Restaurante Mina en Bilbao
Restaurante Mina
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos a la cena, lunes completo y martes a la cena
Nota de cata PRECIO MEDIO:
92 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.1
Comida COMIDA
9.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Mole y cacao
Sangre, café y berza encurtida
Pannacota de ajo negro
Crème brûlée de azafrán
Cebolla morada de Zalla
Mejillón con jugo de citronela y pulpa de tomate picante
Helado de nuez con cristal de regaliz
Merluza
Bonito
Salmonete asado acompañado de sopa de tuétano y alcachofas de caserío
Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal
Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana
Ostra Gillardeau en chutney de ciruela
Txangurro en salsa de yema de huevo de caserio
Melón infusionado con palo cortado
vistas desde la ventana
la navaja
Opiniones de Mina
OPINIONES
59

Reunión de 10 personas a comer un sábado a mediodía, con un menú llamado sorpresa y los vinos solicitados sobre la marcha.

Entorno muy bien explicado en comentarios anteriores y ágape que comienza a las 14,30 horas.

Los platos han sido, tras dos aperitivos, uno de ellos elaborado con queso de oveja lacha aportado por uno de los comensales y otro de hígado da rape a la diabla:

Soufflé de pomelo y bacalao

Ostra Gillerdeau cubierta con mantequilla salada y migas crujientes

Viera seca

Foie a la cerveza negra con Tartar de gamba blanca de Huelva
La cebolla morada de Zalla

Yema de oca Euskal antzara sobre pencas al azafrán y gelatina de vermut blanco

Chicharro ahumado al romero servido con crema de coliflor y gelée de sidra

Guiso de liebre

Aguas de mar

Nuez, lima y regaliz

Y de beber:

Belondrade Lurton 2007

Itsasmendi 7 2011

Gramona imperial reserva 2007

Pezas da Portela 2007

Martínez Alesanco crianza 2009

Ximenez Spinola PX

Itsasmendi vendimia tardía

El Belondrade y el Martínez Alesanco aportado por uno de los comensales.

Servicio de la sala con diligencia, con muy buen ritmo el servicio entre plato y plato, cambio constante de cubertería y vajilla, asimismo cambio de copa con forma y tamaño adecuado, con cada vino.

Comentarios:

En estos momentos me viene a la memoria aquella frase, que se decía en los cumplidos oficiales, o al menos “se decía que se decía”, de hace muchos años: la comida ha estado muy bien, lo frío frío, lo caliente caliente, todo en su punto.

Pero me surgen muchas dudas:

- Los platos se cantaban en un bordo de la mesa, por la que entiendo que era la responsable de la sala, con una amplia sonrisa, con una frase corrida sin entrecomillar y me pregunto si me enteré bien del contenido y elaboración de los mismos y por tanto no supe apreciar mejor los mismos.

- También tengo duda, si el servicio de la sala y mesa, que en todo momento fue muy profesional y correcto, tuvo interés en que los comensales no sintiésemos al compás del servicio.

- Y como no, mi máxima duda surge si hubiésemos disfrutado de una sobremesa, la comida hubiese ganado enteros, pues ello no fue posible ante la sorpresa de todos los comensales, ante la siguiente situación: algo menos de las 18 horas, un señor del servicio se acerca a la cabecera de nuestra mesa y nos advierte que el restaurante cerrara unos 20 minutos más tarde, en un principio alguien de la mesa entendió que cerraba la cocina y nos sacó del error, confirmando que no, que se trataba de un cierre del restaurante. De hecho sobre las 18. 30 horas abandonamos el mismo nuestra mesa y otra mesa tan multitudinaria como la nuestra y algún comensal, más el recinto.

- Siguiendo con las dudas nos hemos preguntado ¿sí hubiésemos comenzado nuestro comida en una hora posterior las 15 horas, nos hubiésemos ahorrado el postre?

Con la cabeza llena con todas estas dudas, tras abandonar el restaurante y caminando por la acera de enfrente del mismo, me vino a la mente una frase muy taurina que dice: espectáculos hay muchos, que generen emoción muy pocos. O dicho de otra forma, hay toreros que dan multitud de pases con aspecto pinturero, que estás deseando que acaben de la faena, puesto que ya lo has visto todo de ellos ese día sin emocionarte nada y hay otros que tras dar una serie de naturales, no sabes si prefieres que dejen ahí la faena, para tener en la retina y en el buen gusto de su imagen o que intente dar otra serie, a ver si lo pueden mejorar.

