Hojas y menta (casi mas mineral), austeridad como perfil perfecto de su complejidad, taninos fijos, viene el cafe y una fruta arrastrando su acidez. Es razonable, fresco, vigoroso, emblemático. Hay un nucleo profundo en estos Bosconias que hemos tratado a veces de fruta como densa, hundida, por salir. Un caramelo a veces.

Y de paraje, como siempre ha sido.

Después de esperarlo largo tiempo un amigo descorchó esta botella. Desgraciadamente sólo se mantenía un poco en nariz en forma de tinta china y aromas de caja de puros. En boca completamente acabado, prácticamente plano.
En fin, es lo que tiene este mundo que lo hace apasionante, imposible controlar el riesgo de que pase una cosa así, lo sientes mucho pero por otro lado sabes es inevitable.

Bonito color rubí con reflejos anaranjados y ribete cobrizo, bien limpio, sin aparecer marcados marrones, esconde bien que tiene 45 años.

Nariz iba a decir “borgoñona” por delicada y fragante, pero qué coño, nariz de gran rioja clásico, con fruta aún muy presente (guindas) y nada licorosa, incluso ácida diría, recuerdos de monte bajo en una envoltura de cuero y ligeramente especiada fabulosa, y todo rematado con esas notas terrosas (arcilla) que tanto me gustan en estos vinos .

En boca se muestra firme, envolvente, con gran sabrosidad y un tanino fino y pulido, muy equilibrado, excelente acidez que lo dota de frescura, prodigiosa elegancia, con un final especiado (pimienta) y de finas maderas de una persistencia asombrosa. Gigantesco!

No se deja ver con facilidad y puede parecer que no es barato, pero si ves una botella, yo no lo dudaría ni un instante: COMPRA.

Botella con un nivel de elixir perfecto y consiguiendo sacar el corcho entero.Sin decantar y con muy poco sedimento.Color granate amarronado,con destellos teja en el menísco.En nariz,es un festival de aromas,empezando por un tufillo de reducción que con el movimiento en copa,consigue irse.Nos muestra aromas de madera añeja,de humo,incienso,de chocolate negro,de vainilla,dando paso a la fruta roja(fresas y arandanos),aromas florales(lilas y violetas),hay otro fondo de fruta,pero esta vez escarchada y de pasa(ciruela blanca pasa,orejones,calabazate)y un final de nariz,que recuerda a la canela en rama.En boca,la entrada es fina,elegante,mostrando un taníno pulído,buena acidez aún y un final muy largo,con recuerdos frutales y florales.Que rico!!,cada vez me gustan más los vinos de esta bodega,con personalidad propia,con un recorrido bestial por delante.Quiero más.....

Un vino para mi con un significado muy especial, esos pocos vinos que perdurarán para siempre; descorchado y compartido por Doña Ma. José López Heredia en un día muy especial. Como todos los grandes Bosconia, este se manifiesta con mucho complejidad: Regaliz, pimienta, cuero y fruta roja en sazón. En boca es sedoso complejo se abre poco a poco dando sabores y aromas nuevos a cada trago. Gran vino, maravillosa compañía, un gran día.

Color rubí profundo, de capa media y muy viva, con lágrima lenta. Nariz muy intensa, delicada, muy elegante, compleja, cambiante, limpia y profunda. Mucha fruta roja fresca y madura, regaliz, flores secas, un poco de eucalipto, aceituna, heno y leves toques animales que desaparecen poco a poco. En boca es muy vivo, equilibrado a la perfección, de paso aterciopelado, con magnífica estructura y redondez. Final sabroso y muy persistente, con aromas a fruta, regaliz, caramelo tostado, brandy y tonos ferrosos.

Un vino muy especial si se le da tiempo y se disfruta con reverencia. Para mí espectacular, sobre todo al día siguiente, donde muestra una nariz limpísima y una boca perfectamente estructurada, equilibrada y eterna. Lástima que la botella se acabe.

Nariz con notas de fruta en licor, cueros finos, muchos tostados, algo de ebanistería, mueble viejo, desván. En boca tiene buen ataque, con una acidez potente y taninos presentes. Final con notas de tierra húmeda, desván, frutas rojas. Buena persistencia, aunque menor que el resto de sus compañeros de cata.

Al contrario que con el Boscoia GR 64, esperando menos encontramos más. La nariz de este 68 era la más voluptuosa de la cata de Bosconias, con mucha intensidad y limpieza. Al perfil común (cassis, hinojo, cuero fino) habría que poner acento en el cuero y en leves notas de algarrobas. En boca es un vino muy redondo y equilibrado, con un cuerpazo estupendo.

Para acompañar los canelones de la comida de navidad apuesto por este gran clásico. Desafortunadamente esta botella tiene signos de estar más evolucionada de lo previsto. En este caso los 35 años de edad no le han sentado muy bien, apareciendo en primer plano aromático notas maderizadas aunque a ráfagas aparecen esos maravillosos frutos rojos especiados tan característicos de los Bosconias. En boca muy pulido, algo amargoso, con buena acidez pero dejando la sensación de que esta botella ya está en fase descendente. La botella tomada en la vertical del pasado día 11 estaba más viva y expresiva.

La botella viene muy viajada desde Valencia a Barcelona donde me la tomo en un restaurante con el amigo Camblor. Color granate con destellos cobrizos (por consenso de la mesa ;-) Aroma sutil y complejo, algo retraido inicialmente. Con más aire crece en intensidad, desplegando una gama de frutos rojos y especias. En boca está muy pulido, buen nervio cítrico, suave, aunque sigue timido y no llega a alcanzar una gran expresividad que llegue a emocionar.