Botella sin reencorchar pero de guarda impecable en bodega. Precioso color dorado intenso, limpísimo, brillante, sin un solo precipitado. Reflejos ambarinos y cobrizos, muy vivos. Fuerte sensación de grosor, oleoso, formando lágrimas inmensas.
Elegancia elevada a la enésima potencia. Faltan descritores fiables y lo que encontramos desconcierta por su limpieza y claridad absoluta. Potente, complejo, profundo, sin apenas reductivos que delatne su larga crianza y los más de 25 años que lleva ya en botella. Muestra claras diferencias respecto a los Castillo Ygay de 1940 y 1946 que tenían una mayor expresión de vino "tradicional". Ni mejor, ni peor: totalmente diferente!!! Llega a recordar a un viejo triple sec de Guillot, sorbete de limón, ralladura de cítricos, vainilla asoleada... Joven, fresco, cristalino, con las maderas soterradas, imperceptibles. Faltan las palabras.
En boca es menos grueso de lo esperado, concentrado, de monstruosa amplitud. Fresco, almibarado, lleno de fruta madura pero jugosa y de una acidez que lo abarca todo e introduce matices a un resto de residual. Es perfecto!! Un vino blanco que rompe moldes y nos indica hacia dónde debería dirigirse la actual Rioja. Daríamos cualquier cosa por encontrar una caja de este vino en las mismas condiciones.
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/10/castillo-ygay-1962-blanco-reserva.html
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