Restaurante que hay que visitar, decoración agradable, posibilidad de reservados para preservar la intimidad, trato profesional y personal muy simpático.
Cristalería y puesta de mesa perfecta.
Gran carta de vinos a precios razonables
Solicité el menú de noche y confirman con el cocinero lo más adecuado en función de las existencias, cosa que me parece muy adecuado. Aperitivo, dos entrantes, plato principal y postre, buena presentación, sabrosos y abundantes. A destacar las setas de temporada con conejo y un atún en su punto
Volveré pronto

Después de muchas recomendaciones, decidimos probar este restaurante ubicado en el mismo centro de la ciudad.
Local de bonita decoración,con varios reservados y muy buen servicio.
Nos decantamos por el menú de mediodía, le pedimos que nos hiciese algún cambio y no nos puso ningún problema.
De primero tomamos un aperitivo que era un hervido desestructurado, presentación espectacular y buenísima la mezcla de sabores, para nada un hervido tradicional, todo lo contrario algo innovador y original.
Entrada una ensalada con queso parmesano y frutos secos muy muy buena.
La segunda entrada fue conejo con setas, increíble de sabor, la carne se deshacía.
De plato principal, bacalao con salsa romescu, bonita presentación, el pescado estaba en su punto y las salsas y guarnición le acompañaban perfectamente.
El postre fue un gran final para esta comida, after eight, como toda la comida, postre de exquisita de elaboración y gran presentación.
El trato en todo momento fué exquisito.
No vi la carta de vinos por lo que no puedo comentarla, pero tenían tres vinos que te los podían servir por copas, conservados con nitrógeno, uno era un rioja, otro un Ribera y el tercero un vino valenciano que fué por el que me decante Drassanes.
Creo que es una referencia de los restaurantes de cocina elaborada en la ciudad de Valencia. El local estaba lleno, algo que denota su buen trabajo en esta época de crisis.

Teniamos una cena de empresa y decidimos hacerla en Sangonereta,para mi el gran tapado de valencia,pues no tiene nada que envidiar a restaurantes de mas renombre y con estrella en la ciudad.

Reservamos en la mesa de la bodega,reservado muy acogedor,elegante y decorado con gusto como el resto del restaurante,en el cual nos pasamos una velada magifica;destacar tambien la buena cristaleria(schott)y buena vajilla.

Nos decantamos un menu degustacion,empezamos con un aperitivo de caballa con crudites en cuchara(bueno,buen punto del pescado)seguimos con un primer entrante compuesto de coca de sardina(bueno tambien,aunque demasiado parecido al aperitvo)

El segundo entrante una terrina de conejo con setas,sorbete de balsamico y consome(espectacular,parami gusto uno de los mejores platos de la noche)

A continuacion un pescado de playa con all cremat y un aire que,la verdad,no me acuerdo de que era.(el all cremat muy bueno,el pescado se notaba que era de playa pues por lo gordo que era el lomo,tenia que ser un pescado grande,nada de pisci)solo sacar un pequeño"debe"el punto del pescado,sin ser malo,era mejorable.

De carne,una carrillera de cerdo(muy buena y muy tierna aunque para mi demasiado cocida,pero insisto es una opinion personal el resto de la mesa no lo compartia,aun asi exquisita)

De postre orxata con fartons;varias texturas reconvirtiendo un clasico,buenisimo,me encanto.
El servicio muy atento y correcto al igual que el del vino.

Luego nos tomamos unos cafes y unas copas ya que nos encontrabamos alli muy agusto.

Como reza el titular, completo restaurant en todos los aspectos que no defraudó a las expectativas. El local es coqueto y funcional, con pequeños salones de una o dos mesas y un comedor con solo 5 mesas pequeñas. Desconcierta la fachada de la finca (no culpabilizo al local) pero, una vez dentro, te sientes muy a gusto.