No voy a puntuar, pues un día es un día y hay tardes especiales en los toros.

Al final hemos pagado por comensal sobre 102 euros.

PD: estábamos 8 veremeros, que el que menos restaurantes ha colgado, tiene 60, ¡compañeros animaros¡.

Bueno, viernes de puente y tras almorzar en el Kate-Zaharra bajamos hacia la ria para degustar este recien estrellado restaurante; aunque no nuevo precisamente (me refiero a 15 dias abierto).

Lo primero, encontrarlo... Dimos vueltas y al final decidimos cojer un taxi y que nos llevasen a la puerta del establecimiento. Entrada, curiosa aunque bastante fria... hubiese preferido bajar escaleras en lugar de subirlas. Manias particulares que no restan a una gran velada.

Nos sentamos, miramos el menu degustacion que tenian preparado y por ello que se dijo. Del vino elegido no pregunteis, era blanco y aleman, muy muy afrutado. En definitiva, el que lo eligio acerto.

El menu consistio en:

1. Txitarro ahumado al romero con crema de coliflor y gelee de sidra; el primer plato ya pintaba bien, buen sabor.

2. La cebolla morada de Zalla; Un plato sin demasiada historia, todo lo que habia en el estaba hecho a base de cebolla. A mi personalmente no me dijo nada.

3. Vieira asada sobre crema de patata y terrina de foie casera; Sinceramente, el sabor de la vieira se perdio por el camino. Dame las que ponen en La Solana y dejate de historias.

4.Merluza del Cantabrico servida con sopa Kanala; pues eso, un trozo de merluza sabroso, bien hecho.

5. Pichon de Bresse asado; Sinceramente, junto al primer postre lo mejor de la comida. Espectacular!

6. Crema de Limon, bizcocho de yogurt y helado de cafe; como he dicho antes junto al pichon lo mejor de la comida.

7. Platano, cafe y oliva negra; conjuncion graciosa de sabores. El cafe muy bueno.

Y hasta aqui mi comida del viernes, la culminamos tomandonos unos cocktails en el Churchill y para Noja de vuelta, que el sabado tocaba volver.

Nueva visita a La Mina.
Cumple de mi chica que tiene el detallazo de invitarme, que maja ella. Zorionak a Alvaro y a Lara por su segundo hijo, Mikel.
El mercado de la Ribera ya está prácticamente renovado y las vistas han mejorado de nuevo.
Como siempre nos dejamos en sus manos para que nos ofrezcan su menú degustación. Por supuesto que primero te invitan a leerlo y si necesitas hacer algún cambio, sin problemas.
Todo está a nuestro gusto así que comenzamos:
De primeras un aceite de Jaén, concretamente denominado Elizondo, un nombre gracioso para ser andaluz, precioso pueblo navarro del valle de Baztan. Con el pan que sacan, no deja uno ni una sola gota, rico, con ese picor tan característico de semejantes aceites.
Como primer aperitivo nos sacan un requesón con un caldo que no recuerdo bien lo que era. El conjunto muy acertado.
Txangurro en emulsión de yema y fruta de la pasión: exquisito, mezcla totalmente acertada de sabores.
Bonito del norte confitado acompañado de berenjena al té rojo: quizás el sabor más intenso de toda la cena. El bonito en su punto exacto la salsa im-presionante. La cuchara me sobra, con untar pan he tenido suficiente.
Guiso de amanita de los césares con tuétano: otro acierto al cien por cien. Ricas las setas, rico el tuétano, sin tapar el sabor, sin ese grado grasiento del que a veces peca.
Merluza del Cantábrico acompañada de sopa de pimentón:
De nuevo producto, parece mantequilla, de los que da una tremenda pena que se termine, el pimentón suave, sin sobresalir en exceso.
Un plato nuevamente de diez.
Pichón de Bresse asado servido en su propio paté y níscalos de temporada: no soy yo demasiado amigo de los platos de caza pero ya nos han dicho que éste se cria en granjas y que es más suave, evidentemente así ha sido. Carne tierna.
Crema de almendra, lichi granizado y limón helado: como siempre, el primer postre es fresquísimo, como si quisieran hacerte olvidar lo salado limpiando la boca. Lo consiguen.
Plátano, café y oliva negra: aquí sí que se marcan los contrastes, lo dulce con lo amargo pero los porcentajes exactos, muy rico, la verdad.
Hemos hecho de "conejillos de indias" y nos han sacado, fuera del menú un nuevo postre: helado de nueces con cristal de regaliz. Un postre limpio, sin florituras, sin engaños visuales. Otra maravilla creada en esa cocina que ya tiene el cielo ganado.
Antes del café, otro nuevo regalo para el paladar, azúcar moscovado con yogurt de lima. Ya lo probamos en la anterior visita pero no nos ha importado repetir. Acertadísima conjunción de sabores.
Para beber nos hemos decantado por un albariño, concretamente el Fefiñanes 2011, fresco a más no poder, sabroso, con una acidez marcada, muy, pero que muy rico.
Exquisito cortao con la cantidad exacta de leche que te traen en jarra para que echarte lo que desees.
Mi chica un vinito dulce con naranja que hemos probado ya muchas veces y le encanta, yo un señor moscatel Ochoa. Pero mira que está rico de ganas. Y como soy un envidioso y he visto que a una mesa de por allí le han sacado un Px Spínola, pues he aprovechado para pedir un txupito para mi. Excelente.
Pues nada que añadir, creo que sigue siendo un referente importantísimo en Bilbao, una RCP de quitarse el sombrero. Un verdadero disfrute para los sentidos.
Ha salido Alvaro en persona a despedirse y hemos tenido una charla agradable con él. Ya nos ha dicho que dos veremeros muy majos le hicieron una visita ( pero hay veremeros majos? jajajaja).
Un placer, volveremos sin duda alguna, lo recomendaremos a diestro y siniestro.

