Un vino cambiante en nariz, sorprendetemente al principio ( nada mas descorchar )asomaron cantidad de aromas frutales muy ricos, eran franbuesas, cerezas, moras de gominola...Tras su decantacion y reposo se torno mas serio, con buena dosis de su paso por barrica, moka, cafe aromatico, caramelo liquido...
Y ahi se quedo, tanto si te gusta como si no.

En boca tiene un armazon espectacular, enseguida se expande por toda la boca con una fuerte carga frutal, pasa elegantemente, suave, de puntillas....y va dejando destellos de cortesia, se gusta y te lo hace saber.

Es un vino que creo que se disfruta desde ya de forma plena, pero que duda cabe que tiene una envidiable vida por delante todavia.Su corcho es sin duda el mejor que he visto hasta la fecha, largo y cuando clavas el hierro blando y esponjoso, despues mas de 10 años ahi sin decir nada.

Por cierto, la ultima copa de este magnifico Sirah es el mejor sustituto del un cafe de sobremesa.

Un vino de celebracion.

Fragancias y pletórico de fruta, nariz fina y sutil. La boca es bastante delicada, todo armonía y suavidad. Impresionantes notas de cafés y mokas, chocolates y violetas que dejan luego en boca una sensación carnosa, perfumada, kirsch, mentas y vapores de chocolate con una sensación de frescor impresionante, matices de su gran cuerpo y casi arrogante recorrido con final de mentolados, habanos, toque de grosellas sin duda.