Es uno de los vinos blancos que poco a poco me han ido convenciendo para pasarme del tinto al blanco.
De color amarillo ligeramente dorado, limpio y brillante.
En nariz es importante la temperatura, como este muy frio te pierdes muchos aromas, destacan en principio los aromas citricos y minerales, le cuesta abrirse, hay que darle tiempo para que se exprese al maximo, la fruta que encontramos es fruta blanca ( pera) y fruta con hueso (melocoton), ligeros ahumados y frutos secos.
En boca tiene cuerpo, es graso, excelente acidez citrica que junto a ligeros balsamicos dan mucha sensacion de frescor, mucha intensidad mineral, a pesar de los 13,5º el alccohol no destaca, madera y fruta van de la mano, final largo con ligero amargor y muy serio.
Los blancos portugueses son unos desconocidos para la mayoria y es una lastima porque tienen mucho nivel

Pajizo limpio y brillante.
Nariz intensa, de enorme profundidad y complejidad. Destacan las sensaciones florales, las frutas maduras, los tostados de una madera de máxima calidad, las sensaciones cítricas, herbáceas, especiadas y de frutos secos, todo ello tamizado por un elegante fondo mineral. Austero, serio y complejo. Gran nariz.
En boca está todavía muy joven, recientemente embotellado. Pero deja entrever una enorme materia, con mucha estructura. Es graso y poderoso. Mantiene siempre las sensaciones minerales de su fantástico terruño. Quizá le falte algo de acidez para ser un blanco de nivel mundial, pero sin duda es uno de los más interesantes que se producen en la península ibérica. Persistente.
Estamos ante uno de los mejores blancos portugueses, muestra de que con una viticultura seria, con unas magníficas viñas viejas y con un preciso tratamiento de la madera se pueden elaborar excelente blancos. Gran vino. Unos 30 euros, no muy caro para su nivel.