Cada botella y cada vino son un mundo y mi Lola lo es. Quizás otras botellas disfruten de una evolución mejor, pero la mía tiende a la vía muerta. Cerrado al principio, con aromas de retención, se abre y se libera poco a poco, pero sin alcanzar niveles propios de un vino fresco y dispuesto a expresar. Chocolates y fruta negra,almibáres, parecen mezclarse con maderas cremosas bien integradas. oxidado, que no mineral, puntas d egran vino, pero en apariencia caido, tendente al declive. boca ácida, tb irregular, curioso retrogusto verdoso, pámpanno.El vino ha sido bueno sin duda, quiere dar , pero ahora su estado es cuestionable.

Vino de color subido, brillante y vivo, buena capa.
La nariz es pura fruta con una madera muy bien integrada.
En boca el recorrido es largo, se notan toques de barrica en los primeros sorbos que luego ya pasan desapercibidos mezclados con fruta roja madura. Una buena experiencia.

Una apuesta curiosa de nuestro amigo Javier García, que demuestra desde hace años un excelente trabajo con las variedades foráneas en Navarra. Este vino es sorprendente. Se encuentra uno ante un vino especial, personal, que desarrolla muy bien el potencial de la merlot y manifiesta un gran trabajo con las barricas. En nariz es completo, donde las notas de crianza aparecen marcadas, pero en buena conjunción con una carga frutal de calidad. En boca se muestra corpulento, con buena estructura, muy sabroso y largo. Es recomendable tomar a temperatura más bien baja (16-17º) ya que las notas de alcohol aparecen ligeramente cuando el vino se calienta en copa.

Un vino con potencial de guarda, aunque muy interesante para tomar ya. Felicidades por este vino diferente y tan interesante.