Restaurante Mina en Bilbao
Restaurante Mina
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
55,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Domingos a la cena, lunes completo y martes a la cena
Nota de cata PRECIO MEDIO:
92 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.1
Comida COMIDA
9.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.1
Mole y cacao
Sangre, café y berza encurtida
Pannacota de ajo negro
Crème brûlée de azafrán
Cebolla morada de Zalla
Mejillón con jugo de citronela y pulpa de tomate picante
Helado de nuez con cristal de regaliz
Merluza
Bonito
Salmonete asado acompañado de sopa de tuétano y alcachofas de caserío
Txitxarro ahumado al romero sobre crema de coliflor y gelée de esencia vegetal
Foie a la cerveza con tartar de gamba blanca de Huelva y emulsión de avellana
Ostra Gillardeau en chutney de ciruela
Txangurro en salsa de yema de huevo de caserio
Melón infusionado con palo cortado
vistas desde la ventana
la navaja
Opiniones de Mina
OPINIONES
59

Nos juntamos unos cuanto tragones, de Cantabria, Álava y Vizcaya, todos con un interés común pasar una buena velada, unos mas adictos al vino, otros mas a la comida y a todos nos gustan las dos, el resumen seria que todos salimos muy satisfechos.

El local esta más que descrito, tiene una barra , dicen que es el único local estrellado con barra, no lo se.

Mi amigo Mario que nos acompaño, me comento que el nombre viene de que encima había una zona de minas, y a través de un túnel bajaban los carros de mineral hasta la base de la ría, donde se cargaban en barcazas para su posterior trasporte y Mina esta situado en la zona de descarga, de ahí el nombre del local.

Llegamos pronto a las dos, ya que queríamos probar el menú largo de catorce platos y una costumbre de la casa, que conociéndola, me parece acertada es que a eso de las seis dan por finalizado el servicio y preparan las cenas, esta vez fueron un pelin permisivos y salimos a las seis y medía.

Otra novedad, que no recuerdo de mi ultima visita, es que en las mesas te encuentras un menú de catorce platos y de hay puedes escoger el menú que se ira alargando según precio, 7platos 60€+iva, 10platos 75€+iva y 14platos 100€+iva , hace accesible la cocina de Álvaro Garrido a casi todos los bolsillos y a todos los gustos a la hora de comer ciertas cantidades, siempre a tenido esta variedad de menús, lo que no me suena es verlos escrito.

En el menú se incluye el agua, solan de cabras y un rico pan de masa madre natural, de la que sin duda es la mejor panadería que conozco Labeko.

Empezamos con unos aperitivos muy sabrosos, descarte de bacalao, piel crujiente de bacalao, crema de bacalao y huevas y por otro lado yema de caserío, crema de patata y crujiente de pan.

Empezamos el menú con una ostra gillardeu con toques cítricos y un fondo de ginebra, muy buena, lo añadido a la ostra, no enmascara para nada el sabor y la textura de esta rica ostra, pero si le aporta matices que la complementan perfectamente, potenciando su sabor.

Mejillones al curry, salsa de coco, citronella y pulpa de tomate picante, dos mejillones enormes, magnifica calidad y cocción con unos acompañantes perfectos, dándole un toque muy internacional, nada que ver con lo acostumbrado, muy buenos.

Txangurro en emulsión de yema de huevo, soja y fruta de la pasión, aquí el centollo resultaba un poco seco, quizás de haberlo mezclado con la emulsión hubiese sido lo suyo, pero nada dijeron y cada uno lo comió como le dio la gana, como la emulsión estaba tan rica, yo me la comí sola, con lo que el txangurro, que estaba rico, pero sin ayuda para darle jugosidad.

Queso negro marino, que elaboran con tinta de chipirón, muy cremoso, para nada excesivamente lácteo, dándole un poco mas de punch , lo acompaña una infusión de champiñón y un poco de pollo crujiente , a mi me gusto , este quizás fue el plato que menos gracia hizo en general .
Rico txitxarro ahumado al romero, acompañado con una crema de coliflor y una gelee de sidra, muy bueno, suave y sabroso.

La cebolla de Zalla, es un clásico de Álvaro, no conozco a nadie que de un producto que siempre suele acompañar a uno o varios productos mas principales , haga un plato de bandera , cebolla en distintas texturas , que por si solo es un espectáculo de sabores y texturas , mas que verlo para creerlo , probarlo .

Para mi otra genialidad, aunque también tuve mis discrepancias con mi amigo cantabro, muy exigente el, claro como el se lo guisa el se lo come, tiene mas criterio que yo para algunas cosas, y yo se lo reconozco, faltaría mas, el caso es que a mi me encanto la berenjena confitada en te rojo, un sabor acido, muy rico que contrastaba con la suavidad y el increíble sabor de los trocitos de gamba de Huelva en tartar que tenia por encima, para mi un 10.

