Primera visita a este excelente restaurante, del que salimos encantado, vivimos a menos de 100 metros y lo conociamos de sobra, pero nunca habiamos ido.

Que decir que la opcion que te dan de llevarte el vino por ser de Verema es un plus, y fué lo que nos dió el empujoncito para conocerlo. Nos llevamos un vino, que nos traia muchisimos recuerdos y que no defraudó para nada. Cap de Barbaria 2006.Servido en unas copas Schott y en las que en ningún momento faltó vino.

Como nos gustó lo que nos comentaron que servian en el menú que habian preparado para ese Jueves, pues decidimos probar el menú y comprobamos a posteriori que la relación calidad- precio que tiene el menú es de 10. Aun asi pedimos la carta, por si acompañabamos con algun entrante mas, pero nos recomendaron que no quedariamos con hambre, y que no pidieramos nada.Y asi hicimos.

Como aperitivo tomé una fantástica cerveza artesanal de trigo del Montseny. El menú consistió en un aperitivo de tartar de atun con mango; 2 entrantes que eran una ensalada que estaba buenisima y una terrina de conejo, consomé de setas y hierbas aromáticas, con una emulsión de cebollino y salteado de setas. Increible el sabor del conejo.

Como plato principal yo tomé "Bacalao con salsa Romesco" y mi novia tomó "Rabo de toro deshuesado con su jugo a la regaliz, encamisado en un crujiente de pan con parmentier de patata".

Como postre, fue varios chocolates en varias texturas.El cual acompañamos con un vino blanco francés dulce, cuyo nombre no me acuerdo. :)

Que decir que la ejecución de los platos fue perfecta, y la calidad de los productos buenisima.Da gusto que se compren productos tan buenos, y se cocinen y se sirvan con tanto mimo.

Enhorabuena por el restaurante y por la iniciativa de poder llevar el vino. Volveremos pronto.

Despues de algo mas de un año vuelvo a Sangonereta para encontrarme de nuevo con Javier y su magnifico restaurante, todo sigue a gran altura.
Y el servicio como la ultima vez, simpatico, eficaz y con muchisima cercania sobre todo por Javier que mas parece un amigo que acompaña a la cena que lo que representa en Sangonereta.
Esta vez cenamos con el menu Sangonereta que respecto a la relacion calidad-precio no tiene parangon en comparacion con la carta, entiendase.
Para empezar tomamos dos cervezas Warsteiner en compañia de aperitivo de casa que fue un tartar de atun con mango.
Como entrantes primero fue un carpaccio de ternera y foie aderezado con vinagre balsamico, plato suave y lleno de sabor.
Seguido tomamos una ensalada de queso de cabra con microvegetales y vinagreta de fruta de la pasion, excelente ensalada.
Fuera de menu y como tercer entrante pedimos el conejo de monte con crema de setas que tanto me gusto la ultima vez que estuve, y realmente es un plato riquisimo.
Los segundos de menu estaban conformados por un bacalao con samfaina y salsa de romescu del que dio buena cuenta mi mujer ( y yo tambien...)
Y yo pedi la otra opcion que era una paletilla de gamo estofada con su jugo reducido en infusion de frutos rojos, pure de calabaza y un velo de hierbas aromaticas, conseguido contraste de sabores recios de la carne con el punto de acidez de los frutos, me gusto mucho este plato.
El posstre fue en dulcisimo tres chocolates.
Para beber pedimos una botella de agua y el vino lo llevamos nosotros por la opcion de verema y que trato Javier con todo lujo, importante resaltar este detalle ya que no cobran absolutamente nada.

Nuevamente un placer sentarse en Sangonereta.

Cena de sábado noche con sala completa.
Servicio atento y amable, con ganas de agradar. Pero atabalado y desbordado en momentos punta (faltaba al menos otra persona más en la sala) Algún tiempo de espera entre platos pasadillo...
Nos pusieron en la sala común. El ambiente fue bastante ruidoso.
Comida buena, muy buena. Platos bien ensamblados, originales. Me sorprendió gratamente la vieira con ajorrojo. La terrina de conejo correcta, algo seca. La lubina del sorro buena, bien ejecutada, los pies de cerdo no se hacen pesados. El bacalao lo más flojo (seguiré buscando algún restaurante en VLC que lo sepa elaborar correctamente) aunque el arroz que acompañaba este plato estaba delicioso. Los postres muy buenos (orxata con fartons y ravioli de mango)
Bebimos un pago de Tharsys brut nature. La carta de vinos es justilla.
Es un buen restaurante, pero salimos a 70 euros por persona. RCP me parece que es demasiado alta. Se come igual de bien en algun otro lugar de Valencia por menos dinero. Aún así la valoración general es buena.