Al sentarnos pedimos dos cañas y al ver que no se servia ningún snack con ellas, pedimos algo para picar (jornada matinal de duro trabajo sin tiempo a desayunar ni almorzar). Nos sacan unos taquitos de parmesano que no nos cobran en la cuenta final: detalle a alabar.

Menú de mediodia a 25 + iva: aperitivo (crema de calabaza: riquísima con la sal escamada), dos entradas (coca de sardina: buena y con una extraordinaria presentación; terrina de conejo con setas y helado de balsámico: una delicia, espectacular, de 10), plato (arroz con sepia y coliflor: sabroso) y postre (helado de horchata). Comida genial, con un punto de sofisticación pero muy sabrosa, contundente.

Pedimos Avan Concentración y agua: buen servicio, carta, copas scot...)

Llevábamos meses queriendo quedar sin éxito. Aprovechando nuestros días en Ontinyent (Valencia) pude disfrutar de la compañía de Dani C. y de Linda.

El local tiene una entrada agradable en tonos crema y según me comentaron es una casa burguesa reformada en su totalidad. Nos ubicaron en uno de los dos reservados que tiene, al fondo de la sala, hay otro situado dentro de una bodega.

Optamos por el menú degustación. Para los aperitivos, dos copas de fino y una copa de vino Casta Diva Cosecha Miel 2006 con D.O. Alicante que no conocía y me resultó muy buena elección la de Dani, Chupito de sopa de melón con brotes de alfalfa, Salmón marinado con espuma de aguacate (un poco sosa y a la que tuvimos que añadir un poquito de sal) presentada en una copa de Vermouth y Sepia encebollada que estaba deliciosa. Arroz meloso con calabaza y conejo, delicioso y muy completo, raciones generosas. Para finalizar, un helado de almendra con higos.

Destaco el servicio de pan con aceite elaborado por Amparo que estaba muy bueno y la elaboración y presentación de cada uno de los platos servidos. El servicio atento del camarero y en especial el trato ofrecido por Javier que me hizo sentir muy a gusto.

Sin duda la compañía de ese momento fue lo mejor de toda la velada, a la hora del café se unió a la mesa Juan José de Cuvée 3000 con el que compartimos una conversación muy interesante sobre vinos. Volveré seguro en mi próximo viaje a Valencia.

Como se decía antes "un pajarito me ha dicho..." y así fui a probar la cocina del Sangonereta, porque alguien me comentó que iba a disfrutar. Y acertó plenamente. Me gustó todo. Su decoración en colores suaves, su distribución aprovechando las habitaciones para hacer acogedores reservados, el menaje, su cristaleria Schott, la calidez de su iluminación. Lo unico que me extrañó fue una carta de vinos ( con curiosa selección de champagnes ) que no tenía añadas y que no existiera ninguno por debajo de los 16€.

Elegí el Menú degustación (25€+IVA) y lo acompañé por un redondo Carmelo Rodero que tenían por copas (con dispensador de gas inerte). Empezó el festival culinario con unas anchoas sobre coca y tomate, despues un pastel de setas (creo que cantharellus) conejo y helado de vinagre balsámico. Ambos platos con unos contrastes de sabor espléndidos y bien presentados. Después llegó un arroz caldoso sobre el que descansaba una regia necora. Tanto el punto del arroz como el sabor, memorables, ¡¡¡ Ese pimentón de la Vera coqueteando con la necora, genial!!! Como remate un browny con teja de cacao y helado de fresa y dos buenos ristretos como cierre.
Todo 46 euros (incluidas 2 copas de C.Rodero a 6€). Una excepcional RCP que hace la visita imposible de olvidar.
Encima un amigo me invitó a un GT de London Gin... ¡Empecé a levitar!.

Anoche volvimos despues de unos 3 años a visitar el Sangonereta,del que guardabamos un buen recuerdo.Habiamos leidos valoraciones de amigos usuarios sobre un menu degustacion de 30 euros,pero cual fue nuestra sorpresa cuando no lo vimos reflejado en los menus degustacion de la carta.Al preguntarle al encargado, nos comento que ese menu solo está disponible de lunes a viernes(una pena,pienso que si lo ampliaran al fin de semana seria mas justo y accesible a otros bolsillos).No acabo de entender porque un menu puede valer para los dias de diario y no para el fin de semana.A pesar de ello,optamos por el menu degustacion largo de 6 platos por 46 euros +iva(sin vino).Realmente excelente,muy equilibrado y completo.Dificil destacar,pero me encanto el atun y el mojito como postre.La RCP francamente buena,aunque reitero que poniendo el menu de 30 euros como segunda opcion los findes,la oferta seria redonda.Buen trato al vino(Gewuztraminer del Somontano,excelente).Buenas copas.Los cafes muy caros,sin embargo las copas de aperitivo previo no lo fueron(a veces estas cosas resultan incomprensibles).En resumen,estupenda la comida,trato,local,pero con el fallo de que el menu de 30 euros que no se publicite en carta ni se ofrece los fines de semana.Pienso que seria una muy buena opcion,pero ya se sabe,cada uno en su casa hace lo que quiere.

Ha transcurrido mucho tiempo desde mi anterior visita a Sangonereta y no porque no saliese encantado la única vez que lo visité, sino más bién motivado por la curiosidad que me provoca descubrir nuevos restaurantes.

Debido a las causas que todo conocemos están apareciendo en el panorama gastronónico unos menús que son francamente impensables hace pocos años.

La propuesta de Sangonereta es un claro ejemplo . Tienen estos señores un menú nocturno y diurno de 25€ que va variando los dias de la semana es para quitarse el sombrero. La propuesta consiste en un par de entrantes un plato principal y un postre. Hacía mucho tiempo que no comíamos tan bién en un restaurante.

La reforma del local le ha sentado estupendamente, el privilelgiado lugar en que se encuentra, la maestría y el buén hacer de Javi y Amparo en sala derrochando cercanía, amabilidad y profesinalidad y lo más importante la cocina , desde los entrantes al postre, de diez.

El precio es sin vinos.

El pasado sábado 1 de Agosto celebramos el cumpleaños de mi marido, somos aficionados al mundo gastronómico, y teníamos pendiente probar Sangonereta. Teníamos buenas referencias, pero nuestra experiencia las superó con creces.

El local, decoración contemporánea en formas y mobiliario, tapicerias, etc.. muy agradable, creando un ambiente y clima elegante, tranquilo, relajante e íntimo. Colores neutros con golpes de color principalmente en sillas, dandole vida al conjunto.

La comida, buenísima, dudamos entre pedir a la carta o menú degustación y nos decantamos por el menú. 6 platos, raciones cumplidas, presentación muy adecuada y sabores y texturas buenísimos, es dificil que en este tipo de menús a los dos nos gustarán todos los platos, ninguno te dejaba indiferente,muy bueno la viera gratinada y el bonito marinado, destacar la lubina del sorro con base de manita de cerdo y el rabo de toro deshuesado. Los postres (incluidos en los 6 platos) a la altura del menú. Acompañamos la cena con un Finca Terrerazo 2006, que no falla (buenas copas, buena temperatura, bien servido). Lo único que no nos convenció fue el pan, algo insípido,.., Café y Copa Gin-tónic, como es lóico bien preparado para rematar la velada.

La atención de Amparo y su compañero en servicio de mesa muy agradable, respetuosos y cercanos.

Por todo ello, salimos encantados y sorprendidos. Volveremos, os lo recomendamos.

No empiezas con buen pie cuando de entrada te sirven una cerveza calentorra en un tórrido día de verano. A partir de ahí, sensaciones mixtas: buenos entrantes y postre pero un arroz meloso un tanto insipido y excesivamente caliente. Servicio correcto. Local (piso reconvertido) flojo, sin apenas luz, decoración pobre y acústica nula (sufrí la euforia de los de la desencajonada del comentario anterior).

Vinos pelín caros.