Han transcurrido 16 meses de la última botella bebida de este vino y hoy por ser la fiesta de mi ciudad, la Capital del Hojaldre, he decidido abrir una de las últimas botellas de este magnífico vino en mi modesta opinión.

     El corcho en perfecto estado, muy tintada la cara que ha estado en contacto con el vino y sin humedecer el corcho.

     A la vista se perciben las notas tejas y rubíes. Continua con su capa alta, con una abundante, gruesa y lenta lágrima en su recorrido por el cáliz de la copa. Ribete rubí y destellos teja.

     En nariz abundantes y maduras frutas rojas y negras del bosque. Madera de su crianza sin sobresalir.

     En boca es donde mejor se expresa. Está muy elegante, aterciopelado, sedoso, muy frutal, con volumen y carnosidad, con la madera de su crianza muy bien integrada y sin sobresalir. ¿Los taninos?, muy domados. Mantiene una fresca acidez que le dará varios años más de vida. Gratísimo y elegante paso de boca. Continua siendo un vino muy largo. Me sigue dando una permanencia de más de 4 minutos.

Cuatro años han transcurrido desde la última cata colgada de este vino en él foro. ¿Qué me he encontrado?.

Vino en magnífico estado. Le calificaría de excelente. Corcho en estupendo y pefecto estado y muy tintada la cara que ha estado en contacto con el vino.

      A la vista mantiene el color rojo picota de capa alta. Abundante, gruesa y lenta lágrima en su carrera por el cáliz de la copa. Ribete picota e incipientes notas teja. Muy limpio y brillante.

     En nariz ricas y sazonadas frutas rojas y negras del bosque. Abundan más las rojas. Madera de su crianza sin sobresalir. Sigue imperando su fruta.

     En boca está muy vivo, muy elegante, sedoso, con volumen y carnoso. Te llena muy satisfactoria y elegantemente la boca. Encuentro mineralidad y mucho equilibrio. Con los taninos domados y manteniendo una fresca acidez que invita a beber y que le dará varios años más de vida. Esta botella no es como la anterior, pues tiene mucha más vida. Madera de la crianza integrada y sin sobresalir. Riquísimo, aterciopelado, elegante, equilibrado, redondo y frutal paso de boca. Sigue siendo largísimo. Me da una permanencia de casi 4 minutos.

     Los 4 años de espera han valido la pena.

No me acaba de convencer este Psi, esta añada tampoco. Lo percibo como un vino por debajo de las expectativas creadas en torno a enólogo. Fruta madura , compotada, con leves tostados fundidos y poco más...Plano en boca, sin chispa, con poco estímulo e interés, paso anodino...

Rojo picota de ribete violáceo y capa alta. Intensidad media, domina la fruta madura, mucha ciruela, leve tostado, algo de barrica nueva, especia, pimienta blanca y toques cremosos y lácticos, regalices, buena nariz con final de caja de puros. Nariz que evoluciona poco con el tiempo.

Boca con estructura de fruta y tánica, produce sequedad en el paso, poco untuoso, buena acidez, volumen, final algo corto en aromas. 

Vino encerrado en una botella borgoñona que está vestida con su tradicional etiqueta con un diseño en la que sobresale una viña con sus raices. Corcho que la cierra de calidad y en la cara exterior indicando la añada y tintado por su permanencia en contacto con el vino.

      A la vista un color rojo picota de capa alta. Limpio y brillante. Fina y abundante lágrima que en su perezoso deslizamiento por el cáliz de la copa tinta. Ribete granatoso y con muy leves e incipientes notas teja.

      En nariz abundantes, frescas y sazonadas frutas negras y rojas del bosque. Con la madera de su crianza integrada y en segundo plano. ¡Manda la fruta!.

      En boca está muy elegante, sedoso, muy equilibrado, con abundante fruta, mineral, carnoso, con volumen, con los taninos domados y con la madera de su crianza muy bien integrada. Mantiene una sabrosa acidez que invita a beber y que le dará 3-4 años más de vida. Creo está en su óptimo momento de consumo. No está para guardar. Elegante, sedoso, sabroso, soberbio y gratísimo paso de boca. Es un vino muy largo. Me da una permanencia de 3,45 minutos.