Le penaliza su precio y se queda en tierra de nadie. 

Seguramente exageraríamos si dijéramos que es un gran rosado, pues ahí se compite en una liga francamente seria (pongan a los adversarios que crean, a mí se me ocurren tres o cuatro), pero desde luego que el vino no está nada mal. Tiene acidez, tanino, va bien servido de alcohol, no se nota la madera (ignoro si lleva) y huele y sabe a tierra. El paso es sápido, no traiciona e invita a seguir bebiendo. Incluso podría parecer que lleva mezcla de uva tinta y blanca, detalle que incluyo no como un reproche, sino como una virtud, pues posee mucha frescura. El problema son sus más de 20€; por menos de 3€ conozco algo parecido en la zona de Segovia que da similar placer.

Tenía mucha curiosidad por este rosé de Murrieta. Y he visto una muy bonita presentación, la botella es muy elegante, un color que recuerda a los rosé de Provence, salmón clarito, una nariz, unos aromas florales, frutos del bosque. La nariz te embarga, muy buena nariz. En boca, hay que beberlo muy frío, agradable, pero no tan interesante como me esperaba. La presentación y los aromas excelentes, en boca, fresco, agradable, rico, pero no mucho más. Aunque quizás ya es bastante.

Elegante presencia, Botella distinguida. Color salmón aristocrático. Después , lo importante, bueno...en parámetros de elgancia, .Mejor nariz que boca. Chuches, gominolas, frutillos rojos, interesante. En boca algo picante, rico, podría parecer un tinto, fresas, agradable, muy frío