De color ambarino claro, limpio, con marcada sensación de grosor. Reflejos dorados y anaranjados, brillante, luminoso.
Nariz de gran intensidad, potente, expresivo. Abundan las notas dulzonas de orejones, miel, retama de olor, confitura de naranja amarga, carne de membrillo y un suave especiado de fondo que da paso a maderas finas y cremosos, ahumados. Al respirar se va perfilando, cada vez más otoñal, dando unos tímidos recuerdos de hojarasca, trufa negra, café aromático. Elegante, poderoso, con ese punto térreo de gran calidad de los buenos Murrieta que no desaparece. A diferencia de otras añadas de principio de los 80 se muestra menos oxidativo. Impresiona que un vino menor para la bodega, al menos en su momento, se comporte décadas después de esta manera.
Trepidante acidez, se te pega a la boca, cortante. Lleno de energía y vida, graso, acídulo. Desbordante de fruta madura y especias blancas, sabroso, larguísimo. Hay un rastro de vainilla que se funde en un conjunto de gran madurez. Retronasal confitado. Qué vino!!!
Si hace 30 años Murrieta elaboraba vinos de esta dimensión sin más pretensiones que dar continuidad a los blancos de cada año, qué ha sucedido con los actuales Capellanía?
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/10/marques-de-murrieta-1985-blanco-reserva.html
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.