Opiniones de Peique Viñedos Viejos
OPINIONES
4

Rojo picota de capa media.

Fruta roja en sazón, madera con notas de barniz y un punto balsámico.

Paso ligero por boca, magro y cálido.

Color rojo picota con reflejos granate.
Nariz de buena intensidad con predominio de los aromas tostados, especias, fruta negra en sazón, un punto de fruta roja fresca, alcohol de farmacia que le da un punto balsámico y un punto floral que le da profundidad.
En boca queda algo justo de volumen, con el tanino marcado, aun falto de integración pero sin molestar, es muy amplio y tiene una expresión fresca que aligera las sabores más dulces de fruta negra madura y cierta calidez en su desarrollo.

Granate con ribete algo abierto. En nariz resulta perfumado, bastante intenso, con notas de flor morada, matices especiados, un curioso toque de barniz y una fruta roja fresca en el fondo. En boca tiene buen ataque, con ciertas notas maduras, cuerpo medio, tanino ligero, fluido y bien integrado, estructura media, atractivo y fácil. Bastante largo. Cierta mineralidad en el reronasal.

La atracción por este vino comienza desde su elegante etiqueta:

Fondo de bello color grafito, despejado, sin agobios de motivos innecesarios que cansen la vista.

A la derecha un curiosísimo dibujo en blanco que describe el zarcillo de la vid pero que si le dedicas unos minutos te confunde y muta en animal mitólogico, en espíritu del bosque pariente de Puck o en una misteriosa caligrafía pre-helénica.

En el tercio inferior la información justa combinando blanco y rojo, resaltando lo que ellos quieren que sea lo primero en ser visto: PEIQUE, el nombre de la bodega y más importante aún, el nombre de la familia.

Sin movimiento en copa, la fruta negra nada en licor. Al hacerlo girar, el oxígeno trae frescura balsámica.

Gracia, ligereza y frescura al deslizarse por la boca.

Los aromas oscurecen, se hacen más profundos; asoman piedras y especias, la pimienta negra chispea sobre el manto de la fruta esparcida sobre la pizarra.

Gana en estructura y corpulencia táctil: ya no juega. Ahora se ha puesto serio y te lo advierte con un sutil punto secante de equilibrada acidez al final del paladar.

Esencias golosas de canela cubren la pimienta y los matorrales tratan de esconder la fruta sin conseguirlo del todo.

Se señorea en tu boca con elegancia y finura, pausado, sin prisa, pintando tras de sí un rastro de chocolate negro...

  • Elegante y seductor Peique Viñedos Viejos 2008

    Elegante y seductor Peique Viñedos Viejos 2008

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