte de un equipo de un Restaurante. Y lo más importante en un vino, en un Restaurante, es que realce-ensalce la comida, por encima de ensalzarse a si mismo. Que a veces no es incompatible, cierto, pero a veces si. Los vinos muy muy complejos, con independencia de su calidad, me parecen en general poco gastronómicos, pq son muy complicados de madirar adecuadamente y son(O pueden ser), poco flexibles. 

    Creo que una  de las labores de un buen sumiller, es elegir vinos que cuadren mejor con el estilo y la filosofía de su establecimiento. No me valen cartas de vinos de 300 páginas. Primero pq son imposibles de mantener(O con un sobrecoste desmesurado a cargo de los comensales) Y después, pq como diría aquel, pàra eso no hace falta tener un sumiller, con la Portera de Nuñez versión google (wine search-vivino-verema, etc, etc), te soluciona el problema.

    Un sumiller aporta valor a un establecimiento de este estilo, cuando es capaz de escoger 80-100 vinos(Incluso muchos menos), que con diferentes estilos, diferentes zonas y no necesariamente de elaboradores conocidos, ni a precio disparatados, realcen la cocina del establecimiento. Si encima brillan con luz propia, mejor que mejor, pero la estrella en un Restaurante es la comida, el vino es el actor secundario(Importantisimo), pero en general cuando un secundario se come al prota, no suele ser una gran pelicula.

    #8
    EuSaenz
    en respuesta a Xavih

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de Xavih

    Ojo, que soy el primer defensor de la sencillez como virtud, yo creo que el tema del artículo no es ese, sino lo de recurrir a frases hechas y a conceptos un poco de moda por una parte y defender to auténtico y las características de cada zona y vino por otra. En cualquier caso, yo entiendo un poco a todas las partes.

     

    Buenos sumilleres de verdad hay muy pocos y han de saber “leer” a cada mesa y a cada cliente. Cada uno tiene sus gustos y expectativas. Tengo entendido que Alberto es uno de los mejores, pero todavía no he tenido la suerte de comprobarlo…

    Saludos, Eugenio
    https://twitter.com/EuSaenz

    #9
    Xavih
    en respuesta a EuSaenz

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de EuSaenz

    Por eso decía que estaba de acuerdo en casi todo. Yo procuro tener sobre todos variedades autóctonas(Con todo lo relativo, sobre todo en lo temporal que significa eso en el mundo de  la viticultura), pero no pq crea que son mejores que las variedades internacionales, sino pq creo que son las que han demostrado adeptarse mejor al terruño y al clima y pq es la que más experiencia existe a la hora de elaborar vinos.

    Recuperar variedades casi extinguidas? Pues me parece un ejercicio "académico" muy interesante. Y necesario.

    Y a veces da un gran resultado enológico. Y otras, no. O pq esa variedad se dejo de producir pq no daba grandes resultados. O pq es una variedad problemática y tampoco compensaba el resultado final. O pq era una variedad minoritaria, que podría ser útil para determinados "coupages" pero que por si sólo tampoco aporta cosas que otras variedades no puedan dar. O simplemente, pq se ha perdido el conocimiento de como elaborarla de forma que se pueda sacar de ella un buen resultado.

    En cuanto al sumiller, no pongo en absoluto en duda su valía. Y menos su conocimiento. Pero sigo pensando, que en general, los vinos muy complejos no son los más adecuados para servir en un Restaurante. 

    EMHO, igual equivocada, el mayor maridaje que puede tener un gran vino, de casi cualquier tipo, es tomandotelo sólo y apreciandolo por si mismo. 

    Por contra, otra vez EMHO, hay vinos excelentes, cuya mejor virtud es agrandar la figura del plato con el que te los bebes. Esos son los vinos que yo tendría en un Restaurante.

    Para hacer una reducción al absurdo. Un Chateau d'Yquem de  una añada histórica, marida muy muy bien con un gran foie. Y mejor  aún consigo mismo. 

    #11
    EuSaenz
    en respuesta a Xavih

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de Xavih

    No sé, no sé…a mí no me importaría probar un Yquem de 1945 con la royal de alcachofas y foie del Celler de Can Roca…yo creo que un gran plato y un gran vino son 100% compatibles y pueden proporcionarte momentos inolvidables en las pocas veces que puedan llegar a juntarse. La labor de un buen sumiller es saber “leer” cada mesa y cada momento y a partir de ahí sugerir vinos acorde a ellos, más incluso que acorde a los platos.

     

    En cualquier caso creo que nos vamos un poco de lo  que yo entiendo que iba el hilo, de una disquisición entre el concepto de frescura y ligereza y el de autenticidad y sabor. Son totalmente compatibles pero no tienen por qué caminar juntos. Cada paisaje, cada zona, cada variedad debe expresar su propia identidad, sin tener porque adulterarlas buscando un gusto común y teledirigido.

    Saludos, Eugenio
    https://twitter.com/EuSaenz

    #12
    in vino veritas
    en respuesta a EuSaenz

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de EuSaenz

    Hola Eugenio,

    No podré ir a Burgos, ya me gustaría, ya...

    Me alegro que les conozcas (a los otros dos o tres), porque cuando uno "dispara", suele confundirse el mensaje a la "idea" con el ataque a la "persona" y aquí no hay tal ataque, a nadie.

