De este fantástico vino arribeño de color rubí intenso con alguno tono teja ya en su ribete.
Su nariz sigue emocionando con buena intensidad aromática de corte mineral, balsámicos y en perfecto estado evolutivo. Inicialmente nos lleva a frutos negros sabrosos y variados sobre apuntes licorosos con recuerdos de dulcedumbre, especias dulces y chocolate con guindas al licor, seguido de cueros, romero, cedro y grafito, y fiondo de confitura negra.
En boca es jugoso y maduro, no deja indiferente, evoca moras, ciruela negras, melocotón de viña y grosellas muy sabrosas, con cierta dulzor que no pesa, combinada con especias y tostados sabrosos y totalmente integrados sobre un fondo mineral atractivo y seductor con matices florales. Su paso es cálido, cremoso y muy intenso, complejo y profundo, de taninos deliciosos y bien estructurado, aunque su acidez empieza a pasarle factura. por lo demás destacar su recorrido y persistencia en boca. Final largo y con muchos registros.

Cereza oscuro, con ribete ligeramente teja, lágrima fina y elegante, de capa media.
Buena intensidad en nariz, frutas rojas, aromas florales, ahumados, ligeras notas de compota.
En boca resulta mineral, balsámico, cálido. con muy buena entrada, paso suave, sedoso, agradable, con un retronasal goloso.
Una agradable sorpresa a muybuen precio, aunque esta botella en concreto se la debo a Ayerbe, al que doy las gracias desde aquí.
Saludos

Fuera de los patrones de extracción y barrica se presenta este vino de uva Juan García, con mucha personalidad, diferente, borgoñón, muy bebible y 100% recomendable. De color cereza y poca capa hasta podría pasar por un Pinot Noir. En nariz de buena intensidad, se presenta fino y especiado, la fruta roja fresca acompaña a la perfección las notas especiadas, florales, minerales y las notas balsámicas de calidad. En boca tiene un ataque fresco motivado por esa fina acidez, equilibrado, tiene buena estructura, con buena carga frutal y final especiado y vegetal.

OOOOOOOOLE!!!!! Tres días después y en la nevera, me quedaba un culín del Abadengo y sigue estando muy entero. Aún resalta esa fruta madura ( ya oxigenada ) pero que sienta muy bien. Mantengo la puntuación porque me ha sorprendido gratamente la fuerza del varietal.

Otra botella de este Abadengo. Sigue estando a la altura pero un poco evolucionado. Color cereza picota con los ribetes teja.En nariz sigue dominando la fruta fresca con ese punto chispeante que le caracteriza el varietal Juan García. En boca agradable ,suave envolvente y bastante equilibrado.Al tiempo armoniza bien con la madera lo que le da un equilibrio satisfactorio. En fin para mi gusto un muy buen vino que sigue vivo.

Otro vino que conozco gracias a Verema y a sus foreros, me lo presento Karlvin y le doy las gracias porque vale la pena y tiene una gran relacion calidad precio. Es de color cereza de intensidad media, limpio y brillante. En nariz es muy limpio, franco y se abre enseguida el abanico de aromas, destaca la fruta roja madura, me a recordado algun vino portugues por lo floral sobre todo violetas, la madera esta bien integrada (muy suave) tiene mineralidad, tierra,y aromas de cacao, chocolate y algo de cuero.
En boca destaca la gran acidez que se puede confundir con algo de carbonico, es muy fresco, facil de beber, le vuelve la fruta, tiene un final balsamico con notas de menta. Me parece bastante mejor en nariz que en boca, de todas formas vino muy aceptable.

Lo probé en Verano, cuando buscaba un vino alegre, juvenil, rosa, "tipo nita" y un "niño" va y me vende el Abadengo, evidentemente lo acepto por ser un Juan Garcia, que no habia oido en mi vida... pero no era lo que queria.

Vuelvo a probarlo, y aunque me cuesta mucho abrirle y encontrar sus secretos, consigo: Visualmente cereza picota, casi negro, ribete ya tirando a rubí, capa altaaa, lagrima rotunda pero sin exagerar.
En nariz, mermelada de moras, arandanos, finalmente guinda en licor, unos tostados ahi en el fondo y anís....
Me sorprende en boca su frescura, golosidad, un deje balsamico, y regaliz algo dulce que no se que es, será el alochol, que no me molesta para nada...

Retronasal y postgusto amargo. Buen vino, excelente RCP

Un bonito color picota granate brillante,de media capa,con un ribete que tira a morado,ya empieza a anunciar que no nos encontramos ante un producto convencional.
Despues de catar este para mi,excelente vino,estoy con Karlvin en una cosa: las sensaciones que te transmite son tan descriptivas,que se podria decir que estan pintando el paisaje que lo dio a nacer ..en esa nariz estan las frutas rojas maduras de esas cepas de mas de 60 años,de esta rara varietal Juan Garcia,estan las notas de tierra mojada y pizarra,estan las hierbas de monte (tomillo,romero,incluso jara..).
En boca se muestra de paso facil ,con un arranque muy frutal a cereza y frutos rojos,que por su punto alcoholico acaba recordando a guindas en licor.Tambien esta presente el toque mineral y balsamico que deja una sensacion muy larga y envolvente en la boca.El roble frances en el que reposa esta perfectamente integrado.
Se destaca tambien su caracter glicerico,la lengua y el paladar quedan con una sensacion "encerada" muy caracteristica.
Hay que felicitar a los creadores de esta pequeña maravilla,por habernos pintado este paisaje con la paleta de colores de un vino.

Cereza oscuro, borde grantoso y con intensidad media.
En nariz aparecen unos tostados de forma descarada (cafe, cacao, almendras), predominan los terciarios, con la agitacon aparece la fruta, sobre todo ciruelas, un punto alcoholico en nariz (despeja), el conjunto tiene cierta armonia, placentero.
El trago es suave, directo, en boca aparece mas la fruta, la acidez es correcta dando algo de frescura a la caterva, el retronasal me recuerda a la algarroba.

Un vino bien equilibrado y con una relacion calidad-precio muy buena. 6,50 €.

De color rojo cereza de capa media, intenso, brillante y vivo, con reflejos guinda y ribete con tonos ladrillo. Lágrima incolora, firme, glicerica y abundante.

De nariz intensa, donde notas de fruta roja muy madura, mermelada de moras y arándanos se combinan con el aporte del roble de la crianza en un perfecto euilibrio. Aparecen intensas notas de dulcedumbre, cacao fino, café y cuero sobre un marcado fondo mineral, acompañado de reminiscencias de monte bajo ( tomillo y brezo) y caracter balsámico.

En boca ofrece una inmensa y compleja carga de fruta madura, ciruelas secas, arándanos, compota de manzana y moras en confitura sobre un roble elegante, armonico y ensamblado con el conjunto a la perfección. Es aquí donde hacen acto de presencia toffes, café, vainilla, puntas mentoladas y alguna hierba silvestre, todo ello arropado por una mineralidad latente que se mastica con facilidad y agrado. Es sabroso, intenso, franco, goloso y de gran elegancia, con equilibrada acidez y alcohol, no pesan en absoluto sus 14,5 grados. De paso fresco a la vez que complejo, con taninos dulces y bien maduros, con un final pleno y envolvente y largo.
Es uin vino que emociona con su singularidad, gusta de beber y de sentir las sensaciones que ofrece una variedad tan poco habitual en nuestras cotidianas copas. Se puede saborear la tierra que lo ha engendrado, el sol, la piedra y el agua que lo han alimentado hasta el momento de ser elaborado.
Da gusto saber que todavía existen emociones como esta por descubrir.