Se trata de uno de los vinos galardonados con The Best in show por la revista Decanter en 2020, en donde se puede leer: "El jurado de los Decanter World Wine Awards se enamoró de las inquietantes peculiaridades aromáticas de este vino... Pocos vinos entre las referencias premiadas tienen un final tan largo, misterioso, encantador y bello." También cabe recalcar como dato curioso que el abuelo materno, Ramón Valle, plantó los viñedos de Mencía con los que se elaboró este monovarietal y en su honor fue bautizado. Pero vayamos a lo nuestro. Lo sacamos de nuestra vinoteca, lo abrimos y esperamos unos 30 minutos antes de proceder con su valoración.
VISUAL: Bonito color rojo picota de capa media con un ribete en tonalidades rubí, muy brillante y cristalino. Su lágrima es abundante, fina y transparente (88).
OLFATIVA: A copa parada hay notas frutales frescas, de fresas silvestres. Al agitar encontramos especiados de pimienta blanca, así como un toque herbáceo de montebajo mediterráneo (tomillo) y un atisbo de frutos secos (avellanas tostadas). También asoman recuerdos medio herbáceos medio balsámicos, como de hoja de pino, y finalmente unos apuntes amaderados y licorosos de fondo, a duelas envinadas. De intensidad media y muy bien en complejidad (89).
GUSTATIVA: El ataque es potente, de alta acidez y gran amplitud. El tanino está a medio pulir, confiriendo al vino un paso por boca seco y un pelín astringente todavía. En retronasal predominan los aromas herbáceos mientras que en el post-gusto hay notas de ciruelas negras intensas y un final que de nuevo nos recuerda claramente a las duelas envinadas. Vino largo, con una persistencia de casi tres minutos. En mi caso no veo ese 97 todavía, aunque se trata sin duda de una Mencía en plena fase ascendente y con un gran futuro por delante. Pienso que entre 3 y 5 años alcanzará su clímax (89).
La RCP la considero excelente pues sacamos 6 botellas por 7.60 euros cada una.
MARIDAJE: El primer día acompañó unos platitos de queso curado, jamón de bellota y embutidos ibéricos varios. Nos la terminamos al día siguiente con un solomillito de cerdo a la plancha con verduritas. Con el surtido de quesos y embutidos estuvo sensacional, su potente acidez y esos taninos poderosos lidiaron maravillosamente con los intensos sabores cárnicos, grasos y especiados. Lo dicho... con mucha vida por delante.
Salud-os!!
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