Grupo cata Bcn en el Celler de Can Roca.

He acabado de ";marujear"; y estoy teniendo problemas con el servidor de Internet.

La comida excelente. El Celler de Can Roca es uno de los ";top"; más humanos que existen. La comida allí es de altísimo nivel y además sabrosa y reconocible. El precio de 75€ por comensal me parece escandaloso (por lo razonable) , teniendo en cuenta el nivel de un ";dos estrellas Michelin";. Bravo!!.

Respecto a la comida, yo destacaría el plato de vieiras (en su punto perfecto), igual que el pichón. Lo que menos me impresionó fué el primer postre, lo del Tresor de Lancome, era muy original la propuesta pero el conjunto demasiado dulzón y perfumado (claro!!). Eso si. el último postre, correctamente denominado ";Anarquía"; me pareció fantástico, de lo más atrevido que e catado últimamente. Se trataba de pequenísimas porciones de diferentes elementos situados separadamente en el plato. Cada uno de éllos presentaba diferente una textura, color y sabor (dulce, ácido, amargo, etc) al resto. Había que combinarlos aleatoriamente y así se iban fundiendo los sabores y texturas de forma diferente para cada comensal, en función a la combinacon elegida. Genial!!.

Respecto a los vinos:

El Riesling estaba bien. No es de los mejores que he catado (aún recuerdo aquel tan extraordinario que tomamos en la cata de Pacs del Penedés hace unos meses) pero era muy personal y cumpla muy bien su función de vino inicial.

El Chardonnay de Otazu (en mi opinión el mejor de la comida) era espléndido. Nada que ver con los excesos frutales y volupuosidad de la mayoría de vinos nacionales de esas características. Elegante, muy complejo y personal. Buenísimo. Curiosamente encontré en casa un catálogo de la bodega, con unas fotos impresionantes de los viñedos. Y la sala de crianza es espectcular, al estilo de A,Palacios en el Priorat. Me lo dieron hace más de un año, junto a una invitación para visitar la bodega. Me arrepiento de no haber ido todavía, aunque todo tiene remedio. Pilla muy lejos el norte de Navarra pero a la primera ocasión me planto por allí, Prometido.

El Fagus es divino. En mi opinión la máxima expresión de frutosidad que he tomado en una garnacha. Los mejores calificativos que encuentro para ese vino son ELEGANCIA, SENSUALIDAD y FINURA. Bienvenidos sean los vinos con influencia del Moncayo. He encargado una botella que voy a buscar dentro de un rato. Si mi paciencia se comporta como es habitual, esta misma noche me la fundo junto a una excepcional ventresca de atún que he comprado hoy mismo (cosas del marujeo).

El Moscatel de la Marina es muy floral y elegante, aunque en boca o me impresionó. Encuentro a faltar en algunos vinos de este tipo algunas notas amargas o sobretodo ácidas que compenses esa dulzor. Buen vino en cualquier caso.

Para acabar algunos pedimos un PX y nos trajeron un Venerable 30 años de Pedro Domecq. Impresionante!!!, uno de los mejores que he catado nunca. Intenso color café y en boca presenta una dulzor muy atenuada, junto a una estructura soberbia. Este vino si que está perfecto y no le falta de nada. Maravilloso vino blanco!!!. Nos trajeron para compañar el vino, lo que éllos citaron como el maridaje perfecto para él, un cremoso y refrescante helado de jengibre, que por si sólo estaba divino. La combinación era espectacular, ganando el PX por goleada, como debe ser.

En resumen, una extraordinaria comida y un maridaje perfecto. A resaltar la voluntad de buscar vinos con buena RCP para acompañar una excelente comida.

Si alguno no ha estado en el Celler de Can Roca, no puede dejar pasar la oportunidad de hacerlo. Yo había estado un par de veces antes y ahora está en estado de gracia. Tanto que he decidido volver, pronto, muy pronto.

Saludos.