Begihandi a modo de risotto, trozos de calamar envueltos en una salsa cremosa, a modo de risotto, con jengibre y alguna cosita más que no recuerdo, mucho sabor.

Sangre, berza encurtida y café, quien me lo iba a decir, una vez mas me ponen algo que no comería en casa y me sorprendo disfrutando, bueno realmente sabe a morcilla y con los acompañantes muy rico.

Callos de bacalao en curry rojo, casi a la vizcaína por el color, muy bien, me encantan, se han puesto muy de moda en la alta gastronomía, estos tenían una crema de rucula y manzana, dados de queso appenzeller y kumquat, toque hardcore.

Rape asado con unas verduras de caserío, acompañado todo ello de un fondo oscuro de las espinas tostadas y azafrán, a nivel del resto de menú.

Como ultimo salado una maravilla más, royal de perdiz a la canela con ciruela encurtida y nabo, hasta un perdigón diminuto me toco, muy buena, se nota la escuela manchega de Álvaro, la royal que mas me ha gustado, las de liebre no suelen hacerme mucha gracia.

Primer postre, Mar, granizado de agua de mar, crema de limón, granizado de limón y alga escarchada en azúcar, muy fresco, nos gusto a todos, sorprendente el sabor del granizado de agua de mar.

Para acabar o no, helado de plátano a la vainilla, bizcocho de café, granizado de te y crujiente de oliva negra, muy rico, dulce, buen final….

Aunque como es costumbre de la casa, siempre se acaba con el sabañón de azúcar moscabado, sorbete de la piel de la naranja y yogurt de lima , para mí , a modo de petit fours, pues lo sacan para el café.

Hasta aquí el apartado comida, como siempre diferenciándose de la oferta de la zona , Álvaro hace una cocina , siempre en progresión , variando elaboraciones , sorprendiendo con cada distinto menú , para mi sin duda , mi preferido para las dos estrellas , si alguna vez los racanos de la michelín quieren darlas en mi querida Vizcaya .
Ahora os enumerare los vinos y los precios, teniendo en cuenta que estamos en un local con estrella michelín y que las referencias sorprendieron y agradaron a los mas frikiwines y nos gustaron a todos, decir que el joven Murciano ,Alex , que se encarga de la bodega y del estupendo servicio del vino y también de lo que no es el vino , detalles como doblar la servilleta , cada vez que alguien se ausentaba de la mesa , son detalles que no se dan en general , decir que este joven es alumno , añado que aventajado , de Don Andres Conde , para mi un maestro del tema vino , del que ya he hablado en mis visitas a la Cigaleña .

Contadino Frank 35€+iva.
Cyril le moing vignes 35+iva.
L´Anglore , Tavel 2014 29€+iva.
Madelon 13 35€+iva.
Richard Leroy 55€+iva.
Vin Paille Montburgeot 50€+iva.
Montbureot VIN Jaune 70€+iva.
Roussey Perig 2000 70€+iva.
Jean Ives Peron Les Oeillets 36€+iva.
Malus Mama 50€+iva.

Todos acompañaron perfectamente a cada plato, sorprendente que la malus mama, que me habían puesto de postre en otro local, fue con la royal y es que el propio productor lo recomienda con un plato con grasa, para el contraste y acierta.

Servicio de copas, rellenado, todo de diez, al final pagamos 110€ por lo comido y setenta y pico por el vino, esa cantidad solo me la he gastado en algún maridaje de mas estrellas, sin embargo no era de la calidad que este, por lo que concluyo, que lo gastado para lo recibido esta muy bien, sin embargo para mi la RCP del menú es excelente, así que como para mi prevalece lo comido por lo bebido , aunque me encante beber bien , esa será mi puntuación .

Conclusión , el amigo Sergio (kintinman) y su parienta , Vanesa , juanjo y bego , (jotybe) , Josean , mi amigo Mario y un servidor salimos encantados de Mina y eso no tiene precio , que la compañía ayudo , sin duda , pero la cocina de Alvaro y la bodega de Alex , van de la mano y son caballo ganador , por cierto antes de sentarnos a la mesa , Álvaro ha montado un bar cerca TXINPUM , con interesantes referencias por copas y en donde nos despedimos del amigo Gastiola , Jon , que nos acompaño a tomar unos vinos , tenia cena a la noche y el cascarrabias no aguanta dos envites .

Situado en un emplazamiento histórico, en una casa del siglo XVIII contigua a una de las minas de Bilbao y en pleno trazado del camino de Santiago, hace pocos días ha cumplido 10 años. Se trata del restaurante Mina. Una década de lucha en una ciudad como Bilbao no demasiado abierta a nuevos caminos gastronómicos. Mina es la aventura gastronómica de Alvaro Garrido y su mujer que centran todos sus esfuerzos en un solo proyecto. Uno de esos restaurantes hechos a sí mismo, independientes y con una única fuente de ingresos, sus clientes.

Alrededor del setenta por ciento de la clientela es extranjera. Una caso seguramente único en nuestro país. La necesidad de referentes gastronómicos en Vizcaya para un público bien gastronómico o artístico y la aparición en diversas publicaciones extranjeras de prestigio son algunas de las razones de este fenómeno. Se podría decir que Azurmendi, Etxebarri, Nerua y Mina forman ese póker gastronómico que ha puesto a Vizcaya definitivamente en el mapa gastronómico mundial.

Siempre en el menú, como en Las Pedroñeras, una ostra, en este caso una Guillardeau con ginebra y cítricos. Carnosa, ácida, con amargos reforzados a través de unas alcaparras. Detalles palatales. Siempre matices. Buen comienzo.

Seguiríamos con el mejillón, coco, citronella y tomate picante (curry). De nuevo plasmando matices a través de un agua de coco que hace de hilo conductor para plasmar frecura, acidez, junto con repizcos ligeramente picantes y un toque de mar. ¡Qué pedazo de producto me parece el mejillón y que poco se utiliza en la cocina de este nivel!

El txangurro en emulsión de yema y fruta de la pasión resulta cremoso en textura, con un ligero punto de acidez, pero carente de ese ese yodo esencial del marisco.

A continuación el chicharro ahumado al romero, coliflor y sidra. Consiguiendo una textura con mucho diente, corpulenta y volviendo a esa cremosidad a través de la coliflor que destaca por su suavidad, por haber reducido su intensidad para mantener el equilibrio del plato.

Se va progresando en la fuerza sápida plato a plato: No se desea que haya picos y valles sino un suave ascenso. El queso marino, jugo de champiñones y crujiente de pollo es una original combinación de ricota, ajo negro y tinta de calamar. Más terrestre que marino con protagonismo en sabor para el trio pollo, ajo y champiñón. Equilibrado, sugerente y atrevido. Muy notable.

La melosidad es la principal cualidad de la berenjena confitada al té rojo y tartar de gamba. Fondo sabrosísimo para un plato casi de cuchara en el que el crustáceo apenas tiene relevancia (solo textura). Ascendiendo de forma rápida.

De sobresaliente se puede calificar las láminas de calamar con su fondo y cebolla roja. De alta finura, casi transparente son cada uno de los trozos del cefálopodo que apenas está atemperado. Se refuerza el sabor con un fondo maestro y ligeros toques dulces muy agradables a través de la cebolla. Un plato pleno de esencia y conocimiento.
Un clásico de Mina es el begihaundi (calamar) a modo de risotto, troceado como si fuera un tartar y posteriormente cocinado ligeramente con un fondo denso. El gusto principal está claramente marcado y van apareciendo matices secundarios sugerentes como el picante (rábano), el ácido (limón), el amargo (aceituna negra). Suculento, profundo, elegante y convincente. Muy Mina.

Se siente una clara progresión llegando a un punto de total plenitud con el foie gras en agua marina, cigala e hinojo. El hígado se deshace literalmente en la boca. Resulta de inusitada suavidad con pellizcos a través de los encurtidos. Aparentemente denso pero en boca resulta de una refinada elegancia permitiendo que la cigala también hable. Sobresaliente.

En una línea similar, el tuétano en un guiso de verduras y amanitas. La técnica aunque no se vea está, en este caso para eliminar la grasa del interior del hueso e introducir un porcentaje menor en el sabroso y denso fondo. Un tuétano que se convierte únicamente en una textura dando todo el protagonismo a un equilibrado y apetitoso fondo. Inteligencia y saber hacer. Visiones diferentes de un producto.

En cambio, el gambón (gamba blanca de Huelva de tremendo tamaño) con fondo y fideos de cerdo no acabo de convencerme. Más plano que los platos anteriores y con mayor protagonismo sápido del porco que del crustáceo. Los sabores en este caso se integran en menor medida.

Prueba de esa falta de ataduras, la sangre con berza y crujiente de café. Mucha valentía en la utilización de un ingrediente de ese perfil. Textura melosa, grandísimo fondo (de nuevo). Un guiso sanguíneo y exquisito que además a través del café encuentra un punto amargo y un cambio en la textura que relaja al paladar. Realmente magnífico por el atrevimiento y el concepto.

El bonito del norte confitado sobre un fondo de sus espinas resulta un plato sorprendente en boca, fundamentalmente por su textura que permite palpar las hebras del pez como se tratara de un pescado en salazón. Primero en salmuera y luego confitado, reforzando la primera con la añadidura de colatura de anchoa. Un bonito con personalidad y sin límites.

Para finalizar, unos callos a la romana (fondo de tomate y queso parmesano). Totalmente desengrasados, de elevada finura y suave urdimbre. Un plato que sin emocionar muestra dotes y conocimiento.

Los postres resultan transgresores y poco comunes. Se comienza por el tamarindo con salsa perrins y toffe. Ácidos, dulces y amargos además de jugar con diferentes urdimbres.

De mayor impacto, el mole con balsámico y especias. Cacao sobre una base de suave y elegante picante que comienza a pulir y afilar el paladar. Un postre diferente, de mucha cocina y altura que también tiene el fin cerrar el ciclo y poder comenzar de nuevo. A la altura de los mejores platos salados, pero ¿es salado o dulce? Un plato más salado que dulce que rompe nuestros esquemas a través de la temperatura. Los moldes están para cargárselos.

En todos los menús se finaliza con el sabayón helado de café, sorbete de piel de naranja amarga y yogur. Un postre que también lleva unos cuantos años representando a Mina. Como un telón que se cierra a través de los amargos, los dulces y los ácidos. Un nexo de unión con sus clientes.

La cocina de Alvaro Garrido es directa, intuitiva, sin ataduras y algunas veces ausente de red. Se podría decir que es uno de los cocineros nacionales con mayores influencias del maestro Manolo De la Osa. De una cocina de pocas dimensiones y totalmente abierta surge una culinaria transparente, sin trampa ni cartón que no rehúye los sabores marcados habiendo ganado en sutileza desde anteriores visitas.

La mayoría de las composiciones comparten las siguientes tres premisas calificativas: apetitosas (a través de fondos), elegantes y detallistas en cuanto a matices que descargan el paladar. Un cocina de elevada mise en place que convence desde el sabor. Resulta necesario remarcar esos fondos mencionados, densos

Mina: La vida está en la cocina.

Entorno: 8; Vino:8; Cocina: 8,5; Calidad_Precio: 8,5

Post completo y fotos en

http://www.complicidadgastronomica.es/2016/08/mina2016/

Premio Menu extenso

No suelo ser amigo de comer en esos “modernos” mostradores cara a la cocina pero en esta ocasión quería que mi compi pudiese comprobar en persona no sólo que aquí se cocina muy bien, también quería que pudiese comprobar “in situ” que no hay trucos, que todo es vivo y que encima el rollo en esa cocina es maravilloso.
Ya está suficientemente descrito el local así que iremos al grano.
Comenzamos eligiendo el vino. Nos traen la carta y en cuanto la abro y veo algo en concreto, dejo de buscar. Un vino que me gusta mucho y encima de una añada que merece la pena “descubrir”.
Gravonia crianza 1993. Un vino cien por cien viura, un riojano de calidad suprema. Es increíble que tras 23 años esto siga siendo un vinazo. Tengo que reconocer que a día de hoy este tipo de vinos me tienen totalmente enamorado y quizás no sea yo el más imparcial pero está impresionante. Un vino que hay que beber a temperaturas “altas”. Podemos así apreciar en su justa medida todo lo que nos da.
Comenzamos con un par de entrantes. Corteza de bacalao crujiente y crema de patata y yema de huevo. Impresionantes. Esa patata y yema están para morirse literalmente.
Mejillón, coco, citronella y tomate picante.
Txangurro en emulsión de yema y fruta de la pasión.
El pan no lo sacan todavía, prefieren que no nos “despiste” pero no hemos tenido paciencia. Pan de masa madre que está en su justa medida, corteza crujiente, miga compacta. Rico-rico.
Queso marino, jugo de champiñones y crujiente de pollo
Begihaundi a modo de risotto.
Tuétano en guiso de rebozuelos. Simplemente decir que he dejado los cubiertos a un lado, he cogido el pan y lo he degustado “a lo bruto”, cual trozo de tocino después de unas buenas alubias. Puro “erotismo” culinario.
Atún rojo a la parrilla y antxoas
Merluza del Cantábrico sobre una velouté de hierbas y papa rota con limón
Molleja de ternera a la brasa, cerezas encurtidas y emulsión de queso curado. Una vuelta a su plato, han conseguido mejorar algo que ya era extraordinario.
Primer postre… Mar. Pura frescura que limpia el paladar para prepararlo hacia el mundo dulce. Muy bien conseguido, refrescante a más no poder.
Plátano, café y oliva negra. Un viejo conocido que nos demuestra que tras mezclar todos los ingredientes, cosas que parecen destinadas al divorcio, logren un matrimonio que tiene aseguradas las bodas de oro.
Como no puede ser de otro modo, a modo de detalle con todos los comensales nos ofrecen otro de sus postres míticos, el Sabayón de azúcar moscovado, sorbete de naranja y yogur de cítricos. Esto está cojonudo y lo saben.
Dos estupendos cafés con unos ricos detalles en forma de gominolas de frutos rojos, galletitas de mantequilla salada y unos bizcochos de avellana.
Un buen rollo con todos los protagonistas de la noche. Unas cuantas celebraciones hoy. Simpatía, profesionalidad…… Creo que Mina y su equipo sigue siendo, sin duda alguna, la mejor referencia de la capital en su tipo de cocina. Merece la pena y la merece mucho. Gracias a todos ellos por lo vivido.
Para ver alguna foto: http://gastiondo.blogspot.com.es/2016/07/restaurante-mina-bilbao-mas-ayeres-que.html

Cuando visito uno de estos restaurantes entro nervioso, por la emoción, inquieto. Suele costarme un vinito asentarme y empezar a empaparme de todo. En Mina no hizo falta, desde el principio su cercanía y buen rollo me enchufó. No soy muy amigo de la parafernalia, me gusta comer. Y en Mina comimos, joder que si comimos.

Carta en mano caímos a bloque en el menú completo. 12 platos a los que se le suman 2 aperitivos y tres postres (+ petit fours). No quedó nada en el plato, y si llegan a poner más... ;)

Comimos en barra, lo que nos permitió ver cómo hacen magia los mina warriors, disfrutar de su agradable compañía e incluso preguntarles por alguna preparación.

El menú nos encantó. La sutileza inicial del mar, con algunas preparaciones muy llamativas. La cebolla de Zalla tocando cambio. Lo contundente de las salsas en la segunda mitad. Sin duda esos fondos en el plato, lo mejor de la comida. Por poner una pega, los postres, demasiado dulces todos. Personalmente eché en falta algún puntito más cítrico, más ácido, para romper y facilitar un poquito la entrada. Llega uno un poco fundido a la última fase ;)

Os reproducimos el menú, que como sabréis cambia en función de los productos frescos disponibles ese día:

- 2 Entrantes: tartar de gamba roja y otro que no lo recuerdo ya, lo siento.
- Souffle Pomelo y Bacalao.
- Mejillón, coco, citronella y tomate picante. Delicioso contraste.
- Txangurro en emulsión de yema y fruta de la pasión.
- Queso marino, jugo de champos y crujiente de pollo.
- Txitxarro ahumado al romero, coliflor y sidra. La manzana, en platos y maridaje, me resultó demasiado presente.
- Cebolla morada de Zalla. Cracks!. Aquí empezó la fiesta.
- Begihaundi a modo de risotto.
- Tuétano en un guiso de setas de temporada.
- Pastrami de lengua de vaca.
- Sangre, berza encurtida y café. Too much coffee dude!
- Merluza sobre caldo de bogavante. SABOR.
- Civet de Liebre acompañada de especias y miso. Sequita :(
- Tamarindo, Perrins y toffe + Creme brulee de azafrán con pera y amaretto.
- Y otro postre "secreto" (por menú completo) + petit fours (secos tíos!).

Y en cuanto al maridaje, original, moderno, con alguna referencia complicada de encontrar. Álex muy amable, acercándome a lo que no conozco y sorprendiéndome. Con un gran principio, pero que me dejó un poco más frío al cambiar a lo local y sobre todo ante la falta de un buen tinto en la parte final de la comida. Sí, también la merluza me pedía un tintito, intensísimo el sabor del bogavante. Copas (Schott) no muy generosas pero siempre atentos a compensar.

- El Origen 2014 (Nieva)
- Cote de Jura Macle 2011
- Jean Ives Peron 2011 Les Ceillets (Savoie). Increíble este bribón.
- Les Capriades 2014 (Lang. Rousillon).
- Makila 2012 (Getaria).
- Malus Mama 2010 (Astigarraga). Perfecto para sacar y contar una historia, para sorprender.
- Urezti Itasmendi (Gernika).

En definitiva, una experiencia única. Sin duda hay cocinas igual de buenas, y mejores, pero la experiencia que vivimos hace que Mina sea para nosotros uno de los mejores restaurantes en los que hemos estado. Una obra de arte que creemos imposible con otro equipo. Mina es diferente por muchas cosas pero me quedo con ellos, su evidente pasión por la cocina y su complicidad con la persona a la que entregan, con una gran sonrisa, un pedacito de su corazón.

Gracias Álvaro, Lara, Álex y el resto del team! Volveremos a vernos, seguro.

Todos los garndes restaurantes, o mejor, todos los grandes cocineros evolucionan y desarrollan su cocina. Alvaro y Mina son grandes y evolucionan. En este caso yo percibo una "clarificación" de su cocia, un "afinamiento" que parece querer dejar atrás algunos excesos del pasado y que busca otras metas. El txitxarro con coliflor, fino delicado , con su suave ruptura de sidra , es un buen ejemplo. Ya lo vimos con la versión actual de la cebolla de Zalla y lo vimos también en el rodaballo con verduras. Una nueva tendencia??, ya veremos . Desde luego que el santo y seña de la casa , lo distintivo, ha sido la fuerza , la intensidad, los jugos concentrados, el impacto gustativo y la elegancia gastronómica sin perder potencia. En el último menú (fue el de 7 platos) todo ésto lo eché de menos, excepto en la carrillera, (tremenda y potente) y en la legua escabechada con la intranscendente gamba de Huelva que no parece encontrar su sitio en esta cocina , pero que siempre aparece. Nuevo sumiller, nuevas ideas, veremos....

cenamos en este restaurante de moda de Bilbao en la barra sentados en taburetes altos muy cómodos. Cocina abierta donde puedes apreciar el buen hacer de todos los cocineros.
Tomamos el menú degustación con una sucesión de platos muy bonitos y sabrosos, apreciamos la emulsión de ajo negro y un plato de jurel curado muy muy rico.
Bebimos diferentes vinos por copas según el criterio del sumiller. Fue un placer disfrutar de los platos y de los vinos sin tener que preocuparse.

