Un gran vino extremeño, probado en Vinacoteca de una variedad portuguesa. Muy bien hecho muy suave y fresco, nada cálido como pensaba en un momento. Muy bueno. Color rojo picota oscuro con bordes amoratados. En nariz aromas a frutos rojos maduros, tostados y especias- En boca es fresco y sabroso. Redondo, expresivo y frutal, final largo. Un gran descubrimiento de un vino de mucha calidad, elegante de Extremadura.
Tengo que aclarar que esta botella que he disfrutado, era de vino que en bodega aún no había tenido contacto con el envase (botella).
No he realizado una cata exhaustiva, ya que necesita, logicamente tiempo en botella, ya que esta prueba, como indico más arriba, no lo había realizado.
Parece un vino similar al 2012, un poco más "flojo" que el 2011, y quizas más fresco y frutal que el anterior, aunque con menos estructura y poderio.
Aromas frutales, especiados, florales y toques minerales. La boca muy correcta y ya con bastante equilibrio, muy joven pero expresivo y vivaz.
Lo descorché para acompañar a mi "famoso" cocido extremeño, con el que me encantan los vinos jóvenes, en esta ocasión este excelente vino, estuvo a la altura e hizo "mejor" (si eso es posible) el rico plato.
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