Me recomendó Juan Ignasi Domenech no abrir este vino hasta por lo menos navidades, pero la curiosidad pudo conmigo y mi paciencia, además tengo que darle la razón, es un vino que con el paso del tiempo en botella seguro que se redondeara y la crianza se integrara mejor, no por eso deja de ser disfrutable en este momento.

La nariz es de buena intensidad, la fruta blanca esta muy presente con recuerdos de pera y melocotón, fruta citrica, los aromas florales y las hierbas aromáticas también están marcadas, anisados, ligeros tostados, mantequillas y en el fondo mineralidad.

En boca es amplio, cremoso, una añada potente pero mas elegante que la anterior, aunque en este momento la crianza en boca esta marcada, pero seguro que la botella lo pondra en su sitio, buena acidez citrica, la fruta en forma de pera y albaricoque, toque amargoso y mineral en su final.

Dejaremos tranquilo este vino durante una temporada.