Decidimos acudir a este restaurante que tenía ganas de visitar desde hace bastante tiempo aprovechando de paso la promoción de verema y llevando nosotros el vino (no te cobran el descorche)
Optamos por el menú de noche a 25€ (solo de lunes a viernes).
El menú consistía en:
-Aperitivo de crema de alcachofa con crujiente.
-Ensalada de salmón marinado.
-Raviolis de carpaccio de ternera rellenos con una espuma de parmesano.
-Bacalao confitado con sanfaina y romescu.
-Tarta de queso y fresa con helado de limón y caramelo de violeta.
Muy buenos todos los platos, perfectamente ejecutados y presentados, con adecuados puntos de cocción y en el que cada ingrediente y cada técnica cumple su papel a la perfección. Por ponerle alguna pega, alguna preparación salió demasiado fria para mi gusto (el relleno de los raviolis y el romescu que acompañaba al bacalao, que creaba un contraste frio-caliente que a mi personalmente no me gusta)
Excelente servicio del vino, bebimos un Vapincia reserva que nos recomendaron no decantarlo, servido en unas copas Schott y llenandonos las copas constantemente. También nos dieron el vino a probar, pero trayéndolo de casa no tenía demasiado sentido.
Acabamos con unas infusiones muy bien preparadas
Servicio de sala dirigido por Javier, muy atento y amable toda la noche, con el que nos quedamos charrando un rato durante la cena, contándonos alguna anécdota como la confusión que tienen algunos proveedores con el restaurante Sargantana

Qué passssa??No funcionó el mago de la lámpara....Lleno en sala,servicio lento,muy lento,es Navidad!!!!Vieira, diminuta,tartar de tomate y crema de remolacha-mal,fría y escasa-.Terrina de conejo y setas-correcta-.De principal,la "lubina del sorro"sobre manitas de cerdo-espectacular,como siempre-y rabo de toro-riquísimooooooo-.Texturas de chocolate,mojito....-mu...buenos-.Matomarrena 04 y Casa de la Ermita"petit verdot"(magnum,ambas).El pan,como siempre,el talón de Aquiles del lugar;el próximo día lo llevo de casa!lo prometo!.Y que conste,que es mi preferido de Valencia.!Se me olvidaba!El solomillo caramelizado...excelente!

Tenía bastantes ganas de acudir a este restaurante, motivado por los comentarios de los foreros. La atmósfera que se respira es de absoluta tranquilidad, a lo que contribuye, sin duda, la disposición de las mesas. Local decorado en tonos blancos, elegante. Cuenta al fondo con un pequeño reservado con un par de mesas si se quiere celebrar una cena algo más íntima.
Vajilla y cubertería sin peros. Copas Schott. Bebimos Pago del Vicario (05). Llenado de las copas puntual.
Atención profesional, pero se nota un toque "casero" hacia el cliente que se agradece.
He tratado de copiar el menú que elegimos para esa noche (25 euros por persona), pero no lo he encontrado completo en su página web. Destaco una carrillera de gran sabor.
Tal vez estaría bien ofrecer en la carta de vinos, donde hay bastante donde elegir, alguna opción entre los 15 y los 20 euros, pero eso es decisión de la gerencia, claro.
Recomendable, sin dudarlo. Incluyo el precio aproximado, ya que fui invitado, y más-menos calculo a ojímetro.

Con motivo de Cuina Oberta y gracias a una cancelación de una mesa de 6 , tuvimos la suerte de cenar en Sangonereta el sabado 21/11 . Nos ubican en una de las salas-reservados con capacidad de 6 pax , eramos 4 por lo que estuvimos muy comodos . Tomamos el ya mencionado menú CO por 30 euros pax del que destacaría : el bonito marinado y especialmente el bacalao confitado con salsa de hongos y manitas de cerdo como embutido .
Muy bueno también el postre ( tarta tatín con helado de vainilla ) .
Servicio muy atento . Respecto al vino , nos decantamos por Enrique Mendoza Merlot Crianza y para acabar un EM Reserva , perfectamente servidos . Buen coperío .
Hacía mucho que no cenaba en Sangonereta ( desde antes de la reforma ) , me encantó .
Seguro que volveré . Muy buena RCP ( total 45 euros pax ) .

