De color rubí rojizo de capa media-alta, tapado, brillante, muy limpio. Reflejos cobrizos y granadinos, refulgente, vivo. Ribete estrecho, anaranjado, con gran diferencia respecto al menisco.

Más concentrado y extraído que el resto de vinos de Beronia hasta la fecha. En nariz estamos ante un vino abierto, expresivo, inmediato, que se despliega con facilidad. Predomina una nota dulzosa, casi abocada, que nos trae muchísima fruta roja en confitura (cerezas, madroños, granada) con un deje licoroso a endrinas, kirsch, y especias dulces, biscote de naranja, toffee, vainilla, cremosos... Va relentizándose poco a poco mientras gana en apuntes de tipo vegetal, balsámicos, yedra, salvia y unos tostados más intensos a carbonilla y pedernal, casi mineral y térreo. Curioso perfil, muy dispar, y alejado del prototipo tradicional de la bodega.

En boca es potente y maduro, extraído, dotado de taninos aún presentes, firmes, y una correctísima acidez. Abundan las notas abocadas de fruta acídula y suaves cítricos dulces. La barrica está integrada en el conjunto y aunque no tiene el perfil clásico de la bodega sí que es claramente reconocible. Un tinto extraño, a medio camino de lo tradicional y los nuevos vinos de Rioja, pero que se deja beber con fruición.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/12/beronia-1991-gran-reserva.html