Vinos de calidad y precio alto fuera de las DO

Me ha gustado mucho eso de:

considero que tanto DOs, como AOCs son muertos en vida y por suicidio.

Pues eso, más habas para el puchero

No lo se Mara, pero con cierta lógica el agua debe bajar el grado alcohólico, pero no creo que sea un método que hagan los elaboradores.

Creo recordar que la ósmosis inversa es un método.

Saludos,

Jose

Mara, yo no elaboro vino fuera de una D.O. pero tengo la casi absoluta seguridad de que sí son "inspeccionados" (entre otras cosas por cuestiones que tienen que ver con la salud pública), y están sometidos a las muchas trabas que supone estar insertos en el marco legislativo español y europeo. Sería muy ilustrativo que alguno de estos elaboradores hablara en voz alta de su experiencia. Me temo que no se libran ni mucho menos de inoportunas visitas y de un auténtico via crucis burocrático. No creo que tengan ni más fácil, ni más difícil engañar al consumidor. En todo caso, habría que definir en qué consiste exactamente el engaño. Si la cosa radica, lisa y llanamente, en que un señor pone el mercado un vino a tropecientos euros de calidad deficiente, creo que el personal es lo suficientemente adulto para expulsar al bodeguero en cuestión del mercado. Centenas de ejemplos de naufragios más que previsibles hemos visto en los últimos años. Por cierto, bastantes más dentro de denominaciones de origen reconocidas que fuera de ellas. Por eso lado, la verdad, yo no me preocuparía mucho.

Mi experiencia, en todo caso, es que tener un policía en la puerta no impide necesariamente el fraude, de la misma manera que la penalización del tráfico de drogas no ha impedido su expansión a escala mundial. Cualquiera que tiene edad suficiente (me refiero a principio de los años 1970s) recuerda las colas de camiones cisterna caminito de La Mancha con matrícula de Cádiz en determinadas épocas críticas. Y no, no todos iban a Tomelloso a hacerse con alcohol vínico. Uno puede tener en la mano el mejor Reglamento del mundo, pero si hay bodegueros que no quieren cumplirlo, y uno no cuenta con una manera eficiente de hacerlo cumplir, la cosa hace aguas. Quiero que se me entienda bien. No hablo de una desregulación absoluta, pero sí de sustituir una verdadera diarrea normativa por unos reglamentos simples, comprensibles y que se hagan cumplir.

"Sello de garantía". En principio lo que se certifica es, fundamentalmente, un "origen". Lo de la calidad, lo siento, soy mucho más escéptico ¿Se hacían vinos terribles en La Rioja antes de que existiera la D.O.? ¿Sólo se han hecho vinos grandes en Jerez a partir de la creación del Consejo Regulador? Y no es un tema de hoy. Seamos más realistas con respecto a los resultados. En el caso de Jerez la creación del Consejo Regulador ha sido un arma decisiva para combatir por tierra, mar y aire las imitaciones pésimas que con el nombre de "Sherry" (por ejemplo, el abominable British Sherry). Y ello ha sido un sobresaliente éxito. Pero la existencia de la D.O. no impidió que durante los años 60s y 70s Rumasa exportara millones de litros de auténtica basura, llevando al lodazal la imagen pública del Marco. Sólo ahora empezamos a ver algo de luz, titubeante, al final del túnel.

En cuanto a la vigilancia de las "administraciones públicas", sólo me permito recordar un pequeño detalle: fue Bruselas la que impulso una política descerebrada de arranque de viñas en España. El resultado ha sido fantástico: a) no ha impedido los problemas crónicos de sobreproducción porque los rendimientos se han multiplicado; b) se han arrancado miles y miles de hectáreas de fantásticas viñas viejas; c) ha contribuido a agravar el problema de desertización en España. Quiero decir con esto que puede que nos parezcan abominables determinadas prácticas clientelares de las D.O. pero la solución no pasa por sustituir una burocracia absurda por otra totalmente ignorante.

Lo que garantiza la calidad no es tener un policía en la puerta de la bodega. Si no hay una voluntad individual y colectiva de hacer las cosas medianamente bien, hay muy poco que hacer.

Por estas cosas, la imagen de "la marca España" está dañadísima: corrupción, poca promoción de "lo nuestro", ignorancia, caradurismo...

Por ejemplo, el ayuntamiento de mi ciudad (Castellón), comenzó una campaña para que todos los castellonenses que trabajaban y vivían fuera promocionaran la ciudad (como si no lo hiceran, porque todos hablamos maravillas de nuestra tierra natal). Me parece bien, pero no puedes enviar eso cuando el gobierno central ha decidido que como te has ido a vivir fuera, ya no tienes derecho a la Seguridad Social, porque cotizas fuera... ¿Y todos los años que han cotizado aquí?

Por cosas como esa, que siempre se comentan entre la gente que vive fuera y con extranjeros, la imagen de España es de país de pandereta.

Bueno, yo soy de los que pienso que en todas partes cuecen habas. Porque puestos a hablar de estafas y chapuzas, ¿qué le parece que los contribuyentes europeos y estadounidenses paguen de su bolsillo reflotar instituciones financieras que se han dedicado a prácticas no ortodoxas, si no directamente delictivas? El Bundesbank mira con arrogancia al resto de los humanos pero en su momento le colaron varios goles por toda la escuadra. Ni somos un desastre, ni los mejores del mundo mundial.

