Plátano, membrillo fresco, azahar, limones, hierba verde que se repite en boca, amargosa retro... incluso deje mineral (yeso blanco), con muy buena acidez, perdurable postgusto.

El antónimo de lo que muchos piensan cuando leen estas variedades.

Fragante pero sin estridencias, intensidad comedida, muy fresco, de rica amargura.

De color pajizo brillante y orilla acerada.

Aroma muy grato a manzana Golden de corazón verdoso, buena intensidad, con notas de azahar que aportan fragancia junto a otras de hierba seca que añaden complejidad, de fresco y limpio fondo cítrico.

En boca enseguida te invade de frescura, limones, hierba... resulta balsámico, y con un tacto graso que no aparenta hasta subir algo en temperatura, afilada acidez que lejos de agredir, consigue que perdure el vino junto a su salinidad.

Entre 5 y 6 €. Fácil, pero enriquecedor. Estupendo.

Aromático, marca de inicio la moscatel y las rosas de la Traminer. Entrando dentro del vino encuentras aromas a papillas de cítricos, es fresco y floral, con el jazmín y el azahar. Hay cascara fresca de naranja, hierba recién cortada, todo ello con intensidad, pero sin abusar. Al tiempo se serena y sale la manzana verde y sin movimiento surge agua limpia, manantial. El vino crece y se recrea en la copa, es grande, incluso calentándose el vino no sale el alcohol, no se desliga del conjunto. Ahora sale sin impedimentos el valor cítrico y la piel amarilla de las manzanas.

Boca intensa, fresco, sorprende la acidez y el fino dulzor, es salino, agradable, la Traminer saca su rasgo amargo, que se complementa, dando como resultado un conjunto seco y cítrico, untuoso. Las encías se ciñen de acidez, un vino que crece conforme lo degustamos. Y que sin duda tiene un maravilloso porvenir.