De color rubí cobrizo, no aparenta la edad que realmente tiene. Al principio, exhala un profundo y arrebatador aroma musgoso, maderoso y licoroso pero se va matizando, se alarga y va cambiando : encontramos tenues notas de violetas moribundas, de tabaco holandés y de piel de naranja seca pero nada realmente espectacular. La boca es claramente por encima de la nariz, porque logra la cuadratura del círculo : reúne una extrema delicadeza - la trama es pura seda - y una sorprendente vitalidad - sobre un fondo de maderas finas y de fruta roja reducida, apuntes especiados y cítricos cosquillean el paladar. Trago tras trago, este vino hecho a medida para los amantes del buen gusto, se va enriqueciendo al tiempo que se hace más suave, con un toque de dulzor avainillado y un leve recuerdo a tomates secos.

     Dejemos aparte detalles menores - para no exasperar al lector apresurado - y vamos al grano : lástima que Marqués de Murrieta, una de las bodegas más emblemáticas de La Rioja, se haya dejado llevar por el peligroso canto de las sirenas.

De color rubí rojizo de capa media-alta, tapado, oscuro. Reflejos granadinos, mate, sin brillo. Borde estrecho, ligeramente cobrizo. Nada que ver con los habituales vinos atejados de Rioja. Imposible ubicarlo.

En nariz se presenta con poca intensidad, algo cerrado, necesitado de ir respirando para expresarse. Comienza a abrirse con una suave nota de madera cremosa y un tostado de calidad seguido de apuntes de hierbas aromáticas, especias, clavo. Todo esto hasta que acaba explotando la fruta. Exhala todo tipo de confitura de fruta roja, guindas en licor, confites, picotas, confitura de fresa. Más de 30 años en botella no han podido enmascarar una garnacha fragante, generosa, ni la tempranillo que aporta un fondo de pétalos y flores marchitas. Juventud en estado puro!!!

En boca también va de menos a más. Maduro, graso, frutoso, extremadamente sabroso, con un fino deje de dulcedumbre que se suma a la madera avainillada. Va ganando en presencia y en frescor a pesar de la madurez general. Su falta de profundidad está compensada por su carácter juvenil y una cantidad explosiva de fruta roja. Muy rico.

Ya hace más de 30 años que Murrieta decidió dejar de elaborar este gran vino. La falta de regularidad de algunas cosechas, la mala prensa de la garnacha y el mayor protagonismo de la tempranillo en Rioja acabaron relegando este vino al olvido. Afortunadamente aún queda alguna botella para demostrar que fue una cagada absoluta!!! Nada más...

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/06/marques-de-murrieta-etiqueta-blanca-1981.html

De color rubí granatoso de capa media-alta, más tapado de lo habitual, nada que ver con los viejos reserva de Murrieta. Reflejos rojizos y anaranjados, ligeramente turbio, ribete amplio, con sensación de grosor y mucha lágrima.

Nariz frutosa y potente. Hay un derroche de fruta roja en confitura (ciruelas, picotas, granada, fresones en sazón) y un deje licoroso al que se suman fragantes notas florales, pétalos marchitos. Mantiene una gran expresión varietal de garnacha generosa y unos tostados elegantes, muy finos y sin destacar, en segundo término. Respira ganando en potencia y amplitud. Cada vez más confitado y maduro. Aparecen guindas en licor, endrinas, cacao en polvo, y un deje balsámico que recuerda a la grosella negra y a la menta. Íntegro y sin síntomas de paso del tiempo.

En boca es de gran entereza y vigor. Todo él es confitura de fruta roja y cítricos (nectarina, ciruelas) en un recorrido de gran frescor, de viva acidez, con unos taninos maduros y una barrica nada intrusiva que no se interpone. Sabroso, ágil, casi juvenil. Se bebe con gran placer.

Un excelente ejemplo de esos viejos vinos marcados por el gran porcentaje de garnacha en su ensamblaje y que en contra de las previsiones iniciales, y de la mala prensa de la época, han sabido evolucionar durante años. Está en plenitud!!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/06/marques-de-murrieta-etiqueta-blanca-1981.html