Sorpresa grande!!! la soledad de la nevera y dos días de Vacuvin le han sentado de maravilla a este vino. Se acabó el tufo de melón maduro apareciendo notas minerales, ha ganado en flores blancas, en notas amieladas y en grosor. Se esfumó la pesadez y las notas amargas de la moscatel en boca para quedarse sólo con la fruta. Dos vinos diferentes que sólo se parecen en su curioso color ambarino.
Amarillo tirando a naranja calabaza, brillante con reflejos ámbar, lágrima profunda y marcada que desaparece tal y como se forma; nariz potente, melón muy maduro, fondo dulzón con predominio del moscatel que lo tapa todo, algo de flores blancas si se le pone imaginación; en boca sorprende por lo carnoso, intenso, sabroso hasta llegar a ser ofensivo, punto amargante que contrarresta lo empalagoso del melón sobremadurado, albaricoque, uva blanca de navidad, se bebe con facilidad pero al rato cansa, correcto.
PVP: 5 euros aprox.
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