Restaurante Mina en Bilbao
Restaurante Mina
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos a la cena, lunes completo y martes a la cena
Nota de cata PRECIO MEDIO:
92 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.1
Comida COMIDA
9.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Mole y cacao
Sangre, café y berza encurtida
Pannacota de ajo negro
Crème brûlée de azafrán
Cebolla morada de Zalla
Mejillón con jugo de citronela y pulpa de tomate picante
Helado de nuez con cristal de regaliz
Merluza
Bonito
Salmonete asado acompañado de sopa de tuétano y alcachofas de caserío
Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal
Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana
Ostra Gillardeau en chutney de ciruela
Txangurro en salsa de yema de huevo de caserio
Melón infusionado con palo cortado
vistas desde la ventana
la navaja
Opiniones de Mina
OPINIONES
59

Nos costó un poco encontrar el local, junto a la ría y enfrente del mercado de la Ribera. También tiene su emoción buscar y encontrar, tipo secreto bien guardado, aunque a estas alturas Mina es ya muy conocido y se lo merece. La cena fue memorable. Desde la mesa se veía la Iglesia de San Antón iluminada. Con dos cervezas alemanas fresquitas nos trajeron unas aceitunas aliñadas que sabían a Andalucía en pleno Euskadi. Después pasamos al vino de Rueda, Hermanos Lurtón, para empezar a disfrutar con el menú cerrado. La navaja tibia con espárrago de temporada, mostaza, hinojo y naranja estaba espectacular.....Antes le habíamos dado al foie pochado en cerveza negra con txangurro y jugo de tuétano (una delicia untuosa). Las kokotxas de bacalao sobre crema de patatas y frutos secos nos acabaron de convencer. Ración generosa y sabor extraordinario. Después llegó la merluza con habitas, curiosamente maridada con caldo de gallina...y ya al borde de la extenuación rematamos con el pichón de Anjou asado con setas y crema de pain d'épices con miso. La crema acompañaba de forma muy curiosa al sabor intenso del pichón. A los postres un ron granizado con limón helado muy refrescante para pasar después al chocolate blanco con albaricoque y mascarpone casero. Culminas con unos cafés y un cigarrito mirando de nuevo a la ría y te das cuenta de que valía la pena la excursión hasta este restaurante en el que oficia a los fogones el ya -para mi- maestro Álvaro Garrido-. En la sala dirigió con infinita elegancia Lara Martín. Repetiremos seguro ¡¡¡.

  • vistas desde la ventana

    vistas desde la ventana

  • la navaja

    la navaja

Capacidad la que posee Alvaro para adaptar un menú gastronómico formidable a una cata de vinos alemanes primorosa.Capacidad para ofrecer un menú pleno de gustosidad y potencia, pero a la vez elegante, sin estridencias , suave y amoldado a los Rieslings alemanes. Magnífica cebolla roja de Zalla en distintas texturas, delicada y sorprendente. Excelente maridaje de las 6 propuestas a los 5 vinos, con pocas molestias a los mismos, permitiendo su expresión máxima en casi todos los casos o incluso desarrollándola. No perderse la sensacional cigala sobre papada y patata, magnífica y en consonancia y plenitud con un Probus 2007. Pantagruélico y sabroso capón, suavizado, acoplado a un Fredundstück gran cru del 2007, todo un placer

Fuimos de cena sabiendo que íbamos a menú cerrado, aun así nos ofrecieron variaciones por si alguno de los platos no nos gustaba o (como fue nuestro caso) había algún problema de alergia con los ingredientes.
Un trato exquisito por parte de todo el personal, muy atento el sumillier que nos supo aconsejar. La comida excelente desde el primer plato al ultimo postre, donde tomamos unos blancos de Sauternes y un PX excelentes y una cosa a destacar que suele estar bastante olvidada. Un magnifico café.
Volveremos.

Mina es un lugar para disfrutar de lo gastronómico a pleno rendimiento. Su cocina es creativa, expresiva, rica y llena de contrastes´, lo que propicia el debate y la discusión. El restaurante resulta acogedor e intimo. La carta de vinos es suficientemente amplia y a precios moderados. El servicio amable, discreto, eficiente y en el caso de que dicho servicio sea conducido por la esposa del cocinero, distinguido y elegante.Como decía, la cocina está cargada de interés y personalidad y se ofrece en un menú de 49 e, que no dejará indiferente a nadie. Algunos platos rozan la excelencia como el falso rissoto o el huevo de oca, aq todos muestran presentaciones cuidadas y complejidad. En ocasiones, como en la molleja de ternera, se aprecian ciertos excesos, afán por impresionar o mezclar, produciendo cierto aturdimiento gastronómico, por lo que sería aconsejable algo de moderación o apaciguamiento en algunos platos.
Muy recomendable en definitiva, para los amantes de nuevas sensaciones y del debate gastronómico respetuoso

