Cata de las Bodegas Ochoa en el Celler de Gelida a cargo de la hija de la familia Adriana Ochoa

A finales de febrero tuve ocasión de asistir a una cata de las Bodegas Ochoa, en el Celler de Gelida a cargo de la hija de la familia Adriana Ochoa. He visto que algunos otros foreros asistieron, pero no tuve la ocasión de contactar personalmente con ellos. Tres cosas me llamaron la atención en esta cata en la que las bodegas Ochoa se peocupa por tirar adelante con imaginación muchos investigaciones de I+D.
Una es la presentación del vino monovarietal Milgracias de Gracianoque es un vino sorprendente tanto en aroma como ensabor. Un vino que esperaba más tosco y sin embargo es un vino redondo. Es el primer vino de Adriana Ochoa y tiene mucho mérito trabajar con graciano, dificil tarea pero creo que muy bien superado.
En segundo lugar la presentación del Moscato, diferente al tradicional moscatel de Ochoa, que también probamos. Un vino que me sorprendió por su gran aroma, su refrescante burbuja y una frescura y suavidad que lo convierte en un vino muy agradable. Recuerda a los Moscato d'Asti. Tiene una muy baja graduación y lo convierte en un vino francamente atractivo.
Y por último, a pesar de que hubo muchas mas catas de otros vinos, el rosado de lágrima, que aunque yo no soy muy aficionado a los rosados, he de reconocer que es un vino con el que han hecho un gran esfuerzo por tener un rosado de terroir, como dijo la misma Adriana Ochoa.
Una buena ocasión para entrar y conocer estos vinos que, seguro darán que hablar en el futuro.