Pues yo voy un poco a la contra que mi tocayo Javier Carmona, y no acabó de gustarme este vino rosado de Murviedro.
Desde luego, diferente lo es, dado gracias también a este curioso coupage de Cabernet y Sauvignon Blanc. Aunque sí coincido plenamente en que se le ha buscado más delicadeza que contundencia. Eso quizás hace que no me llene plenamente.
Viste un sinuoso y ténue color rojo fresa pálido en copa.
La nariz, probablemente es lo más agradable o acertado del conjunto. Muestra una envolvente dulzor en nariz (muy golosa), bastante intensa. Le salen bastante las levaduras y ciertas notas de repostería y/o bollería que se entremezclan con esa golosidad en forma de piruletas de fresa, notas de caramelo y sirope. Habrá al que le parecerá empalagosa en exceso, y habrá a quien le seduzca bastante. Todo será cuestión de gustos.
En boca, creo que decae un poco en comparación con la nariz. Envolvente en el paladar, goloso ( pero ya no tanto ), con una acidez justita y un final medio de gusto frutal dulce.
Se recomienda en la contraetiqueta el degustarlo a 10-12º y yo pienso ciertamente, que no conviene servirlo más que a esa temperatura (incluso un poco más fresco), pues sino el vino tiene tendencia a hacerse más pesado, y pierde enteros (muchos), en boca.

Vino rosado tranquilo de un delicado color rosa fresa, pálido y cristalino.
Sus primeros aromas son basicamente frutales y de intensidad alta, complementados con algun toque de levaduras finas y con una evolucion segun pasan los segundos en copa a frutas rojas y del bosque, al final de la cata, con el vino atemperado, sobresalia algun suave toque lactico y de freson maduro bastante elegante.

La boca, de encuentro seco y punzante, manifestaba una frescura envidiable, con la gracia del toque perfumado y etereo del Sauvignon blanc pero con la estructura carnosa del Cabernet sauvignon, un delicado juego de sabores a frutillas, hollejo y toques casi florales de encaje.

Su frescura y delicadeza anuncian una estancia en botella que sin duda será bastante prolongada, aunque una chispa más de madurez tal vez le hubiesen dotado de una carnosidad más sensual, claramente se ha apostado por la finura frente a otros buenos rosados como el Enate Cabernet que apuesta por la contundencia.