  • Helado de nuez con cristal de regaliz

    Helado de nuez con cristal de regaliz

  • Merluza

    Merluza

  • Bonito

    Bonito

Justo enfrente del Mercado de la Ribera recién reformado, en el Muelle Marzana, se encuentra el restaurante Mina, cuyo nombre debe a la existencia de un antiguo yacimiento en el mismo emplazamiento. Aventura empresarial solitaria de Alvaro Garrido, uno de los jóvenes sucesores de la cocina vasca. Atraídos por los comentarios de algunos cómplices gastronómicos, y aprovechando que teníamos un evento en Bilbao, hemos aprovechado para realizar una visita a esta restaurante.

Mina solo oferta menús degustación, con la única variante del número de platos, siete ó diez, incluyendo los postres. Esta propuesta provoca desconocer lo que se va a comer, lo cual aporta siempre su punto de tensión; y una mayor responsabilidad por parte del cocinero, ya que es él el que elige por ti. Parece que la apuesta se va asentando en Bilbao, y Alvaro elige el menú dependiendo de la temporada, del mercado, de la confianza en los pequeños proveedores de alrededor, y también (según él mismo nos confesó) del tipo de clientes.

Nos hemos encontrado una cocina equilibrada entre platos más personales y arriesgados como la cebolla de Zalla en texturas ó el begi handi a modo de risotto, con otros que nos han parecido más clásicos como la torcaz con crema de patata ó el pichón de Bresse con setas de temporada pero que vienen con algún aporte para remarcar ciertos contrastes. Planteamiento controlado en relación a su incitación gastronómica, dejando en algunas creaciones trazos de alto nivel de talento y de estar capacitado para proponer una cocina todavía más personal.

Comenzamos por un aperitivo de tomate de Busturia con una sopa vizcaína de berberecho. Ligero y fresco.

Seguidamente el primer aperitivo, la cebolla de Zalla en texturas. Crujiente, en crema, en gelee, al vino tinto, cocina. Sabor y texturas. Un plato que representa una de las cualidades que me han provocado enamorarme de la gastronomía, la transformación de un producto “básico” en un plato excelso a base de talento, imaginación y técnica. Una delicia.

Begi handi (calamar del Cantábrico) a modo de risotto. Se trabaja con el cefálopodo, que se corta en pequeños dados, como si fuera arroz, y se acompaña de toda una serie de ingredientes como jengibre, cilantro, aceituna negra liofilizada ó simplemente seca. El punto del calamar es perfecto, el sabor del plato complejo, mezclando gustos ácidos, y picantes. Un conjunto para reflexionar, y que no se encuentra en la memoria gustativa.