    Lo que denuncio no es un ir "pasando fases". Nada más humano que eso, sino el hacerlo de forma "bipolar", pendular...y al final no decimos nada con el más mínimo sentido.

    Ciertamente es una exageración, una especie de "encarnizamiento" con un artículo fresco, sin pretensiones de transcendencia (por eso digo que lo uso "vilmente" para mi fin).

    La denuncia entrelineas no es otra que la de que (en el vino, en la vida en general), nos faltan "cimientos". El hombre unidimensional de Marcuse (o el hombre-masa, más castizo, de Ortega).

    Cambio de tercio como metáfora (de actualidad):

    Gana Portugal...España queda última...Y NO ES POR UN GALLO!! es porque ese pobre chaval representa muy bien la MEDIOCRIDAD imperante. En resumen: gana la MÚSICA, pierde la nimiedad.

    No es la "acidez", no es que una moda suplante a otra (antes superconcentrados, bombas de extracción, ahora "ligeros"), es la falta de saber de qué hablamos.

    En generalidades?  de acuerdo en todas: el vino en un restaurante es PARA COMER, no para "orgasmar" (por no ponerlo todo perdido, claro). Todo eso es lo cotidiano, lo "unidimensional", lo alienante, lo normal...

    Un placer saludarte y a ver si pudiéramos coincidir en alguna cosa, aunque yo me prodigo poco hace bastante tiempo (esta entrada mía en Verema ha sido una excepción, una rareza).

    Dos "pistas", para este "experimento sociológico":

    «De todas las risas que hablando propiamente no son tales, sino que más bien reemplazan
    al aullido, sólo tres a mi juicio merecen detenerse sobre ellas, a saber: la
    amarga, la de dientes a fuera y la sin alegría. Corresponden a ‑¿cómo decirlo?‑
    a una excoriación progresiva del entendimiento y el paso de una a otra es el
    paso de lo menos a lo más, de lo inferior a lo superior, de lo exterior a lo
    interior, de lo grosero a lo sutil, de la materia a la forma. La risa amarga
    ríe de lo que no es bueno, es la risa ética. La risa de dientes afuera ríe de
    lo que no es verdadero, es la risa judicial. ¡Lo que no es bueno! ¡Lo que no es
    verdadero! ¡En fin! Pero la risa sin alegría es la risa noética, por este
    gruñido ‑¡ja!‑, así, es la risa de las risas, la risus purus, la risa que se
    ríe de la risa, homenaje estupefacto a la broma suprema, en resumen, la risa
    que se ríe ‑silencio, por favor‑ de lo desdichado» (Samuel Beckett).

    «Señor juez, señor arzobispo, admirado filósofo,
    ¿no sería mejor, a fin de cuentas, aun a costa de la fachenda, ser cardo o
    coliflor?» (Cioran)

    ;)

     

    #13
    Swinsword
    en respuesta a in vino veritas

    Re: Filosofamos un poco...?

    Ver mensaje de in vino veritas

    Muy buenas, no tengo el placer de "conocerte", pero después de leer el artículo, tus comentarios y reflexionar un poco, comparto que hay un salto en este artículo. Una película con dos partes comentada por dos personajes diferentes.

    El primero es un personaje que quiere desmarcarse de las tendencias, desvinculándose de unas y yendo hacia otras. Tendencias que son las que lleva el mercado. Ese es el vendedor que comentas. Habla de lo actual, del momento, de lo que se ha llevado y de lo que se está llevando ahora. Lo del vino es para apagar la sed, como dice Eugenio, pues lo veo una soberana gilipollez. El vino es para disfrutar del momento, de la compañía, de la comida... Y el vino cambia según el momento y los gustos. Pero he ahí que a yo disfruto tanto de un viejuno (pocos he probado, pero me han gustado mucho), como de un parkerizado (por qué no!!!!), como una Garnacha de Gredos, de Aragón, una mencía de la RIbeira Sacra, un buen cabernet de Napa o de la madre que los parió mientras sea un buen vino. Ahhhhhh!!!!! Y de Jerez y los espumosos de calidad!!!! (por cierto, habla de cambios de tendencia, de que los viejunos pues han sido moda, pero sigue apegado a la tradición con estos vinos, que no son tendencia: son buenos vinos puros y duros).

    La segunda parte va del "sensible al vino", del narrador, que desde fuera quiere hacer partícipes a los consumidores del disfrute del vino, sin ir a morir a tendencias, intentando que su experiencia sea completa. Huye de las modas, de los vinos caros y que aún están en pañales, vinos que hacen que la experiencia no sea completa y menos satisfactoria. Vinos fáciles de beber, que no te hagan pensar... Pues esos son los vinos que armonizan, que hacen que una comida en un restaurante sea más placentera y no tengas que esperar horas para disfrutar de uno de los elementos que componen una comida o cena, como es el vino. Hay decantadores y demás, sí, pero es que un vino excesivamente complejo, puede echar al traste una buena cocina.

    Conclusión: que hay que disfrutar del vino fuera de las modas, de las listas, de los influencers.... hay que disfrutar del vino que te gusta, sin más y sin menos.

    Volvamos al ser, al placer, a las sensaciones y menos a los modismos y el postureo.

     

    Viva el (buen) vino!!!!!!

     

    Una barrica de vino puede realizar más milagros que una iglesia llena de santos

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