La vez que visité la bodega Bernabeleva

Tenía muchas ganas de conocer mejor la Bodega Bernabeleva. En mi cabeza flotaba la idea de ser una de esas bodegas tocadas con una varita mágica, con mucha personalidad en todos sus vinos y con una imagen y una forma de hacer las cosas muy natural, muy en tendencia. 

Nuestro anfitrión Juan Díez Bulnes es un hombre afable, que se ve que disfruta con lo que hace y transmite frescura e ilusión por sus vinos y su proyecto. Intercala divertidas anécdotas a lo largo de la visita, que hacen referencia a su trayectoria y la de su familia,  a la de paisanos de la zona, o sobre los nombres de las parcelas, como la del Policía, en referencia al anterior dueño del terreno. 

Desde 2006, cuando nace el proyecto, Juan y su equipo han trabajado por la recuperación de los viñedos que su bisabuelo compró y cultivó el siglo pasado, muchas veces ganándole terreno al monte, y también por la revalorización de las variedades autóctonas, básicamente Garnachas,  Albillo Real, Moscatel de grano menudo y algo de Morenillo, aunque hay algunas autóctonas de Cataluña como la Parellada.

Nos cuenta cómo realizan el mantenimiento del suelo y los trabajos en el campo de forma muy artesanal, a base de laboreo; en los inicios tuvieron que elaborar los vinos en la cooperativa de la zona y  ante nuestra pregunta, nos cuenta lo que aportó, especialmente a la importación y expansión del proyecto, Raúl Pérez, asesor de Bernabeleva entre 2006 y 2009. 

Antes de entrar en la bodega vemos cómo es el terreno de esta zona de San Martín de Valdeiglesias y de las distintas parcelas, la mayor parte pequeñas, con variedad de altitudes, inclinaciones, orientaciones… todas sobre suelos de granito muy pobres en materia orgánica y con otros paisajes entremezclados, como el monte mediterráneo. 

Quizás por esta variabilidad es por lo que vinifican las parcelas por separado, y se les da nombre a los vinos con la parcela de la que proceden. Lo que catamos fue: 

• Camino de Navaherreros, blanco y tinto. Mix de distintas parcelas, suelos y paisajes…muchos matices silvestres. 
• Navaherreros Blanco (Albillo y Macabeo), de viñedos de entre 25 y 80 años. Sin filtrar ni estabilizar. 
• Cantocuerdas Moscatel de grano menudo. Seco. Fermentado en barrica. 
• Cantocuerdas Albillo. Con glicerina y estructura. Mucho trabajo de lías. 
• Manchomuelas - Vino de Paraje. Mix de variedades autóctonas blancas de una viña joven. Crianza en barricas. 
• Navaherreros Tinto - Vino de Paraje. Interpretación de la bodega del vino de pueblo de la zona de San Martīn de Valdeiglesias. 
• Bernabeleva - Arroyo del Tórtolas. Vino de Parcela. Parte con raspón y pisados diarios. Crianza larga en barrica. 
• Bernabeleva - Carril del Rey. Vino de Parcela. De uva que madura tarde por la orientación del vińedo. Con pigeage en el movimiento del vino. 
• Bernabeleva - Viña Bonita. Vino de Parcela. 700 m de altitud. Maceración muy larga. 
• Rompepalos. Vino rancio, oxidado en criaderas y damajuanas, solera desde 2013. Muy especial y original. 

Al final probamos incluso su delicioso aceite de oliva, del que nos regaló una botella a cada uno. Está buenísimo!!

Al hablar en plural sobre el proyecto, le pregunté con quien trabajaba y comentó que se refería a Marc Isart, el enólogo que tiene su propio proyecto en la D.O. Madrid, y que creó en 2008 junto con dos socios Comando G, un equipo que ayudó a Gredos a ser la zona reconocida y valorada que es a día de hoy, elaborando un estilo de vino de variedad garnacha de color ligero y sin maderas marcadas, que tanto gusta sobre todo al mercado americano. 

La visita fue súper completa, se percibe un concepto global en todo …la pasión que transmite Juan por este proyecto familiar, en el perfil de sus vinos, modernos y audaces, en la originalidad de sus crianzas,  la imagen de sus botellas con esos colores tranquilos y naturales, lo orgánico de la arquitectura de la bodega…e incluso en las etiquetas, con la fusión en una imagen de una foto de su abuela a lomos de los Toros de Guisando con la diosa de la caza sobre un oso en un rito de exaltación al vino. Y es que con visitas a bodegas como esta, se aprende y sobre todo, se comprende mucho mejor al vino.