Aprovechando los últimos de la temporada, viene a la mesa el bonito del norte a baja temperatura servido con berenjena al té rojo, miel y soja. Conjunto cantábrico- asiático, con un contraste de temperaturas agradable, templado el bonito, caliente la emulsión. Perfecta la unión entre los ingrediente con un resultado sápido uniforme en los diferentes bocados. A destacar.

Como primer plato de carne, un guiso de torcaz sobre crema de patata y terrina de foie casera. La paloma resulta suave tanto en su textura como en su sabor. Esto provoca que se tenga que controlar la potencia del foie para que no desvirtúe el ingrediente principal del plato; y bien que se consigue. La combinación crema-foie me parece de una contundencia tremendamente controlada para mantener el sabor fino del ave. La salsa se acompaña de unos cacahuetes que le dan ese toque hindú de los currys que suelen acompañar a un ave de menos clase como el pollo.

Pasamos a la señora del mar, a la merluza del Cantábrico acompañada de jugo de pimentón y verduras de caserío. Pescado de sabor suave, hasta delicado que a mi modo de ver, no acepta cualquier punto. Se presenta perfecta, mediante un golpe de plancha y luego entre 8-10 minutos en el horno a 100ºC. Plato sencillo, bien ejecutado, ya que la sopa de la especia no es preponderante, sino que aparece de forma liviana. Me recordó a una merluza a la gallega pasada por el túnel de la finura.

Y para finalizar la parte salada, nos trajeron un pichón de Bresse asado servido con calabaza balsámica y setas de temporada. El ave en su entorno, es decir en el bosque que viene representado por las setas. La calabaza guisada aporta dulzor de cara a compensar el fuerte impacto sápido del ave.

El mundo dulce empieza con un prepostre, en concreto con una crema de almendra, leche granizado, y limón helado . Frío, refrescante, y hasta podríamos decir que llega a limpiar la boca. A destacar la elegancia de la crema de almendra. El segundo acto denominado chocolate y frambuesa combina el dulce representado con un helado, un bizcocho y una crema del cacao con el ácido simbolizado por la frambuesa.

En resumen, propuesta balanceada entre riesgo y clasicismo, que se soporta en la temporada, el mercado y los proveedores. Alvaro demuestra gran conocimiento en platos como la cebolla de Zalla, y reminiscencias de Manolo de la Osa en su tendencia hacia la caza.

Restaurante que merece la pena una visita para todos los cómplices cercanos a Bilbao, y seguimiento periódico de la evolución de este joven cocinero. Nuestra visión es que existe todavía camino por recorrer hacía una apuesta todavía más personal.

Ya, sabéis que para ver unas fotos que dan hambre...y leer lo que se debate..http://www.complicidadgastronomica.es/2012/10/restaurante-mina-apuesta-personal-de-alvaro-garrido/

No voy a describir el sitio que ya lo han hecho estupendamente anteriores compañeros.
En cuanto al menú:
Como siempre un platito de aceite, en este caso de un aceite de la zona de Cáceres, para ir haciendo boca con el estupendo pan que tienen. Muy rico, un sabor con cierto "picor" que se deja untar.
De primero Txitxarro ahumado al romero con crema de coliflor y gelée de esencia vegetal, estupeda combinación de sabores.
Seguimos con bonito del norte con berenjena al té rojo y su jugo. Pues será berenjena pero el resultado conjunto es impresionante.
Conejo escabechado sobre terina de foie casera. Otro plato de diez, cada cosa por separado y la mezcla mejor aún.
Merluza del Cantábrico acompañada de pisto y pilpil, a mi fíjate que este plato me encantaría más con bakalao pero quizás sería demasiado sabor. Estupendo el pilpil.
Presa de cerdo ibérico con crema de alubia ligeramente picante y tamarindo. Muy rico también aunque no he conseguido encontrar el sabor de la alubia.
De postres, primero una crema de almendra,lichi graniado y limón helado, un postre fresquísimo, la mezcla de sabores es inmejorable.
De segundo plátano, café y oliva negra, vamos a mejor, si es posible.
Sigue ese acierto total en la conjunción de sabores.
De regalo nos traen un azúcar moscovado con yogurt de lima. Estupendo remate a una magnífica cena.
Para beber un José Pariente Verdejo 2011, un vino que cada día me gusta más, además con el día que ha hecho hoy, creo que pocos vinos, por muy caros de sean, maridarían mejor con el menú descrito.
Invitación de la casa a sendos Px de naranja, que aunque yo prefiero el Px sin añadidos, tengo que reconocer que se deja beber.
En resumidas cuentas, un servicio maravilloso que a mi particularmente me gustaría que fuese más "cercano" pero ellos atenderán para un público más exigente. No hay motivo para quejarse.
El servicio del vino es mucho más que correcto y a mi la verdad es que el local me sigue gustando y no cambiaría ni una silla.
Hay gente que se queja de la zona, de que es un poco apartada y quizás ves gente no siempre muy "guapa" en las inmediaciones pero yo personalmente prefiero ver jóvenes tomando botellón que directivos de Bankia tomando champán con mi dinero.

