De color rubí rojizo de capa media, limpísimo, transúcido, ligeramente evolucionado. Reflejos ambarinos y granadinos, brillante, refulgente. Ribete amplio, atejado, con gran diferencia respecto al menisco.

Aromas de poca intensidad aunque bien definido. Limpio, maduro, frutoso (cerezas en sazón, guindas, madroños), descarnado y desprovisto de maderas o tostados salvo un resto de vainilla que va desapareciendo al tomar aire. No hay apenas sensación de crianza pero sí un creciente matiz balsámico que no se detectaba al abrir la botella y que va paso a paso apoderándose del conjunto junto a un ramillete de hierbas aromáticas (laurel, fenugreco, hasta hinojo) y apuntes especiados que permenecen en segundo plano. Suave, agradable, sin mayores complicaciones.

En boca es delgado, de semblanza frágil, fresco, sin mucha concentración. Lejos de estar ante un Beronia quebradizo, éste acaba por mostrarse redondo y plenamente integrado, sorprendiendo al sacarse un resto de acidez que remienda todo el conjunto sin mayor dificultad. Lo que se dice un vino fácil de beber, agradable, que pide siempre otra copa más. A veces no hace falta más para cumplir con lo esperado. Nos ha gustado!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/beronia-1986-reserva.html