Si vamos a vino, pues tres cuartos de lo mismo. El fraude forma parte de la historia del vino en todas partes ¿A qué se destinaban que los millones de litros de vino a granel que salían de los puertos de Tarragona y Valencia con destino a Francia? Por no hablar de recurrentes escándalos en prestigiosas denominaciones: http://elmundovino.elmundo.es/elmundovino/noticia.html?vi_seccion=12&vs_fecha=201409&vs_noticia=1411054633 Pero ello no quita para que haya miles de productores, en España y fuera de España, que hacen vinos buenos o incluso extraordinarios.

Yo no iba a eso. Ni, por supuesto, a denigrar la D.O. Jerez, cuyos órganos funcionan razonablemente bien. De hecho, he utilizado el ejemplo de Jerez para ilustrar tres cuestiones: a) que en los órganos representativos de las denominaciones más prestigiosas se sustancian cosas -por ejemplo el equilibrio entre viticultores y bodegueros- que no siempre están redundan en la calidad; b) que en ocasiones se ven desbordadas por fenómenos -como el de Rumasa o el de la introducción catastrófica de las multinacionales de las bebidas- que revelan hasta qué punto se está lejos de la omnipotencia incluso en las denominaciones con más músculo; c) que a mi juicio, y por su propia naturaleza, son instituciones mejor diseñadas para certificar el "origen" que para garantizar "calidades", que son, por definición, discutibles. Sobre el tema del origen: la historia tiene un peso importante que hace que nuestras grandes DOs sean distintas a las de otras latitudes, fundamentalmente determinadas zonas de Francia (p.ej. Borgoña). Nosotros no tenemos un extenso tejido de pequeños y medianos viticultores que viven relativamente bien elaborando y vendiendo su propio vino. Eso en España es la excepción más que la regla: los viticultores pequeños se agrupan en cooperativas -algunas inmensas- o venden su uva a bodegas medias y grandes. No hay tantos que elaboren y vendan su propio vino. Y su poder dentro de las denominaciones es exiguo, con lo que son los intereses de los grandes grupos bodegueros y las cooperativas las que marcan el paso. Ahora bien, no es el único país del mundo en el que esto sucede. Ello se traduce en una muy deficiente diferenciación de los terruños y, por tanto, en el hecho palpable de que nuestras grandes D.Os -me refiero a las más extensas- representan más equilibrios de intereses regionales que zonas geoclimaticamente homogéneas.

Todo ello, y el hecho de que la gente que elabora vino fuera de las D.O. no estén exentos de controles, me lleva a no compartir la idea de que los productos elaborados dentro de una denominación de origen tengan mayor garantía de "calidad" que los elaborados fuera de ellas. Al final, los aficionados con cierto recorrido acabamos por depositar más confianza en productores determinados que en zonas específicas. Y esto vale para cualquier país del mundo. Y el que lo hace mal y caro, sea dentro o fuera de una denominación, lo acaba al final pagando. Porque es el consumidor el que tiene la última palabra.

Si no digo que seamos los peores... Pero tristemente no nos vendemos bien y la imagen que hay fuera es que es un país de traca en muchos aspectos (no lo digo yo, sino varios amigos que viven fuera y cuando dicen que son españoles y hablan con ellos, la imagen del país es nefasta).

Pero bien, como dices en tu exposición (sabes infinitamente más que un servidor en el mundo del vino, eso está claro), en España las D.O. no son Satán, eso está claro, porque han ayudado a la zona. Pero como en otros organismos de control (no sólo en España, ya que Alain comenta que en Francia pasa lo mismo) se ha corrompido en algunos aspectos fundamentales y se han "prostituido".

Lo de que si se pierde confianza en un vino de D.O. frente a otro que no está englobado en ninguna, creo que el que se ha salido de esos paraguas tiene que lanzarse a producir un vino de calidad, ya que no representa a una "comunidad vinícola", sino a sí mismo. Con lo que creo que esto va a servir de toque de atención, ya que los consumidores cada vez están más informados y estar dentro de una D.O. no es sinónimo de calidad, como bien has comentado.

Lo de reorganizar las D.O. por sus características, sería un avance muy importante, lo que permitiría una reglamentación más equilibrada.

El tema de los pequeños y medianos viticultores, pues tradicionalmente se han unido bajo cooperativas o han vendido su producto a bodegas más grandes. Aunque parece que empieza a cambiar un poco la tendencia, ya que pequeños viticultores empiezan a elaborar su propio vino, ya que el precio que se paga por la uva empieza a ser muy bajo.

En cuanto a los de los controles sanitarios y de calidad, pues como bien dices, como cualquier alimento, tendrá que superarlos, sino no puede sacar su producto al mercado.

Como bien dices, el consumidor es el que tiene la última palabra... Y gracias a las nuevas tecnologías, su castigo puede ser muy duro en base a comentarios por redes sociales, foros, etc. Con lo que hacer un producto de escasa calidad o con una relación calidad precio mala, es un suicidio a corto y medio plazo.

P.D.: Y sí, en todos los sitios cuecen habas... En más de los que pensamos seguro!

Totalmente de acuerdo de nuevo Joan, de hecho yo conozco casos de pueblos que lindan con otros en la Ribera del Duero y uno está dentro y el otro está fuera, todo porque quienes fueran que dibujaron los límites en su momento no lo consideraron oportuno.

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