En este restaurante no hay posibilidad de elección a la carta y sólo se ofrece un menú degustación para todos los clientes,lo que evidentemente resulta mucho más fácil y cómodo para el profesional que ofertar una carta con sus diferentes opciones. Es por ello, que en consonacia con el nivel de dedicación y esfuerzo requerido, entiendo que no pueden cobrar como un restaurante de primerisimo nivel dedicado a la carta.
A nosotros nos salió, con copa incluida, 80€ persona, lo que a todas luces es excesivo.
El local es agradable y el trato amable aún cuando prácticamente nos echaron porque querían cerrar. Las raciones sabrosas pero escasas. Buen café.
Lo dicho, debe ajustar el precio, porque sales con la sensación que no compensa lo pagado por lo servido.

Uno de los mejores restaurantes de Bilbao en estos momentos, sin duda. Sólo trabaja con menú degustación, que cambia según mercado. Su precio es de 47 € + IVA, e incluye tres entrantes, un pescado, una carne y dos postres. Si algo no es de tu agrado se te cambia, en nuestro caso cambiaron sin problemas las ostra por un foie con sardina, que estaba muy bueno (aunque lo mejor es el primer plato caliente, la morcilla deliciosa con crema de patata, etc.); en lo que viene es ya más clásico (bacalao Club Ranero, p. ej.), y los postres también es un despliegue de sensaciones. La carta de vinos está bien, a precios moderados, uno encuentra bastantes referencias que destacan, en nuestro caso optamos por Maior de Mendoza 2005 y luego Valserrano 2005 y de postres un semi dulce, Itsasmendi hondarrabi zuri. Muy buenas copas y servicio. El local es diáfano y con espacio suficiente entre mesas, el día que estuvimos sólo había dos mesas más. La única pega es que la atención de Lara es insuficiente, quisimos comentar con ella los platos y estuvo atenta, pero al final se escabulló, como si se hubiera cansado de nuestras preguntas y comentarios, y al final cobró y ni nos despidió; al chef ni se lo vio. ESo hay que corregirlo. El lugar tampoco es muy glamuroso que digamos, y eso va en su contra si quieren la estrella Michelín.

La cena ha sido de verdad de las mas exquisita!y aun precio asequible. De lo mejor en relación calidad/precio
todo muy bien desde el principio; habiamos reservado una cena con menu degustacion y nos han preguntado si todo lo previsto esa noche era de nuestro agrado o si teníamos alguna peticion en particular (que han asecondado amablemente). La atencion y el trato del personal a lo largo de la cena ha llegado a la perfecion, siempre pendiente y listo a intervenir en los momentos apropiados sin "atentar" minimamente a nuestra privacy.
La comida en concreto ha sido de lo mas acertado; tres medias porciones de entrantes, dos de segundos (uno de carne y otro de pescado) y dos de postres: todo exquisito (45€ +IVA). la carta de vinos bastante detallada y variada; nosotros optamos por un Möet&Chandon (44€)- ya que celebrabamos un aniversario.
Tambien merece una nota el sitio del restaurante: cenar mirando la lluvia caer en el Rio ha añadido un toque de romanticismo, muy acertado.
Cuando vuelva a Bilbao, repetiré SEGURAMENTE!

Buenas!!!
Segunda Visita a este restaurante recomendado en su día por Antonio, sumiller del Aizian. La primera al poco de abrir en la que comimos muy bien, y esta segunda con el restaurante ya mas asentado, y la verdad es que me parece uno de los imprescindibles en Bilbao.
Buena tecnica, buen gusto, buen trato, local coqueto y curioso, trato amable y exquisito, con una culinaria muy a tener en cuenta en la que los precios de los vinos (sobre todo en algunos) estaban muy "ajustados", que mas se puede pedir???
Menú degustación formado por dos entrantes frios, uno caliente, pescado, carne y dos postres por 45€ para beber AALTO 2004 a 29,5€.
Toca un poco las diferentes denominaciones, con unas 120 ref.
A tenerlo muy en cuenta y una visita obligada en Bilbao.

Magnifico, he ido un par de veces y perfecto, estamos ante un restaurante que nos va a decir muchas cosas buenas si sigue en esta linea, solo tiene un menu degustacion, por lo tanto no tienes que dar vueltas para elegir y se agradece, la carta de vinos, no es extensa pero variada y de calidad

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar