Aunque había estado en la cena del 13-O, prefería volver para realizar esta valoración. Local bonito, cómodo y espacioso, hemos ido a comer pero la iluminación me ha dado la idea de que quizá sea un lugar más adecuado para cenar. Servicio del vino profesional, envinado de copas más que correctas y cubitera para el blanco. Buena y amplia carta de vinos. Hemos tomado un Waltraud 2007 que me ha defraudado. El servicio muy correcto, atento y profesional. La comida original y de calidad, muy rica la ensalada fria de perdiz, las cocochas y el milhojas de berenjena, luego he tomado fideos de bogabante y alcachofa muy ricos, con las prisas no he podido disfrutar de postre que queda para otra ocasión aunque las propuetas de la carta eran tentadoras. Destacar también el pan y el servicio de aceite.

No puse ningún comentario de este restaurante a pesar de haber estado en diferentes ocasiones, y ahora, tras 81 comentarios, ¿que puedo decir de nuevo?.

Poco, quizás solo que Aranxa dedica menos tiempo a las mesas.

Por lo demás extraordinario. Recientemente he tomado como nuevos platos una curiosísima haburguesa de sepia, canelones de setas y un cus-cus de bogavante.

En las diferentes visitas tambien el lomo alto de buey, milhojas de berenjena, el foie, etc. Todo extraordinario. Este restaurante lleva el camino correcto para alcanzar algún reconocimiento de esos de guia gurú, porque el de Verema ya lo tiene.

La carta de vinos es sencillamente espectacular, muchísimas referencias de casi todas las denominaciones de origen, organizadas por tipos de vino. Para mi es el pasatiempo perfecto hasta que llega la comida. Los precios de los vinos son correctos tirando a algo caros.

Y la relación calidad/cantidad/precio de la comida esta bien resuelta, no sales nunca defraudado.

Saludos.

Si segunda visita a Envero, primera a mediodía. Fuimos a comer el viernes pasado, llegamos algo tarde, sobre las 15.20, pero si no te pueden atender correctamente que te digan "mira, es muy tarde, lo siento", y lo entendemos perfectamente y nos vamos a otro sitio a comer. Pedimos el menú de mediodía y pasaron 35 minutos (cronometrados) hasta que nos llegó el pan!! que nos tuvimos que tomar a palo seco porque nuestra hambre ya daba calambre, en la mesa de la lado vimos unas simples almendras que hubieran hecho nuestra eterna espera más corta, que a nosotros no nos sacaron. Pasaron otros 10 minutos, y cuando ya nos disponíamos a levantarnos para irnos indignados a comer a otro sitio, justo llego el aperitivo y mira, al final nos lo tomamos, porque era dificil a las 16:05 encontrar algún sitio digno para comer. Estábamos realmente muy enfadados, pero finalmente no dijimos nada, además que Arancha que es la única que conozco no visitó nuestra mesa más que para traernos las cartas. Una decepción muy grande en un restaurante que tenía un grato recuerdo. Cuando pasa algo así, la comida por muy buena que esté, ya ni la distrutas.

Nueva visita.Milhojas de berenjena con jamón y queso (exquisito).Pescado,sama de roca en suquet muy bueno,Para beber Guitian (DO Valdeooras)servido con cubitera y servido cada vez que la copa se vaciaba.
Me llevé la media botella larga que sobró.
Arancha,amenazo con volver....

He tomado hamburguesa de manitas de sepia(exquisita),lomo alto de buey(muy bueno ) y el helado cremaet(o algo así)también muy bueno.Me he dejado aconsejar por Arancha ya que es la primera vez que he ido.
No tomé vino por la conducción
Las cantidades igual se quedan un poco justas para los muy comedores.
Arancha muy simpatica.Volveré.

Fuimos recomendados por un amigo y por la opiniones de verema.
Una vez sentados en la mesa, tardaron muchisimo en atendernos. Un sabado a las 10 de la noche, y no nos pudieron ofrecer el menu de degustación por que no les quedaba, asi como un plato de la carta (MUY MALA PLANIFICACIÓN). Pedí la carta de vinos, me gusto, variada y de gran calidad, además realizan decantación. Fue una pena que mi mujer este embarazada y yo estuviese con medicamento ya que me hubiera gustado pedir algún vino.
La comida excelente, pedimos de entrantes la hamburguesa de manitas y sepia, genial!!!, y cuscus de bogavante , muy bueno tb. Los platos principales, magret, en su punto y osobuco de ternera con rissoto. Los platos poco generosos, pero muy bien elaborados.
De postre arnadí con helado de te verde y mousse cremaet, muy buenos los dos.
El servicio entre plato y plato a una velocidad adecuada, el postre se ratrosó muchisimo, y tuve que pedirle 3 veces que me trajeran una botella de agua.

Experiencia de lo más gratificante, la disfrutada en Envero, con muchos amigos veremeros. El mejor ambiente, buenos vinos y buena comida. Envero está comandado por una explosiva jefa de sala, quien es Arancha. Atentísima a todos los detalles. Hoy compartió mesa con nosotros, pero no dejó de controlar en todo momento la cena. La localización y entorno de Envero es magnífica. La decoración funcional, agradable, con la madera sobresaliendo del conjunto es destacable, para pasar grandes momentos con tu pareja o amigo/s a la mesa. Servicio del vino y vajilla a la altura de lo esperable en el local. Servicio muy, muy bueno. Estuvieron atentos a todo. Si probamos más de 15 vinos, dispusimos de copas para cada uno de ellos!. Degustamos un menú especial preparado para la ocasión (13-O), del que destacaría la hamburguesa de sepia con manitas de cerdo, fusión de texturas acertadísima; el pescado, fresquísimo, una variedad canaria de la que no tomé nota (entre la dorada y el congrio...) pero que se presentó muy jugoso, en su punto; el pichón como plato previo a los postres, delicadísimo y muy bien cocinado. Prepostre y postres muy buenos. Regresaremos.

Decidimos ir a Envero para celebrar mi cumpleaños, y fue acertado (además hubo una grata sorpresa al encontrarnos allí un encuentro de Verema). El local es correcto y con elementos originales, aunque no puedo hablar de la intimidad precisamente porque al estar el encuentro había más ruido del normal (al final, nos añadimos al grupo y nos lo pasamos de vicio). Para mí destaco la atención del personal, muy correcta pero al mismo tiempo muy cercana y amable, estando pendiente en todo momento de que no faltara nada. El tratamiento del vino es muy bueno, y la carta (aunque se nos iban deslizando las hojas del libro) era atractiva y bastante informativa. Pedimos el menú degustación, a 41€ por cabeza, que aunque por circunstancias de la semana al parecer se vio bastante mermado y dos platos no podían servirlos, fue solucionado por cocina de una forma más que correcta (incluso nos gustaban más las nuevas proposiciones que las antiguas). Empezamos con un aperitivo de erizo de mar y seguimos por un foie con salsa de erizo y melocotón caramelizado (bueno en cantidad y en calidad). Le siguió una espectacular hamburguesa de sepia y manitas de cerdo (lo mejor y más sorprendente) y después de principales rape y carrillera (muy buenos aunque más habitual y menos impactantes). Después un prepostre y un postre, este último muy bueno, una cuajada de horchata con un pastel o una especie de "bollo" de fartón. Aprecié bastante que nos trajeran el vino dulce a la vez que los postres (algo que suele fallar en otros sitios). Vajilla y "coperio" a la altura (aunque Aránzazu se guarda las riedel y el dulce vino en spigelau). Para repetir. RCP correcta, a 67€ por cabeza. A todo ello se añadió la sorpresa del encuentro.

Todo lo dice el título del comentario. Es la tercera vez que acudimos a este magnífico restaurante, y no deja de sorprendernos, cada vez más. Nos lo pasamos genial escuchando las explicaciones de Arancha. Es, como se diría en términos más juveniles, LA CAÑAAA!!
Paso a comentar la cena de anoche:

- Entrantes: Foie a la sartén, con compota de manzana y cebolla caramelizada (estaba riquísimo) y Hamburguesa de sepia con manitas de cerdo (uno de los platos estrella de la carta, pq madre mía!!, que mezcla de sabores, texturas,... Hay que probarlo, pq no se puede explicar con palabras). Se me olvidaba!! Antes de los entrantes un aperitivo compuesto por un mejillón con guacamole muy bueno, acompañado de dos cervezas.

