Es un vino con dos tremendas curiosidades, el origen (Uruguay) y una de las uvas con las que se elabora, la Tannat. Su origen se encuentra en el sudeste francés (Madiran) pero también se da actualmente en Argentina, Brasil, Uruguay y sudeste boliviano aunque es en Uruguay donde consiguen sacarla su máximo esplendor. De hecho en Uruguay es la uva nacional, teniendo casi el 50% del total de la superficie dedicada a viñedos. Su nombre viene originado por su poderío tánico, por lo que suelen ser vinos de guarda.

Pertenece a la bodega J&F Lurton. Jacques y Francois son hijos de André Lurton afamado bodeguero de Burdeos, propietario de siete chateaux. Nada podemos decir de la forma de elaboración ni la cantidad producida. En lo que concierne al porcentaje entre las dos varietales, creemos, en base a la cata que realizamos, que es la Tannat la que tiene mayor presencia, pero es una humilde opinión.

CATA

Botella bordelesa vestida con una sencilla pero bonita etiqueta. Volumen alcohólico 13%.

Visual: A pesar de los años transcurridos, pero conservandose en perfectas condiciones de guarda, el color es un bonito color picota de capa media con tenue ribete cereza. Limpio y cristalino. Buen rosario.

Nariz: Sorprende por los matices y por esa originalidad que tiene para nosotros la fusión de estas dos variedades. Fuerte presencia de frutos del bosque maduros (moras, frambuesas, endrinas) y mucha vegetalidad que va disminuyendo con la oxigenación. Aparecen también notas especiadas picantes (clavo, pimienta) y dulces (vainilla), balsámicas (eucalipto), ahumadas y con el tiempo, cuero nuevo.

Boca: Entrada golosa, amplia, elegante. Vino con estructura, taninos pulidos y equlibrada acidez. Poderosamente frutal, con tal madurez que casi sientes un sutil dulzor, fresco por esas notas balsámicas y ligeramente mineral. Su final es de medio-largo recorrido con unas notas especiadas que se expresan con amplitud en la boca.

Un vino curioso, atractivo, que embelesa tanto como una cita a ciegas con una bella nativa de la Polinesia. Y con un PVP de 9€, muy buen RCP.

Intensidad comedida pero elegante. Desde el principio nos da notitas de vegetalidad seca. Aromas de racimo de uvas tintas en vías de desecación, con algo de reducción y sensaciones de hierbas provenzales. Conforme se airea aparecen los frutillos rojos maduros sobre pinceladas del paso por barrica proporcionando algo de vainilla y tostaditos - ahumados. Final que recuerda al hollejo seco en maceración. En boca tiene pinceladas de austeridad con unos taninos algo secos desde el ataque, paso delgadito y cierta astringencia vegetal. La fruta muestra su mejor atributo en la evolución, también marcada por esos taninos austeros y algo paralelos. Sensación vegetal en el posgusto, como la que deja al fumar un puro viejo seco. Retronasal en la que se intuye una intencionalidad de caja de especias y nuevamente hojarasca seca. Muestra ciertas expresiones propias de la variedad Tannat ( la tanicidad ) y que impregna algo de personalidad al vino dándole un estilo “ Borgoñón “ y en donde los atributos hay que buscarlos en un mismo plano sensorial y en la procedencia del vino.