En el magnifico sentido del titulo, es una ruleta rusa de sabores, unos días te puede tocar un menú mas arriesgado, con elaboraciones mas internacionales así como con especies y productos exóticos y otros días, como fue el caso, un menú mas de la zona, con buen producto y elaboraciones mas clásicas, pero con la chispa de Alvaro y su equipo, eso es una constante , sea el día que sea y el menú que te toque.

Para mi esto es una virtud, quizás para otro no lo sea, a mi me encanta que cada día me sorprendan con una cocina similar, pero distinta, siempre divertida, siempre el sabor por delante.

Junto con el zarate en comida de producto, este local es mi primera recomendación para una velada divertida y diferente en el botxo, hay alguna otra opción, pero ninguna tan divertida, ni a tan buen precio.

El equipo de la sala consolidado y siempre atento a las necesidades del comensal.

Empezamos con Pannacota de ajo negro, muy de moda la utilización de este producto, a mi como ya he comentado me encanta, pero aquí es donde se nota la escuela de Álvaro, acompañado de un rico jugo de setas, gana mucho.

Ostra Gillardeau, ginebra y cítricos, magnifica manera de limpiar la boca a la vez que la pones a punto con esos sabores a mar.

Txitxarro ahumado al romero, coliflor y sidra, otro producto que esta de moda en los entrantes, vamos jurel, lo cual no quita merito al que como es el caso, lo prepara con mimo y sapiencia.

Lubina salvaje con crema de arbequina, buen producto y ya con la crema de este aceite tan suave y aromático, ni te cuento.

Foie, cigala y caldo de salvia y lima, como comenta Joan, rozando la perfección, siempre en los menús de la mina hay algún plato de mayores galardones, siempre será una apuesta para alcanzar la segunda estrella, para mi.

Pastel de tuétano, solo alguien preocupado por el sabor es capaz de jugársela con este producto y Alvaro, que ha estado en buenas escuelas, haya por las pedroñeras, fusiona su magia a la hora de cocinar con los sabores de productos que son , eso sabor.

Sangre, café y berza encurtida, otra genialidad partiendo de la premisa de la morcilla de berza y dándole ese toque amargo del café.

Merluza del Cantábrico con guiso de verduras de caserío, o cuando la merluza se hace amiga de la verdura, chapo.

Liebre a la Royal, aquí si que si se le ve el plumero manchego, es una elaboración potente, sápida y elegantemente controlada.

Empezamos con el dulce , Mole y cacao , con el toque picante , por lo que mas bien empezamos por el dulce-picante , te pone las papilas a punto para la crème brulée, emulsión de pera y amaretto , dulce y cremosa .

Y como es costumbre siempre nos ponen un pequeño aperitivo dulce para finalizar, Mousse de azúcar moscovado, helado de naranja amarga y yogurt, un clásico y que no quita sitio a los dulces petit fours que acompañan al café.

Para beber empezamos con un cava que ya conocía de la última visita y que me gusta mucho, Grimau Reserva Familiar Brut Nature a 21€+iva, a continuación un clásico en blanco, Viña Tondonia blanco reserva 1998 a 24€, de estas cayeron dos.

Y acabamos con un tinto , Luis Cañas, Reserva Selección de la familia 2008 , rioja alavesa que entro muy bien , a 30€+iva de postre copita de Olivares y el magnifico PX spinola , el olivares a 4,5€ y el PX a 10€+iva , me gustan los dos , pero creo que el olivares gano en las votaciones , creo , no estoy seguro , yo …por comentar .

Luego fue la oveja negra, que se tomo un martin millers y eso que los domingos no suelo, pero mi satisfacción me empujo a ello ,9€+iva, decir que es el mejor precio para gin –tonic, que últimamente me han cobrado en restauración.

Como comenta Jon, es sistema de puntuar es el que es, por lo tanto ateniéndonos a las reglas y dada la trayectoria de Alvaro, hoy voy a darle un 10 a su cocina, creo que es la primera vez, pero si hago una media y busco la regularidad se lo merece.