- Segundos: Mi pareja (Marta) esta vez, se fue directamente a las Carrilleras de ternera, y como siempre exquisitas, melosas, tiernas, sabrosas...., en fin un lujo para el paladar.
Yo elegí Lomo alto de buey (ya lo había probado del plato de unos amigos cuando fuimos en otra ocasión), que estaba "pa chuparse los dedos".

- Postres: Mi pareja se pidió un Tatín de mango con crema de coco y yo un Mousse de "Cremaet" (carajillo quemado) con helado de leche merengada (ambos geniales). El postre acompañado con un Enrique Mendoza y un Gewustraminer.

- Vino: Como siempre cuando vamos, Arancha se encargó del vino, y nos sirvió un Fagus selección especial 2005, deleitándonos con el mismo. Estaba buenísimo.

Tras el postre, un café exquisito. Y para terminar la velada, dos Gin Tonics preparados por Arancha (que sepas Arancha que nos pareció muy mal que no quisieras cobrarlos).
Todo lo descrito anteriormente por 114 € los dos, por lo que la RCP de lo mejorcito que hoy en día se puede encontrar por ahí.
Ah, se me olvidaba!!! Buenísimos los panes, tanto el de cebolla, como el de aceitunas negras y el de frutos secos, y mención especial a los aceites vírgenes extras que nos sirvieron para acompañar la cena (gran elección la tuya Arancha el ofrecer a la clientela ese detalle).
Por todo ello, queremos y damos las gracias a todo el equipo de profesionales de Envero por hacernos disfrutar nuevamente de la velada. Nos vemos pronto.

Que gratificante es para una persona que sale poco como yo el haber acertado en el restaurante, restaurante este, con mayúsculas.
Nada más entrar en él te das cuenta que todo tiene sentido, lo primero, su bodega-escaparate, luego un pasillo que sirve de frontera entre la sala y la barra con la cocina al fondo. Buena decoración, minimalista pero sin aburrir, y que se presta a una posible decoración barroca manteniendo la base (sus paredes oscuras). Destaco sus techos altos y su estupenda extracción de humos que hacen que de igual que estes en fumadores o no fumadores, y como no, la amplitud de las mesas, no habitual.
No quiero dejar pasar ni la cerveza de inicio, que a mi en particular no solo me refresca sino que me habre el apetito. De inicio nos sacaron un aperitivo de guacamole con clóchina, cucharitas de estas me hubiese tomado tres o cuatro. Seguimos con el foie mi cuit con gelatina de Tokaji y dados de melocotón, muy bueno, aunque empiezo estar hasta el "pirri" de tanto foie. A continuación una magnífica ensalada de perdiz, ya está bien de esas bases de tomate en las ensaladas de mi "pajarito" preferido, llevaba pasta fresca, nueces y pasas. Y la sorpresa, hamburguesa de sepia con manitas de cerdo, ¡visceral!, como yo, sabor potente, acusado, y con su tosta de pan con sésamo; no quiteis este plato de la carta NUNCA. Para finalizar, "la estrella", el lomo alto de buey, de aquí, españolito (me lo imagino hasta con tricornio), plato completísimo, en calidad y ¡ojo!, en cantidad, buena guarnición. Todo esto lo acompañamos con un Baltasar Gracián Esencia 2005, no sabía que existía el concepto "Calatayud Superior", es un vino hecho, elegante, de aroma profundo y en boca algo etéreo, me dejó descolacado, no hubiese adivinado ni la uva ni la D.O. parecía de alguna añada anterior, me gustó. De postre, según se mire, un agua de Valencia "a nuestra bola", esa bola resulto ser la mía, refrescante, y con mucho sabor a naranja, y una espuma de cava magnífica.
No voy a destacar a Arancha, bastante brilla por si misma, lo haré de todo el equipo, muy coordinados y con un ambiente de trabajo evidiable. Un entrenador de fútbol diría que más que un equipo, son un grupo de amigos, por eso ganan... No hubo intervalos entre plato y plato, a mi eso me encanta.
¡Hostia!, se me olvidaba, "peaso" gin-tonic G-Vine para finalizar, el mejor de mi vida, y de estos Arancha ya me ha preparado unos cuantos, se lo que digo.
Estarán sin duda a la altura de tanto exigente el 13-O. Ah! yo ya sé lo que comeremos y no lo diré, privilegios de uno...