Segunda vez que paso por este restaurante despues de algun tiempo y me ha dado sensación de sobriedad. Creo que se han pulido detalles y la experiencia a sido mejor si cabe que la primera vez.

PAra no extenderme en la carta al detalle, a destacar:

la panceta sobre crema de patata.

CEbolla morada de Zalla.

Tras un enunciado sin muchas explicaciones, el depliegue de imaginacion y tecnica para conjuntar sabores y texturas se presenta en el plato.

Ls postres merecen un apartado especial, en los que tambien el juego entre sabores y texturas es sobresaliente.

CArta y servicio de vinos mas que bien, carta amplia y servicio impecable.

Vino para la ocasion Abel Mendoza Malvasia 2010, pudo muy bien con toda la comida. Para el cordero optamos por la posibilidad de pedir una copa de tinto, siendo el elegido un Pinot Noir de Borgoña que lamentablemente no recuerdo el nombre pero que estaba muy,muy rico.

Precio por persona: 69 por persona.Cafes e infusiones incluidos.

Lo dicho, creciendo.

Quedamos con el amigo Oscar4435 para pasar el dia en Bilbao y tras tomar unos vinitos por el centro, nos acercamos a este magnifico restaurante dando un paseo.
Situado junto a la ria y frente al mercado de la ribera, tras atravesar una gran puerta y dejar a la derecha su pequeña pero bien surtida bodega, se accede al comedor, de decoración mas clasica de lo que cabría esperar, eso si, las mesas perfectamente vestidas y con una separación entre ellas mas que considerable.
Excelente recepción, muy amable, con recogida de abrigos incluida.
Ya sentados, optamos por el menú degustación largo a 69€ y tras echar un vistazo a la carta de vinos, que sin ser muy extensa, está muy bien escogida y con unos precios realmente ajustados, hablamos con el maitre/sumiller y le comentamos si cabría la posibilidad de maridar el menú, a lo que no opuso ninguna pega, el precio 29€.
Los platos:
-Aperitivo de requesón con hierbas aromaticas e infusión de su suero, quizas un tanto soso, un poco de sal en escamas le vendría de perlas.
- Esparrago de temporada con yogurt de curry blanco y jugo de oregano, rico y refrescante.
-Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana, magistral, un plato para el recuerdo.
-Ostra Gillardeau napada en mantequilla salada y pan especiado, no me hizo mucha gracia.
-Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal, otro plato tremendo, muy bueno.
-Hongo de temporada sobre crema de patata, producto de primerisima calidad, muy rico.
-Yema de huevo de oca en salazón con pencas al azafrán y Martini blanco, rica y curiosa presentación, donde una espuma verde hacía las veces de clara.
-Salmonete asado acompañado de sopa de tuetano y alcachofas de caserío, otro plato de 10, excelente.
-Molleja de ternera glaseada, servida con setas de temporada y trazo de café, plato contundente y lleno de sabor.
-Merengue de piña, mascarpone casero y helado de melisa, combinación perfecta de texturas y sabores.
-Platano, café y oliva negra, nunca un platano dió tanto de si.
Los vinos del maridaje:
-Señorio de Rubios 2011 (Rias Baixas)
-Itsas Mendi Urezti 08 (Txakolí de Bizkaia)
-Grimau (Cava)
-Cerveza Pilsner Veltins
-Massuria 08 (Bierzo)
-Patrick Puize 2010 (Chablis)
-La Atalaya 09 (Almansa)
-Martín Berdugo 06 (Ribera del Duero)
-Olivares 06 (Jumilla)
Todos ellos servidos en copas de calidad, perfectos de tª y sin escatimar, incluso rellenando alguna vez mas las copas.
Durante la sobremesa, dimos cuenta de unas infusiones, cafes y un par de GTs de Mombasa, con los cuales, nos sacaron un postre mas a modo de petit fours.
El cocinero salió a saludar y estuvimos un buen rato conversando e incluso nos reveló algun secreto de sus recetas.
Sin duda una magnifica velada.
Y si estais por Bilbao ya sabeis, visita obligada.

