Color rojo rubí con tonos atejados.
Nariz fina y elegante de intensidad media, compleja y profunda, con unos toques suaves de cueros, vainilla, tierra húmeda, cacao... poco a poco van apareciendo notas de café y chocolate.
En boca mantiene una acidez notable, cuerpo ligero pero profundo, largo, tacto cremoso y elegacia brillando en la copa.
A sus 61 años conserva una acidez y una viveza dignos de admiración.

Sorprendente color rubi menisco teja, aun bastante cubierto, limpido. En nariz aromas amplia y sutil conforme evoluciona en copa ,maderas, cueros toques animales y tostados. En boca es elegante , delicado perfectamente equilibrado y sorprendetes taninos presentes todavia. Con persistencia. Un vino para beber con ojos cerrados y dejarse llevar.

Color caoba muy limpio, de capa media-alta. Nariz compleja, sutil, muy elegante, con notas de chocolate, pasas, café, tofee, cueros finos y un punto licoroso, con recuerdos a brandy. Es una maravilla dejarlo evolucionar en la copa donde cambia continuamente desplegando nuevos aromas. En boca asombra su gran estructura y unos taninos que, aunque maduros y sedosos, están bien presentes y vivos todavía. Excelente acidez que le da cierta ligereza en el paso por boca, atenuando su robustez. Retronasal con notas de caramelo, ahumados, tierra húmeda. Gran persistencia. Una delicia que lleva muy bien sus 56 añitos y a la que aún le queda cuerda para rato.

Bosconia GR 1947: rubí teja muy cubierto todavía. Tiene una estupenda nariz: cassis, cuero fino, hinojo, algarroba, y algo de pan de higos (varias horas más tarde). Fantástica nariz la de este vino con 56 años a sus espaldas. En boca yo diría que era el que más dejaba sentir sus taninos, muy suaves ¡claro! Pero todavía presentes. De jovencito debió ser una auténtica bomba para mantenerse de esta manera hasta hoy, y todavía conserva cierta rusticidad en boca.

Color rubí evolucionado, algo más vivo que el de las añadas inmediatamente posteriores. Nariz de buena intensidad en la que abundan las notas animales, los toques de bosque umbrío, algarroba, fruta licorosa y un sutil toque de vainilla. En boca la acidez es notable lo que le hace aparecer como más delgado de lo que realmente es, de hecho el ensamblaje es impresionante y este jovencito de 56 años se permite incluso una seductora tanicidad. En el retronasal reaparecen suaves toques animales.

En esta añada se produjo una sequía extrema durante todo el ciclo. Según la bodega, es la mejor cosecha que han conocido en los últimos 60 años. Y el vino atestigua que es algo muy diferente a lo normal (dentro de la categoria gran reserva) con un color rubí mucho más intenso que los demás. Por su color se diría que es más joven que el 54, 64 o 76. En nariz aparece muy masculino, potente pero algo falto de sutileza y complejidad. En cambio, en boca es extraordinario, gran estructura, muy delineado con una magnífica acidez perfectamente integrada con unos grandiosos taninos, poderoso, aquí hay una extraordinaria sustancia que aguanta perfectamente después de 56 años. Genial. Postgusto largo y evocador. Me puedo imaginar cómo sería este vino cuando era joven: una bestia tremenda, que se ha ido refinando con tantos años. Si su nariz hubiera estado más expresiva la experiencia habría sido aún más sublime.