Curioso vino, vino?, bueno, color rojo claro, aromas a granada, a orujo de hierbas, en boca recuerda ambos registros, mucho sabor a uva licorosa, a la piel de la uva. El punto licoroso en algún momento me hace pensar que es un tipo de licor, no vino. Lo caté a ciegas. Nunca hubiese pensado que era una pinot noir, si que me decante por alguna garnacha del sur de Francia o Rodano. Este es pinot noir pero hay un Macvin solo Trousseau y tb hay un blanco de Chardonnay y Savagnin que me apetece probar en otra oportunidad. Curiosidad

Escaso y raro vino este Macvin, pero realmente delicioso, Andrés (La Cigaleña) tuvo la gentileza de abrirnos este vino para acompañar una tabla de quesos, rozando la perfección junto al cabrales.

Color picota oscuro con ribete bermellón, capa alta, brillante, tiñe la copa.

Aroma primario a orujo de hierbas, fruta pasificada, tonos florales, todo el conjunto de mucha calidad y gran intensidad.

Boca ampulosa, predominantemente dulce, compotada (zarzamora, cassis), tonos ligeramente licorosos, muy buena acidez, el vino se expande por toda la boca. Final muy largo, repitiendo los tonos de fruta compotada pero dejando sensación de frescura.

Muy recomendable

Rojo rubí, ribete rojizo, capa media-alta.

Nariz intensa y compleja, directa, con un enorme desarrollo en copa. Cuando sacamos descriptores aromáticos muchas veces nos olvidamos de que a lo que tiene que oler un vino, al menos en sus inicios es…a uva. Y este vino es a lo que huele, a hollejos, al orujo, al fruto recién exprimido, un precioso aroma frutal de da gusto oler. Y el alcohol apenas se nota. Una maravilla.

En boca es un vino delicioso, fresco, adictivo, con una magnífica acidez que lo vertebra, un paso limpio y frutal, y un final con una buena longitud que de nuevo nos deja los sabores de una fruta en sazón con un ligero dulzor final que está perfectamente integrado. Tanino fino y larga persistencia.

Este Macvin tinto es un vino impactante en primer lugar por su deliciosa aromática, perfecta por definición frutal y después por su balance, sencillamente prodigioso. Una auténtica delicia que sin duda mejorará en botella. No debe ser muy caro pero sí es complicado de encontrar, otro de los tesoros de Bodega Cigaleña.

Vino que nos sacaron a ciegas en restaurante y que yo directamente mandé a Galicia, me recordó a variedades como la merenzao o incluso mencía.
De color rojo picota de capa media-alta, ribete amoratado y lagrima densa que tiñe abundantemente la copa.
En nariz muestra aromas de frutillos silvestres, notas florales y vegetales, orujos, chucherías, monte bajo e incluso trazas minerales.
En boca tiene una entrada dulce, untuosa, licorosa, con una magnifica acidez y un postgusto muy largo, donde te vuelves a encontrar esas notas vegetales y esos frutos silvestres, con especial recuerdo de los caramelos de violetas.
Un vino totalmente adictivo que se encabeza ligeramente con orujo.