Intentamos volver a Mina por lo menos cada 6 meses; tras varios intentos (estaban llenos) conseguimos mesa. El menú era parecido a la mezcla de las 2 ultimas veces que hemos estado; aquí llega el dilema... te arriesgas a probar cosas nuevas y aceptas algún cambio en el menú o vuelves a probar los clásicos? decidimos no abrir la boca y disfrutar de:
-piel de bacalao
-Ajo negro y caldo de champiñón
-Mejillón, coco y citronella (una fuente llena, por favor!)
-Ostra, ginebra ,cítricos (Gillardeu xxl)
-Txitxarro ,coliflor, gelee de sidra.
-Begi haundi a modo de risotto (brutal...)
-Tuétano y perretxikos (este era nuevo, un cubo de tuétano con perretxikos salteados y demi glace)
-Merluza, verduras y caldo dashi
-Cochinillo ,calabaza balsámica (confitado y terminado en sartén parisina, engalanada con calabaza, remolacha torneada y esta misma al café),muy por encima de tanto cochinillo deshuesado mediocre.
-Dos platos invitación de la casa:
-Esparragos, senderuelas, hierbabuena; el mejor de la velada, pocos platos consiguen, en su primera cucharada, poner una sonrisa tonta en todos los comensales a la vez.
-Txitxarro brunoise, quinoa, y el lomo en salsa de moluscos( bueno, quizás antes del potentísimo esparrago se hubiera apreciado mejor.
-toffe ,tamarindo, perrins: El perrins potenciaba el tamarindo en la boca, aportando notas picantes!
-creme brulee, pera, amaretto: que decir que no se haya dicho ya.
-mousse de moscovado,naranja yogur: como bien nos dijeron en mesa "el postre con el que crecieron Alvaro y Lara"
-Café y petit fours
El sommelier Alex nos recomendó los vinos mas raros que he probado :Macon charney Jean Maciat sur de Francia 6 meses de inox; Vino di Anna, grecanico, color whisky?, se hace en ánforas de barro; Domaine de loctavin, alice et charles, indescriptible, ni rosado ni tinto y con algo de aguja en boca??.No puedo valorar, debido a mi ignorancia en el campo; eso si acompañaron divinamente.
Trato de 10, cocina de 9,5 (como seguro que la siguiente vez lo supera, le doy margen...):-)

Poco que añadir a lo comentado por Joan. Simplemente alguna apreciación que va más allá de lo gastronómico en sí. Me he permitido el lujo de, con su permiso, por supuesto, copiar su comentario y colgarlo en el blog.
De nuevo he tenido la ocasión de conocer a personas que imaginas. Personas que sabes que te van a caer mejor aún en persona que por lo compartido en líneas escritas. Y desde luego que ha sido así. Dos excelentes personas, de una calidad humana sobresaliente y que destacan más entre la “cuadrilla” de “aldeanos”, de buen corazón, eso sí, que somos nosotros.
Decir que fueron dos y no una las botellas de Tondonia bebidas y decir que es un vinazo. Está rico, pero rico con avaricia.
Hablando con Joan, comentábamos que echamos de menos poder utilizar otro sistema de puntuación, que muchas veces se nos quedan las ganas de premiar de algún modo a quien merece rozar el diez y para quien el 8,5 resulta un tanto escaso. Por ello es que en mi puntuación jugaré un tanto con alguna nota pues me parece que el resultado se lo merece.
Al igual que mi tocayo destacaría sobremanera el plato de sangre, impresionante. Aunque toda la comida estuvo a una altura considerable.
Creo que es, dejando de lado otro tipo de restaurantes de comida más tradicional, el mejor restaurante de Bilbao en cocina creativa. Un servicio de diez, seriedad pero cercanía si te dejas.
Así que nada más que añadir, pero como no podemos más que colgar tres fotos, quería que tuvieseis la oportunidad de ver el resto de los platos, merece la pena.
Seis comensales, de distintos estilos, de gustos diferentes pero todos ellos salimos por la puerta con la sensación de haber disfrutado como chiquillos.
Lo dicho, para ver las fotos: http://gastiondo.blogspot.com.es/2015/02/restaurante-mina-bilbao-una-mina-de-la.html

Para nuestro segundo dia en Bilbao, nuestro amigo Gastiola, nos reservó mesa en un restaurante que es una verdadera "mina de gastronomía".
Ese dia por imperativos personales JoseAngel y JotayB no pudieron estar presentes. Compartimos mesa Oscar4435, Gastiola, una pareja de simpatiquisimos amigos suyos, MC y yo.

El restaurante al frente de cuyos fogones se encuentra el joven chef estrellado Álvaro Garrido, se encuentra situado frente al Mercado de La Ribera, y la iglesia de San Antón a pie de ria. No voy ha hacer una gran descripción del entorno ya que éste ha sido detallado perfectamente por otros miembros de Verema.

Fuimos a comer a las 14 horas, y nos colocaron en una mesa junto a la ventana. La sala muy luminosa, es de decoración minimalista, de diseño, con paredes de piedra y grandes ventanales, con la cocina a la vista situada frente a una barra donde pueden comer ocho personas. Las 6 mesas ovaladas del restaurante, de madera de roble, son grandes, bien separadas las unas de las otras y están presentadas sin manteles. Como corresponde a un restaurante de esta categoria, la vajilla, los cubiertos y las copas son de buena calidad. El servicio de sala es muy bueno y el del vino también.

Proponen un menú de 7 platos, uno de 10 platos, uno de 14 platos y un maridaje opcional.

Nuestro anfitrión había reservado el menú de 10 platos, sin maridaje, que paso a detallar a continuación

Como aperitivo nos sirvieron :

Pannacota de ajo negro Sabores discretos de cada ingrediente del plato que estaban realzados por un buenísimo jugo de setas. Que perfecta "mise en scène" ...

Seguimos con :

Ostra Gillardeau, ginebra y cítricos El Rolls-Royce de las ostras francesas. Que frescura, que gusto a mar. Un puro placer. Tuve la suerte de encontrarme enfrente de un comensal, al que no le gustan las ostras, y recuperé la suya con una gran satisfacción. Muchísimas gracias Gasti...

Txitxarro ahumado al romero, coliflor y sidra MC que no es una gran adicta del jurel, estaba un poco inquieta, pero como parte del principio de que todo debe probarse, cual fue su sorpresa al descubrir el sabor de ese txitxarro preparado con una gran maestría. A mi me recordó el sabor de las sardinas ahumadas (aunque ambos son pescados azules). Un plato excelente con unos sabores perfectamente marcados.

Lubina salvaje con crema de arbequinas Una delicia, puros sabores. Gran producto.

Foie, cigala y caldo de salvia y lima Un plato inolvidable, rozando la perfección. Aplausos.

Pastel de tuétano No recuerdo perfectamente la presentación del plato, pero si que recuerdo su intenso sabor a tuétano, que estaba inmenso... Un platazo.

Sangre,café y berza encurtida Todos estuvimos algo asustados, al leer la palabra sangre, pero en realidad se trataba de una especie de gelée de morcillas, ouff ... con un sabor extraordinario. Un plato de 10/10

Merluza del Cantábrico con guiso de verduras de caserío Mamma Mia, que deleite, el mar y la huerta en el plato. Magnifico.

Liebre a la Royal Sin palabras. La Apoteosis.

Buen pan, que acompaño la comida a partir de los platos principales.

De postre tomamos :

Mole y cacao Muy gustoso y un pelin picante. Muy agradable. Gran elaboración.

Crème brulée, emulsión de pera y amaretto Magnifica combinación de sabores y de texturas. Excelente.

Mousse de azúcar moscovado, helado de naranja amarga y yogourt Este postre nos fue ofrecido por el restaurante. Gran contraste de sabores, la naranja amarga realzaba aun mas el postre. También excelente.

Finalizamos con unos buenos cafés y petits fours( financiers, galletas de mantequilla y gominolas de melocotón)

Acompañamos la comida con una botella de vino blanco, una botella de cava, una botella de vino tinto y también una botella de agua de 1 l.

Blancos :

Viña Tondonia blanco reserva 1998, DOC Rioja Bodegas Lopez de Heredia, uvas Macabeu, Malvasia y Viura; Lo encontre suave y muy fino. Me gustó.
Grimau Reserva Familiar Brut Nature DO Cava - Alt Penedesde Finca Grimau de Olèrdola. cepajes Chardonnay, Xarel-lo, Macabeu y Parellada. Muy bueno, fresco y distinguido.

Tintos:

Luis Cañas, Reserva Selección de la familia 2008, DOC RiojaUvas 100% Tempranillo, me pareció un vino potente y bien estructurado y largo en boca. También me gustó.

Para acompañar los postres, 3 comensales eligieron una copa de Olivares dulce Monastrell, DO Jumilla de Bodegas Olivares, uva 100% Monastrell, y los otros 3 una copa de PX Spinola DO Jerez-Manzanillade Bodegas Ximenez-Spinola, cepaje 100% Pedro Ximenez. A los lectores asiduos de Verema les dejo adivinar quien tomó cada vino. Uno de los comensales adornó el placer de la comida con un gin tonic Martin Millers.

La cuenta ascendió a 106,97 €/persona (precio del menú 75,90 €). Muy buena RCP. La cocina del Chef Alvaro Garrido mantiene sus raices vascas y al mismo tiempo es creativa, dinámica, evolutiva... utilizando productos de gran calidad Slowfood Km0 hace una cocina de muy alto nivel. Antes de marcharnos tuvimos la oportunidad de conversar un momento con el Chef que nos mostró su sala de operaciones, pequeña pero bien equipada... me pareció una persona abierta, sencilla y muy comunicativa, con muchas ganas de seguir avanzando. Para mi uno de los mejores restaurantes de cocina de vanguardia de los que he conocido hasta ahora en el pais vasco. Recomendable. Cuando volvamos a Bilbao, volveremos a visitarle.

  • Mole y cacao

    Mole y cacao

  • Sangre, café y berza encurtida

    Sangre, café y berza encurtida

  • Pannacota de ajo negro

    Pannacota de ajo negro

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