Con motivo de una reunión entre amigos, tuve la posibilidad de compaginar al mismo tiempo dos de mis grandes pasiones: la gastronomía y la fotografía.
Hace ya bastante tiempo que conozco este restaurante (incluso antes de la reforma), suelo ir con mucha asiduidad (lo considero mi restaurante de cabecera) y es para mi uno de esos sitios en los que comer siempre resulta una experiencia grata y placentera.
El local, como ya se ha comentado muchas veces, es elegante y tiene el encanto de las casas antiguas de tiempos pasados con techos altos, tonos neutros y destellos de color en las sillas. Consta de varios reservados destacando el que forma la bodega (en el que podemos admirar la antigua cancela que pertenecía al anterior restaurante).
Y que decir de la comida. Tengo predilección por varios de los clásicos de Javier y Amparo (olleta, mar y montaña, rabo de toro, lubina del sorro, etc.), pero aunque estábamos en la semana de Cuina oberta, tomamos un menú de degustación formado por los siguientes platos:

Aperitivo de la casa: Gazpacho de remolacha.
Entrantes: Bonito marinado en soja y vinagre de arroz, gazpacho de piparras y puré de tomate deshidratado.
Micuit de foie envuelto en hoja de espinaca con ensalada de crudités y aceite de vainilla.
El bonito es uno de mis entrantes favoritos por su excelente sabor y la combinación tan fresca que realiza con las piparras.
Pescado: Lomo de atún con cebolla confitada, marmitaco emulsionado y tagliolini de su consomé.
Otro plato realmente rico en el que el atún y la cebolla confitada te alegran el paladar.
Carne: Solomillo Van der Becke (gratinado y caramelizado a la mostaza de Dijon, en honor a Fernando).
Siempre en su punto y con mucho sabor.
Postres: Mojito a modo de postre.
Refrescante y divertido.
Horchata con fartons.
Me gusta mucho, pero sigo suspirando por la Bomba de torrija. Tal vez la próxima vez.
Todo aderezado por diferentes tipos de pan que se encargan ellos de realizar.

Para beber nos decantamos por un Astrales 2006, perfectamente servido.

Cocina honesta, con mucho sabor, puntos de cocción adecuados y materia prima de calidad. Generalmente de mercado pero con esos guiños a la creatividad que les hace tener su propia personalidad (al igual que el personaje de Vicente Blasco Ibáñez que da nombre al restaurante). Servicio muy atento, con profesionalidad y simpatía, del que te hace sentir como en casa.

Es uno de esos restaurantes que merecen la pena pasar de boca en boca.

PD: La RCP indicada es con relación a visitas anteriores, ya que esta vez no pagué yo.

Acudimos a cenar el pasado viernes 20N con ocasión de la semana Valencia Cuina Oberta.
El menu consistió en
Entradas
Aperitivo de la casa.Bonito marinado con soja y vinagre de arroz, gazpacho de piparras
y puré de tomate deshidratado.Terrina de conejo, consomé de setas y hierbas aromáticas
con una emulsión de cebollino y su salteado de setas de temporada.
Principal
Bacalao confitado con una salsa de hongos y manitas de cerdo como un embutido
o
Carrillera estofada al aroma de Badiana y 2 texturas de manzana.
Postre
Tarta tatín con helado de vainilla.
Muy buen pan y amplia oferta de ellos.
Para beber: ALVAREZ NÖLTING 2005, según muy buen consejo del propietario (no figuraba en la carta)
El servicio muy atento y buena atención en general.
Tal y como señala herbu en el comentario anterior:
Restaurante recomendable para disfrutar de la buena mesa

No es la primera vez que visito este restaurante y la conclusión siempre ha sido la misma, satisfacción.
El local tiene calidez, es confortable y está muy bien acondicionado, con comedores privados y mesas bien montadas.
La carta de vinos bastante completa y equilibrada. Los platos cargados de imaginación y con renovación constante. No tomé el menú degustación y eso se nota en el precio.
Tomé la terrina de conejo y el solomillo con mostaza de Dijón, de postre las texturas de chocolate y de beber Alto Landón. Todo muy correcto.
El servicio muy voluntarioso, pero con falta de experiencia en parte, faltaba Javi en la sala. Pero buena atención en general, todo el mundo tiene que empezar alguna vez.
Restaurante recomendable para disfrutar de la buena mesa.

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