Nuestro amigo Emilio recién llegado desde España, nos invitó a cenar en un lujoso restaurante de Cuenca (EC). Vimos en la carta este albariño, algo inusual por estos lares, así que nos lo pedimos sin titubear. Nos lo sacan atemperado de la vinoteca a unos 8-9°C. Servimos y esperamos unos 15 minutos más para su valoración.

VISUAL: De color amarillo pajizo, brillante con reflejos doraditos y verdosos (85).

OLFATIVA: De entrada asoman fragancias cítricas de pomelo y florales blancas. Al agitar percibimos notas herbáceas de grama recién cortada, un puntito de piña y unos sutiles recuerdos lácticos como de natillas. Complejidad notable y de intensidad media-baja (86). Quizás estaba demasiado frío?...

GUSTATIVA: Buen ataque, acidez alta y con un tacto muy amable, sedosito y ligero. Paso por boca muy fresco, con la acidez como protagonista y con un retronasal herbáceo. En el post-gusto asoma su lado más cítrico y se siente seco al rato, con ciertos apuntes frutosos a melón y algo de manzana verde, con un final de nuevo lácteo y muy amable. Persiste un minuto y 30 segundos en boca. Todo un seguro este albariño. Estos cuatro añitos de botella, le han venido de perlas (87).

La RCP me parece muy buena. Por 10 euros (en España) tenemos un vino notable.

MARIDAJE: Acompañó unas ostritas vivas con un aderezo de remolacha, limón y cedrón, y unas patitas de pulpo a la brasa como entrantes. Nos lo terminamos con un segundo que consistió en un lomo de róbalo sobre crema de camote. Espectacular, pero con las ostritas fue una auténtica delicia, sabores marinos y cítricos en absoluta sintonía, perfil muy atlántico, delicioso!!

Salud-os!!