Negro como una noche sin luna, no lo atraviesa la luz.
La copa se inunda, esta llena de notas complejas y negras, como las olivas marcidas de Aragón, ciruela negra pasa, algarrobas, trufa, sotobosque, regaliz balsámico. También hay frutos rojos maduros, como los mirtilos, hay aroma de anís, mentol, un puro bálsamo.
En la boca es untuoso en medida, el dulzor es leve, cítrico, amargo, seco, todo ello equilibrado, sin destacar nadie sobre el otro. Es muy balsámico, fresco, no hay dulce de empalago, no hay higos sobre-madurados, es carnoso, jugoso, grato.
Botella de 75 cl. para este dulce pensado casi en exclusiva para la exportación, como así demuestra su etiqueta en inglés. Tapón dosificador como el de algunos destilados.
Opaco a la vista, tan sólo un hilo amoratado en el borde, deja la copa velada, lágrima densa tintada.
Aroma muy acético en su inicio, laca de uñas, quitaesmalte, pegamento Imedio... notas que continuarán todo el tiempo pese a la irrupción de la ciruela negra pasa y la algarroba, cuenta con algo de bosque mediterráneo en el fondo (tomillo) que le da un soplo.
Boca densa y envolvente, alcohol abrazado por tanta concentración, sabor a las pasas y leguminosa comentada, y los acéticos aparecen de nuevo en retronasal dándole atractivo.
Tomado con teja de cristal, caña de crema y diversos dulces, pero a la próxima va con unos quesos.
11 €.
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