Rojo picota, ribetes amoratados, capa media.
Aroma de buena intensidad, de corte suave y sutil. Aparece un tenue recuerdo floral, con toques de frutas rojas del bosque, un ligero tamiz especiado, un cierto carácter herbáceo y balsámico amén de un mínimo atisbo de tabaco, tostados y torrefactos. Nariz “moderna” pero limpia y bien lograda.
En boca se muestra ligero pero sin perder peso y estructura, con un buen esqueleto que le otorga su fresca acidez. Paso firme y redondo y final con cierto fuste que nos deja notas frutales y especiadas con unos taninos bien integrados, nobles, aunque todavía con una cierta traza de la madera que deberá pulirse.
El último proyecto de Peter es este vino que nace de la recuperación de una serie de viñedos que apenas tenían una buena explotación. Se trata de un vino con tipicidad ribereña y cierta elegancia, fácil de beber y disfrutar. El problema es que ya cuesta casi 30 euros y eso ya es dinero...

Color cereza con borde violáceo

Sorprendente nariz: café con leche, toffe, hasta algo de pastelería. Si lo llego a saber antes, lo desayuno ;)
Una vez abierto y oxigenado, aparece el chocolate.

En boca, suave, suave, suave, recorrido medio, sedoso.

Me pareció caro para lo que ofrece

Habrá que darle tiempo

Un vino con muy buen equilibrio. Muestra una nariz muy agradable, fina, con sensaciones frescas, profundas, donde hay desde pasas y cerezas con licor hasta un sabroso toque de incienso (madera) y aires de puro con romero y ciruela negra. Buena actitud en boca con recorrido y peso donde deja una nota muy larga de fruta negra y roja, con mucha complejidad y buena estructura y equilibrio. Muy sabroso. Es un vino que merece beberse de nuevo en unos meses para que la botella deje su huella, su toque de potencia y jugosidad. Muy buena impresión.

Si el enólogo que lo produce crea grandes expectativas y considerando su precio, podríamos concluir que a falta de evolución y acoplamiento( por una vez acepto lo de..." le falta botella") este vino no engancha y provoca( me provoca) cierta decepción. De capa ligera y borde azulado, denota juventud en nariz. Fruta roja de calidad, ligero, algo irregular, descompensado???, hojarasca, matorral, alcohólico , especido y picante. Boca frutal, evolución irregular, ácidez marcada, paso escalonado, picante, final sedoso, aq mediocre a mi entender, habitual... No parece entrar eso sí, en los parámetros propios de Ribera. Quizas sea demasiado pronto para catarlo y mejore en botella, ojalá

Es imposible sustraerse a tentación de recordar que nos encontramos ante todo un P. Sisseck por menos de 30 euros. Pero en una cata ciega este retoño, no se defiende por si solo.

De color cereza intenso, capa media-
En nariz, intensidad media, floral, recuerdos balsámicos y a toffe. La madera se deja sentir.
Boca con taninos marcados a los que les falta “doma”, ligera acidez sin llegar a molestar, fácil de beber, pero sin corazón.
Un vino amable, sin más.

Viendo en el momento de servirme la copa que se derramaba un líquido de color violeta oscuro. -casi negro- me temí lo peor. Otro vinazo de esos que machacan mi sensible sentido del gusto me iba a estropear el resto de cata ciega de La Despeña.
Para empezar, un aroma muy frutal, ligeramente especiado, dónde apenas se notaban los torrefactos y la madera en nariz, me desconcertó.
En boca la sorpresa fué en aumento, encontrándome con un producto totalmente equilibrado, casi sedoso. Un vino en el que no aparecía el alcohol por ninguna parte y en el que la carga frutal estaba compensada con su poquito de madera. Le faltaba algo de acidez, pero eso después de un pinot noir a quién le importa!

Volví a la copa en varias ocasiones, confirmando mi primera impresión hasta que se descubrió la botella. Para vosotros, que ya habéis del vino que se trata, nada, pero para mí, cuando oí PSI no me lo creía. Cogí la botella y directamente miré la contraetiqueta. 13,5º y Ribera del Duero. Dí la vuelta y si, era el vino de Sisseck.

En fin , sabía de su existencia pero no había leído nada de este vino.
Un vino "moderno" de Ribera con poco alcohol, poca madera y muy buena fruta.

Color cereza picota de capa media-alta con ribete granatoso, lágrima abundante y muy tiñosa. En nariz tras una decantación de casi 2 horas, brota el aroma a frutas rojas bien maduras, notas bálsamicas y a frescas hierbas, bajo un fondo de fina madera y regaliz. En boca es de cuerpo medio, elegante y fresco con correcta carga frutal, buena acidez con un leve punto seco, taninos suaves que se afinaran con más tiempo en botella, sedoso final con un buen posgusto.
Precio: 29 €. Un vino para seguir su evolución en botella.

Jarreado para que esas notas ahumado-torrefactadas dejaran paso a las notas frutales:
No muy extraído, con aromas de fruta roja fresca; goma; humo; café con leche; chocolate; leche de coco; especias (pimienta, canela, vainilla); insecticida (que debe de ser la nueva señal de identidad en la D.O.); yogur de fresa; balsámicos.
En boca se muestra tánico y un poco bastante maderil, algo frutal, con buena acidez pero un poco secante. Es fresco en boca pero quema el pecho.
11 botellas tengo que las voy a mandar con el Camins del Priorat al baúl del olvido.

Al final he probado este ultimo vino de Peter Sisseck. No está mal. Es muy diferente a los vinos que estamos acostumbrados de Pingus. Me resultó muy frutal y ligero. Reconozco que mejoró mucho al día siguiente de haberlo abierto. El día que lo abrí comenté con unos amigos que no era lo que me esperaba y que estaba por debajo de muchos de su precio. Al día siguiente he de reconocer, que encontré un vino muy frutal, muy gustoso, con unos taninos sedosos y hasta fresco en boca. De todas formas hay que situarlo en la línea de vinos que pretende ser. Un vino ligero más accesible que muchos de la zona, fragrante y gratificante al paladar.