  • Salmonete asado acompañado de sopa de tuétano y alcachofas de caserío

    Salmonete asado acompañado de sopa de tuétano y alcachofas de caserío

  • Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal

    Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal

  • Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana

    Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana

Alvaro Garrido, en su sobrio pero acogedor restaurante frente al mercado de la Ribera, ejecuta una cocina muy personal, de gran talento, técnica, expresividad, con platos que insinúan, algunos muy técnicos, sabrosos, profundos, con exhuberancia de sabores y especias que dejan recuerdo (vainilla, café, cacao, canela, plantas aromáticas…)
Lo extraño es que después de 7 años abierto, Mina siga en fase de expansión. Imagino que, al mínimo chispazo mediático, reventará el panorama gastronómico de Bilbao.
Sólo ofrecen 2 menús (con posibilidad de algún cambio): 7 platos (52 € + iva) y 10 platos (69 € + iva). Tomamos el primero que consistió en aperitivo, 3 entrantes, pescado, carne y 3 postres:
- Requesón en su suero avainillado.
- Txangurro, emulsión de yema y pasión.
- Sopa Kanala (caldo de ave con verduras, pan, ajo, perejil y almejas) con verduras de caserío. Buenísima recuperación de esta sopa.
- Ravioli casero de perdiz. Increíble
- Merluza con sopa Bullabesa.
- Paletilla cordero lechal, con crema de pan de especias y café. Como cambio para uno de nosotros, nos ofrecieron Presa láctea.
- Sorbete de tamarillo (tomate arbóreo del Perú que no nos convenció) con coco y manzana verde. Texturas
- Chocolate con chiboust de Bourbon.
Acompañando al café, nuevo postre.
Todos los platos a un alto nivel, sobre todos los entrantes. En cuanto a los postres, siendo resultones, reiteraban una simple combinación de elementos en diferentes texturas, a falta de algo más para resultar brillantes.
Optamos maridar el menú (20 €) con Manzanilla en rama?, cava Grimau Rv Familiar, Petit Chablis Patrick Piuze09?, Saxum09, Manuel de la Osa04, Olivares08. Muy correcto, buen precio y servicio.
Muy buenas impresiones en sala, cubertería, mantelería y copas, dejándonos el recuerdo de un restaurante con gran personalidad donde todos creen en lo que hacen y lo hacen bien.

Sin entrar en disquisiciones subjetivas de si es el mejor o no, no cabe duda de que Alvaro es capaz de desarrollar un gran cocina , creativa , rupturista y fundamnetada en guisos y recetas clásicas que exigen trabajo, atención y producto. Sus creaciones están compensadas , ya asentadas, exigen tiempo , paciencia y dedicación, sin dejar por ello de imprimir su sello personal. En mi opinión un gran restaurante, diferente, que merece mayor atención

Cómo digo en el título siento discrepar de los comentarios anteriores. No entiendo cómo se puede valorar con un 10 la cocina de Mina. De todos los platos de su menú sólo destaco ( eso sí, este plato sí me resultó excelente ) una crema de patata con un guiso de caza ( con liebre, conejo, foie...) y los postres. Casualidad que ese guiso nos lo sacaron aparte ( gran detalle ) tras indicar que no nos había gustado nada una vieira con guiso de callos de bacalao al curry rojo ( en el menú indicaba que era con crema de patata y foie ). El maridaje de los vinos sí me gustó.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar