Cena llevada a cabo con motivo de la Cata mensual del grupo de catas Valencia.
El restaurante permite como en este caso que los doce comensales estuviésemos en un salón privado. Cubertería y cristalería correctas, excelente pan y muy buen servicio, atento, profesional y también cercano.

El menú fue el siguiente:

Ensalada de bonito marinado
Gazpacho de fresones
Patatas, huevo y jamón

Segundos platos a elegir:

Bacalao del “sorro”
Solomillo de cerdo ibérico con salsa de mostaza y miel

Postre:
Tarta de queso con sorbete de fresa

Muy ricos los tres entrantes, fresca la ensalada, original y sabroso el gazpacho y para mi gusto, excelentes las patatas, huevo y jamón. Respecto a los segundos, disfruté el Bacalao, muy rico de sabor, punto y acompañamiento. El postre me encantó, completo, con varias texturas y sabores.

En resumen, una cena agradable en un lugar que nunca defrauda, buen entorno, buena cocina y buen servicio, que más se puede pedir.. Probablemente que apreciemos todos más lugares como este en nuestra ciudad, quizás en mi caso he llegado tarde.

El precio no incluye vino.

Mucho tiempo, casi el mismo tiempo que llevaba sin comentar...:( Pero no queria dejar de comentar que para mí sigue siendo un imprescindible de Valencia. En plena semana de cenas navideñas y siendo Viernes víspera de Nochebuena, conseguimos uno de sus reservados, que pena que no tuviera el del fondo de la sala que bajas unos peldaños.

Dentro del contexto de una comida familiar , que es lo que era, fue lo mas parecido a estar en casa.Nos preparó la primera sala que tiene para los 8 que eramos, con una buena mesa, bien vestida, bien montada y separado del restaurante por una puerta. A partir de ese momento solo tocaba, dejarse llevar por el servicio y disfrutar de una magnífica comida.

Respecto a la comida, hablé con Javier unos dias antes porque preferia tratar de sorprender a los invitados y facilitar la comodidad de la cena tanto para ellos como para nosotros y que nadie tuviera que pedir nada de comida.Solo con hablar con el unos dias antes, me recomendó la opción de un menú que preparaba llamado Fórmula 25 con algunas variaciones, mi único requisito que una persona era vegetarina y que adaptara el menú para que ella también disfrutara de la cena.

Así que me dejé llevar sin saber ni lo que nos daria de comer pero no falló para nada.El menú consistió en entrantes a compartir, de raciones generosas:
-Timbal de sepia y pasta de sepia
-Verduras aliñadas con espuma de pepino
-Huevo a baja temperatura

Como platos principales una excelente merluza y una original carrillera envuelta en pan de molde, que no conocía de ese restaurante.

El postre fue un tipo brownie de chocolate con toques de menta.

Un menú muy equilibrado y con una materia prima excelente.Muy buena RCP

De la bebida, no recuerdo los vinos que tomamos, pero recuerdo una carta de vinos que la estaban adecuando.

Una vez más, salimos, tanto los que ya lo conociamos como los que no, encantados.

Comparto el apunte de Jose Ruiz y el de Obiwan Ferran, compañeros de mesa en esta ocasión junto con otros foreros de pro y acompañantes. A mi se me escapo el asunto del pavimento pero si que me parecio un restaurante atractivo, céntrico y confortable, una especie de oasis en el centro de Valencia.
A destacar, lo equilibrado de la propuesta para la "formula 25":
* Ensalada de alcachofas y crujiente de jamón, me supo a poco después de tanto tanino.
* Carpaccio de buey de acertada finura y cremosidad, por el buen camino.
* Coca con panceta, rotundo y acertado, con la coca no solo soportando la grasa sino que suavizando y resalzando sabores.
* Arròs amb fessols i naps, un plato que nos reconforto de todas nuestras lides matutinas cuidándonos para la dura tarde del Viernes. A destacar en este plato, la delicadeza de una arroz en su punto, compensado de una manera excelente entre el aporte de los vegetales que soportaban el caldo y el acierto de las viandas que en el se hallaban, lastima que en mi opinión la "chispa especiada" de la morcilla barriera el plato, aun así me agrado mucho.
* Strudel de pera con caramelo y helado de violetas, un buen final.

En el tema de los vinos, acertado servicio y cuidado de las copas, siendo la propuesta para esta ocasión no la mas acertada, ya que el "Lomalta M&S 2010" de Finca San Blas presento problemas claros en la primera botella y cuestionables en la segunda, el "Hado 2009" de Bodegas Pujanza se comporto de manera correcta y el vino final para los postres un dulce del Loira llego justo acidez y falto de profundidad.

Céntrico restaurante, su distribución irregular le dota de varios reservados y un comedor principal algo más amplio. Mobilario confortable, decoración coqueta, tal vez desentona un tanto el pavimento (EMHO). El conjunto resulta agradable.

Ofrece cocina de mercado, con base tradicional y alguna que otra licencia más moderna. Ofrece varios menús degustación y también la posibilidad de comer a la carta.

La carta de vinos organizada por tipos y por D.O.’s. Los vinos se sirven a temperatura correcta. La cristalería buena, creo recordar de la marca Schott. El sobrecargo es dispar, pero aproximadamente duplica el precio del de tienda.

Nuestra experiencia fue para comer, elegimos la formula 25 (25 €) y consistió en:

• Ensalada de alcachofas y crujiente de jamón, clásica y acertada combinación..
• Carpaccio de buey con queso parmesano y rúcula, buen prensado el de la ternera.
• Coca con panceta, contundente pero muy bueno.
• De principal: arròs amb fessols i naps, arroz caldoso cuya base cárnica proviene del cerdo. Muy, muy bueno el caldo y acertado punto del arroz.
• Strudel de pera con caramelo y helado de violetas.

Todo lo comido muy bueno, tal vez el postre no estuvo a la altura del resto de la comida.

Para beber, tras las cervezas iniciales y algún que otro vermouth (Perucci), empezamos con Lomalta M&S 2010 de Finca San Blas que tuvo un problema de TCA y ante tal problema el jefe de sala (Javier) respondió adecuadamente cambiándonos las copas y retirando el vino defectuoso. Posteriormente por recomendación de Javier pedimos un novedoso y frutal Hado 2009 de Bodegas Pujanza. Con los postres un correcto blanco de la zona del Loira.

Al pedir la carta de vinos, Javier nos comentó que “tenía la carta en volandas”, para pasar a recomendarnos un “Riojita o Riberita”. Dos frases que detesto, la primera porque con la tecnología actual no resulta aceptable el no tener la carta de vinos actualizada y la otra por razones obvias. Al final con el buen hacer, servicio y simpatia de Javier y el resto del personal y sobretodo con la buena factura de la comida, quedó subsanado el “tropezón” inicial.

Estuvimos viernes pasado comiendo en Sangonereta unos cuantos asistentes al encuentro. Es un local de cocina de mercado y tradicional valenciana. Comimos:

- Ensalada de alcachofas y crujiente de jamón: bien, buenas alcachofas, en su punto y clásica combinación con el jamón crujiente bien conseguida.
- Carpaccio de ternera con crema de queso parmesano: bien.
- Coca con cansalada (panceta): muy rica. Venía acompañada con una especie de salsa de pimiento y ajo que le daba un puntill muy interesante.
- Arròs amb fessols i naps: muy bueno, típico arroz (meloso o caldoso según gustos) tradicional valenciano que lleva nabos, judías blancas, cardos y productos del cerdo (morcilla, oreja, pie...). El nabo, la oreja y el pie de cerdo dan un caldo espeso y gelatinoso que es una auténtica delicia.
- Strudel de pera con caramelo y helado de violetas: bien.

Para beber tomamos un vino de bodegas Pujanza (Ado se llamaba si no recuerdo mal) y para el postre un dulce del Loira del que no recuerdo el nombre. Carta de vinos interesante, buenas copas y buen servicio. No valoro RCP porque no recuerdo exactamente lo que pagué pero no me pareció caro.

Tenía buenas referencias del rte Sangonereta pero aún no había acudido, el pasado viernes lo enmendé. Acudimos mi mujer y un servidor, tomamos unas cañitas mientras pensábamos si tomar el menú degustación u optábamos por otros platos. Finalmente nos decidimos por dos entrantes, una ensalada de conejo en escabeche, con base de patata fráncamente buena y un capuchino de hongos con careta de cerdo, original y con un punto sorprendente. Los dos entrantes fueron satisfactorios, especialmente el capuchino, servido en copa de helado. Luego tomamos un plato cada uno, yo me decidí por el rodaballo con crema de coliflor, y mi mujer por un solomillo de dijon, que también pude probar, estaba en su punto. Para beber, aparte de agua, tomamos un Juan Gil crianza de Jumilla, noté un ligero punto de acidez en el vino, pero a medida que ibamos degustándoo me fue convenciendo el sabor, aún así no es un d.o a la que le tenga mucha fe.
Como notas negativas comentar que el local tenía un aspecto un pelín descuidado, las paredes tenían un aspecto ligeramente sucio, pero lo más importante fue que mientras estábamos esperando para pedir nuestra cena no tuvieron ningún detalle en la mesa, en ocasiones estos pequeños detalles es lo que marca la diferencia, y la verdad cuesta bien poco el servir un platito al cliente mientras éste está pensando que tomará.
En resumen lo considero un local interesante, con platos atractivos que destilan preocupación e interés en agradar, tanto en vista como sentidos pero deberían mejorar ciertos detalles para redondear su propuesta.

