¡¡ Cuánta razón tienes, Pepe!!  Cuando alguien me pregunta: "dime una

¡¡ Cuánta razón tienes, Pepe!! 

Cuando alguien me pregunta: "dime una característica única que diferencie a los finos y manzanillas del resto de vinos",... siempre me viene a la cabeza una respuesta inmediata: "Son los vinos más secos del mundo". Hay gente que tuerce el morro por explicarle que, prácticamente, no tienen "azúcar residual"... pero luego, con un ejercicio pausado de mostrarle las bondades de estos vinos, en muchas ocasiones, se consigue ir "adoctrinando" a las personas para acostumbrar su paladar a vinos así.

Luego, una vez asimiladas las manzanillas y los finos más básicos primero (y, si es posible, de un nivel medio ó, mejor, medio-alto), el ir "subiendo" a finos amontillados y manzanillas pasadas es cuestión de tiempo pero, en mi corta experiencia, no suele salir mal.

Cuando un familiar (mi madre/hermano) me piden: "trae para comer este domingo una manzanilla/fino como la del otro día" (puede ser una (ó dos en el primer caso) Sacristía AB, un La Bota de Fino 54 ó una La Bota 55 del Equipo Navazos)... piensas: "Estoy haciéndolo bien". Te plantas entonces, con lo pedido ó bien, con algo ligeramente "distinto", con una "Manzanilla Pasada Maruja" ó, si es posible, con una "La Bota de Manzanilla Pasada nº 59" y entonces el triunfo, te das cuenta que está asegurado y que estás haciendo, poco a poco, aficionados a los vinos generosos y, en concreto, a los vinos del Marco de Jerez.

De ahí a evolucionar hacia amontillados, olorosos, palos cortados,... ya es relativamente sencillo (ó, al menos, no muy complicado) con algo de constancia e interés por parte del que ya gusta de buenos finos y manzanillas.