Vino color cereza con ribete purpura, bien cubierto, limpio, brillante y lágrima densa.
En nariz lo encuentro mineral, me pasa con la Bobal, quizás un poco cerrado al principio, dandole tiempo, tenemos fruta fresca y alguna nota tostada, pero cuanto apenas.
El paso por boca es suave, goloso, bien equilibrado, con unos taninos aterciopelados.
Retronasal de baja intensidad, fruta, toque balsamico
Posgusto, medio y bueno.

Espero que su hermano mayor Finca Sandoval, tenga mas nariz.

Un vino que no nos llamará la atención por su packaging, ni por su leyenda en la etiquete, ni contraetiqueta. Sinceramente falta no le hace, tiene la garantía de ser familia directa del grande de Finca Manchuela.

Se muestra mas franco, a pesar de esconderse en nariz durante algunos instantes, su intensidad no es su virtud, su equilibrio si es destacable, su capacidad de guarda por y para 5 años también lo es. Fruta roja y negra rodeada de especies y toques madrigados un tanto espaciado. Taninos aun por pulir, resultando cálido en su conjunto.

Picota tirando a cereza, con borde morado, intensidad media, brillante y limpio. Lágrima muy densa. En nariz se nos mostró algo hermético, con poca expresión aromática, se ve frutal y algo de madera con intensidad baja. En boca entra muy goloso y fresco, potente, con taninos marcados pero pulidos, buen cuerpo, sensación balsámica, muy armonioso y equilibrado, sin aristas. Dio más expresividad en boca aunque se muestra sutil, fruta madura, con unos tostados dulces, un toque lácteo, regaliz, como una Juanola. El final de duración buena es agradable, sabroso, dulce y con un toque de café. Invita a repetir.
Buena boca, un equilibrio elegante. La fase olfativa lo único que no estuvo a la altura que se esperaba.