Ámbar intenso, limpio y brillante, reflejos a oro viejo, luminoso, lágrima gruesa de lento recorrido; en el fondo de la botella se han ido ’depositando posos’ dando un aspecto turbio y pastoso. Nariz poderosa, complejo, expresivo, notas de fruta de hueso en compota (melocotón, albaricoque, paraguayos blancos), reineta, melón, frutos secos (orejones, piña deshidratada), membrillo, notas amieladas (caramelo de miel, romero), toques florales y algo mineral, hierbas secas, raspado de anís, ligera punta alcohólica por encima del conjunto, inmenso. En boca es untuoso, de largo recorrido, notas dulzonas-almibaradas excelentemente neutralizadas por la acidez (plátano, piña, melocotón), muy sabroso, notas amargosas a piel de naranja, hinojo, anís, manzanilla, madreselva, final con presencia de la madera añeja, tostado, algo caliente y rústico, postgusto eterno y perfumado
PVP: 7.2 euros aprox. Impresionante mistela clásica que no ha dejado de crecer en los últimos años. Valió la pena esperar

Garnachas de más de 70 años.
Oro Cobrizo, con destellos irisados, brillantes y vetas nacaradas. Aromas benditos a jasmín, medreselva, violeta africana y un perfume denso, glorioso y narcotizante a petalos de rosa antigua. Membrillo, higos y confitura en boca. Retronasal amplio y especiado. Goloso. Elegancia, finura, cuerpos y aromas para un vino dulce ejemplar.

Color: Amarillo anaranjado o ambar, ligeramente turbio
Aroma: Aroma muy dulzón aromas de caramelo de miel y higos
Boca: Denso, sin acidez algo pastoso y pesado pero sin molestar. Paso por boca con recuerdo a higos y miel de nuevo, fácil de beber. Final largo.
Buen vino dulce