El vino Marina Espumante es de un color amarillo muy, muy claro con reflejos acerados. La burbuja que presenta es abundante y generosa.
En nariz es de gran intensidad, dulce y con una dominancia claramente terpénica. La nariz es golosa y generosa.
En boca resulta dulce y el carbónico explosiona con alegría.

Amarillo pajizo. Tiene una nariz intensa, fresca, con dulces recuerdos a flor blanca y suaves sensaciones almibaradas. En boca tiene buen ataque, es bastante cítrico, amargoso, con buen carbónico, bastante bien integrado, largo y atractivo. A la estela de los 'moscatos' surgen estos vinos fáciles, de trago largo que pueden acompañar muy bien postres no demasiado dulces.... Su PVP no llega a los 6€

Color amarillo claro con poca espuma y de escasa duración.

Aromas a notas verdes, vegetales, toques de especias verdes y leves frutales.

En boca es agradable y muy, muy dulce, el paso fresquito y con exceso de dulzura, final con poca persistencia.

Visual: amarillo muy clarito tirando casi a blanco y de abundante burbuja
Olfativa: notas de moscatel muchas flor blanca y uva de mesa
Gustativa: paso corto, muy goloso y la burbuja no se termina de integrar

Color amarillo pálido.
La nariz es fresca y combina notas de uva de mesa y notas florales con un aire goloso.
En boca es muy fresco, frutal y al tiempo algo dulzón, en su paso se nota el carbónico y tiene un final ligero y más bien corto.
Fácil y dirigido a un público al que puede gustar mucho.

De color acerado y generosa burbuja.
En nariz es intenso y muy dulce. Moscatel potente y con garbo. Los aromas que afloran recuerdan a golosinas.
En boca es alegre y dulce pero sin resultar empalagoso. Buen vino espumoso para iniciarse en el mundo del vino.

Aromático y penetrante, terpenico, profundo. Con unas notas auvadas y golosas, punto floral. En conjunto es un vino extrovertido, donde la fruta que se siente es el plátano en sus diversas formas de golosina.

En boca sigue la línea de las flores, acidez correcta algo juguetona al igual que la burbuja. El dulzor no empalaga, sin duda es un vino, que para quien le guste, esta barbaro.

Hay lugares (algunos restaurantes) en que se utiliza por cortesía de la casa, en sustitución del típico orujo y que además de tener muchos menos grados de alcohol,. tiene un punto dulce final que facilita maridar con los postres, además de hacer patria con un espumoso valenciano.

No es un espumoso destacable por su calidad pero tiene una elaboración facilona y mejor que en un orujo de granel.

Se trata de un espumoso con dosis extra de dulce para hacer de un agradable vino espumoso de postre, impensable para comer, o bien para sobremesa en sustitución de mistelas o similares.
No hay que buscar complejidad, estructura, etc.. se trata solo de disfrutar del espumoso.

Una comida o cena que acaba con burbujas, buen punto de frio y algo de sensación dulce parece que será un final feliz.
No hay que buscar en este espumoso otras virtudes que las comentadas. No hay que esperar estructura, aromas complejos ni evolución en el tiempo. No es su guerra.