I was very impressed with Sangonereta. Unlike at La Sucursal in Valencia and Victor Gutiérrez in Salamance, the food here had a lot of flavour.
I bought the tasting menu for €49,68 and got these six course:

* Three typical Valencian starters
* Millefeuille of foie gras, goat cheese and mango, with caramelised fig, pickled ginger and black sesame
* Sea bass with a pig trotter stuffed with mushrooms and a mushroom sauce
* Encrusted Bull tail with a potato puree and liquorice sauce
* A "Mojito": Rum jelly, mint sorbet and lemon foam
* "Nutella": Milk panacotta, hazelnut cream, biscuit ice cream, and a brownie

I've never liked foie gras, but this was clearly the best foie gras I've had my entire life, and that dish was really the belle of the ball. Wonderful! The mojito was the best mojito I have ever had! The nutella dessert was really, really intense and flavourful like all chocolate desserts should be. The first course was clearly the weakest of them all, and although it was nice, the rest was a lot better. If they replace that one, the meal will practically be perfect.

There were only a few minor bumps along the way (such as the fig needed a bit of seasoning, and the pig trotter was a little bit salty), but I let the waiter know. Coming home, I noticed on the menu that the sauce for the bull tail was liquorice. I had just assumed it was a braising sauce, so maybe that needed a bit more intensity as well. These small things are the only things that hinder me from giving a perfect five star rating for the food.

The service was great too. It can of course never compare to that I had at Pierre Gagnaire and Gordon Ramsay's three star restaurant, but the waiter was very friendly and relaxed. The look of the restaurant itself was also very relaxed and a lot more "down to earth" than many of the other "posh" restaurants I've been to.

I don’t know if they regarded me as a special guest, but they let me have a glass of red and a glass of white wine included in the price of the menu (and they let me try different wines before I decided which one to go for), so I only had to pay for water and bread on top of that, landing on €55 in total. I really got my money's worth here.

The waiter told me that they also make a menu for €25, but they only make that one because of the credit crunch, so people can afford coming here. Frankly, it didn't sound that interesting, and the waiter also said that it was clearly the tasting menu that expressed the restaurant's philosophy.

So far, I've been to La Sucursal, Ca' Sento (two years ago) and Sangonereta in Valencia. It's a tough decision between Ca' Sento and Sangonereta, but I think Sangonereta might just be the best restaurant I've tried in Valencia. I don't know if they have a Michelin star, but they definitely deserve one.
I will be back.

Se trata de un local con encanto. Combina pequeños espacios íntimos, con reservados para grupos. En cualquiera de los casos acogedor.

Optamos por el menú de noche Sangonereta 25 € que incluía: tres entrantes (tartar de salmón, ensalada de queso de cabra y patatas panaderas con huevo pochado a baja temperatura) y un principal a elegir entre guisado de ternera con calabaza y atún con romescu y cebolla caramelizada. El postre era una tarta de queso casera.

A destacar lo cuantioso de las raciones, la calidad y variedad del pan, así como lo bien ejecutados y presentados que se servían todos los platos. Máxima profesionalidad y exquisitez.

El servicio del vino correcto, con una buena recomendación de blanco verdejo: La Tarea.

A destatacar el ambiente, la calidad y el precio de este menú degustación, que hace más accesible la cocina de este buen restaurante sin que suponga pérdida de calidad. Por otro lado, el restaurante mantiene un menú degustación más completo a un precio más elevado(50 €).

Nueva visita a todo un clásico.Como no queríamos "abusar",optamos por un menú que se ofrece a mediodía de 25e,y que incluye tres entrantes:
-Pimientos del piquillo rellenos de ajoarriero.
-Huevo a baja temperatura-de moda ultimamente-con jamóny patata confitada.
-Tartar de melva_creo recordar-.
De principal,un espectacular arroz de conejo y calabaza-no es la primera ocasión que lo tomamos-.
De postre,una rica tarta de queso.
Excelente pan,y dos botellas de OscarTobía blanco-2055 y 2007-muy rico.
El trato de Amparo y Javier,excelente,como siempre.

Acudimos a este restaurante para una cena de antiguos alumnos, que tanto está de moda ahora gracias a las redes sociales.
El sitio era idóneo para dicho evento, ya que aparte del contrastado oficio del local y de disponer de un reservado, tuvimos la posiblidad de poder pedir el menú fórmula 25.
Dicho menú se compone de 3 entrantes para compartir, pescado o carne y postre(estos últimos individuales), además también incluye el agua, el pan, los cafés y el IVA, todo a 25€ (es válido para cualquier dia de la semana)
Los entrantes correctos, aunque difíciles de compartir en algunos casos, como el huevo a baja temperatura con patata confitada y jamón.
Más gustó el plato principal, un bacalao con rissoto y el postre, una tarta de queso con salsa de fruta de la pasión. Excelentes ambos.
El servicio con Javier al frente, atento en todo momento y con la profesionalidad que le caracteriza.
Cayeron unas cuantas botellas de un vino valenciano que gustó bastante, Lomalta de Bodegas Finca San Blas.
El precio final incluye también cervezas y copa de vino dulce