Restaurante El Serbal en Santander
Restaurante El Serbal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
49,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
75 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
6.9
Detalles dulces.
Flan de queso y helado de PX
tataki de bonito
Opiniones de El Serbal
OPINIONES
45

Restaurante que ha cambiado el enclave, situándose en un lugar incomparable en Santander.

Solicitamos el menú degustación.

Del mismo sin extenderme, solo me gustaron dos platos del mismo.

Perfecta puesta en escena, excelente atención en sala y una cocina muy normalita , para lo que se espera de un tipo de restaurante como este.

Un restaurante que no se puede decir se come mal, pero en Cantabria sin esa estrella y ese precio encuentro mucha mejor cocina que la disfrutada.

Repito, excelente servicio, cocina sin grandes alardes , quien vaya que no espere mezcla y explosión de sabores, porque no lo va a encontrar.

La mayoría de la elaboración de los platos, busca una ejecución comercial o sea rápida, en la que no se buscan fondos etc...

Y luego el nivel de ingesta, del que no suelo quejarme es muy justito.

Resumiendo por supuesto que no volveré.   

Se ha trasladado a un altillo en primera línea de la playa del camello. Desde luego, ha ganado con el cambio. Preciosas vistas desde la mesa donde nos ubicaron.

Lleno hasta la bandera un martes a mediodía. Servicio amable y profesional. Buen menaje. Copas Spiegelau Style. Disponen de dos menús (ambos con la opción de maridaje) y carta. Carta de vinos bastante larga, que estudié en casa. Precios muy ajustados para ser un estrellado. Servicio de vino consistente en apertura, prueba y llenados frecuentes.

Tomamos el menú degustación (83 €). Empezamos eligiendo entre cuatro panes elaborados en la casa. Elegí el "normal", de trigo sin más. Mi esposa eligió el de espelta.

El pan nos sirvió para la degustación de dos aceites de Andújar: uno de arbequina y otro de picual. Normalito el de arbequina, muy bueno el de picual.

A continuación, tres aperitivos. De izquierda a derecha, y de menor a mayor intensidad:

- Crujiente de espárragos, emulsión de coliflor y alcaparra - Bastante bueno, aunque daba reparo cogerlo por su aspecto tan frágil. Marcado sabor a espárragos.

- Bocado de Cantabria - Bien.

- Tosta de maíz, anchoa y galleta de queso - Muy sabrosa. Nos encantó el punto de anchoa.

Seguimos con tres entrantes:

- Almejas, vieiras, caracolillos y navajas, algas y carbonara marina - Muy suave, demasiado para nuestro gusto. Quizá debido a que el último aperitivo tenía bastante sabor.

- Cigala, tartar de secreto ibérico y salmis - Tres canelones tamaño normal y media docena de cigalas, y les saldría un primer plato de escándalo. Supo a poco ;-P

- Nuestra versión del cocido lebaniego - Parece mentira lo contundente que puede ser una gyoza :-O Mucho mejor que el original, sobre todo por la cantidad.

El pescado fue rape, tom kha kai y tubérculos. Nos gustó el sabor a brasa del rape y el sabroso caldo.

La carne consistió en presa ibérica lacada al carbón, zanahoria y kimchi. Este año voy a ser muy malo, a ver si los Reyes Magos me traen algo de este carbón :-D

Antes de los postres nos trajeron una gominola de fruta de la pasión y mango. Aunque nos gustó mucho su potente sabor, lo mejor fue el plato :-)

De postre:

- Helado de queso, frutos secos y pasas golden - Muy rico.

- Café, orujo y chocolate - A mi esposa le gustó mucho.

Como soy intolerante al café, a mí me trajeron otro postre, del que solo recuerdo que llevaba frambuesas y nuez pecana. Me encantó.

Para beber, una botella grande y otra mediana de agua (6,75 €) y una botella de Gamet Rosé de Saignée 2015 (58 €) con su cubitera.

Acabamos con un cortado (3,50 €), una copa de Chateau la Tour Blanche 2010 jeroboam (12 €), recomendación de Rafael Prieto, sumiller y propietario del local, y unos petit fours del carro.

Por lo que pagamos, una más que buena RCP. Es más que probable que repitamos, a ver si esta vez el Sr. Prieto puede enseñarnos la bodega.

Veo que no hay valoraciones hace mucho...

Dos personas, a comer.

No hare valoraciones de la sala, de sobra conocida, ni del personal, tan profesional y amable como siempre. En todo caso, quizás a la sala se le empiezan a notar los años.

Panes, tan buenos como siempre (7 E)

Aperitivo, galleta de morcilla con toques de queso. Seca según quien la comió (cortesia)

Copas de cava para acompañar (cortesia)

(1) Chili crab de gambón, a compartir. Muy bueno tanto la salsa como el gambón -uno por persona- (28 E)

(0,5) Jamón, correcto, dentro de lo esperable en un ibérico (15 E)

(1) Besugo. Bueno tanto en tamaño de lomo con en trato (34 E)

(1) Arroz de cigala y chipirón. Color de grano rojo (dicen que por la reducción de la cabeza de la cigala) trocitos de chipirón y una cigala rematando. Duro. Últimamente, con la manía de buscar el punto de los arroces, hay quién empieza a quedarse corto (22 E)

Bebida

(1) Raventós Texturas de Pedra 12. Excelente (38 E)

(4) Cafés. Buenos (14 E)

No lo sé... podría decir que sin emoción ninguna salvo en el chili crab. Los precios de algunos platos disparados desde mi punto de vista; me parece excesivo el precio pagado por dos gambones en una, excelente, salsa, al igual que por un arroz completamente vulgar. Lo del jamón facturado a 300 Euros el kilo... para nota. 

La fecha de la visita no es la que aparecerá en la valoración

 

 

 

 

Bueno, pues visita recién realizada a este mítico restaurante de Santander. Tanto Mila como un servidor hemos estado anteriormente en el Nuevo Molino y sin lugar a dudas mucho mejor.

La entrada, un sitio con "postín" deberia cuidar más los detalles. Techos desconchados de pintura, recibimiento frio frio y algunos detalles más que harían volar vuestra imaginación.

Mesas. Tamaño excepcional! con una separación entre mesas más que adecuada. La cubirtería, copas y demás elementos de la mesa bastante correctos.

Nos acomodamos, tres comensales, y empezamos la espera. El restaurante está dividido en tres zonas. En la nuestra hay un camarero y el metre o dueño. Cabe decir que el restaurante casi estaba lleno, pero no es excusa y menos aún cuando uno de los comensales tiene 7 años y son casi las 15:00.

Ojeamos la carta, decidimos que comeremos y esperamos a que nos tomen nota. Para que os hagáis una idea Mila salió a fumar y le dio tiempo a ir hasta la Mulata (lleno, incomprensible) hasta que nos tomaron nota. Después de eso nos ofrecen la carta de vinos. Aún no teniamos ni el pan en la mesa.

Lo que comimos fue lo siguiente:

- Arroz meloso con bacalao y setas. Estaba bien ligado el arroz, el bacalao bueno y las setas púes... no soy amigo de las setas.

- Huevo poché, con foie y hojaldre de Torrelavega. Vas a las Piscinas y te comes unos buenos huevos con foie y alucinas. Sin destacar lo más mínimo.

De segundos nos decantamos por:

- Machote. Practicamente con el sabor en el ostracismo. Cada vez estoy más convencido que este pescado solo lo preparan bien en La Chata.

- Lubina. No haré comentario alguno acerca de esto.

La pequeña comió un huevo con patatas (no cobrado) y de postre el coulant de chocolate caliente. Nos dijeron que serían 12 minutos y resultó ser casi una hora. No le hizo especial gracia, así que Mila se lo comió. Por mi parte de postre opte por queso, en cuanto me dijeron que probase el queso de las garmillas... bueno, que probe dos y ni fu ni fa.

Hemos acompañado la comida con un Gosset milessemi 99, a 65€ la botella. No nos ha gustado especialmente, el que bebimos en el Kate estaba mucho mas bueno. No se si serán precio inflados o no, pero en Champagne habia mas botellas de 300€ que de 50€.

Como último detalle, después de los cafés y haber pedido la cuenta te sacan una torta, con un bombon de chocolate negro y chocolate caliente. No se de quién será la idea.... Allí se quedaron, igual que la mesa que tuvimos al lado. Decir que una mesa se levanto nada más finalizar los segundos y para mí, que se piraron sin pagar.

Bueno, no tenía grandes referencias de este sitio. Prefiero mil veces ir al Nuevo Molino. ¿Hemos comido mal? No directamente. ¿Nos han tratado mal? Para nada, muy largo, casi dos horas y media para lo que hemos comido. ¿Volveremos? Ni de coña. Lo proximo de Santander va a ser La Bombi, Cañadio y La Cigaleña. Si La bombi nos falla, borramos Puerto Chico de nuestros mapas jajaja.

La cocina actual de este restaurante destaca por su intensidad, potencia y fuerza. No deja indiferente. Asentado ya el restaurante desde hace años, con una buena bodega, precios razonables , una sala excelente( aunque necesita algunos retoques) y un servicio atento y profesional, se consolida como una buena opción en Santander. Menú 58 euros, con espíritu innovador en algunos platos, equilibrado y con opciones poderososas como el pulpo con remolacha asado( todo potencia y esplendor, textura, quizás demasiada), ravilois de cigalas con aceite de trufa y vieira. Una mezcla habitual por aquí pero tratada con sutileza , queso de las garmillas con anchoa y pan cristal. Excelente Cuco( parecido al cabracho), desespinado y reutilizadas las espinas para darle sabor( no mucho, la verdad) a un carnaroli. Un postre de espuma de gin tonic, refrescante pero que no nos convencio magnífico postre de lácteos en versiones que sí nos satisfizo. Panes ofrecidos con mucha pompa, que , aunque curiosos, deberían mejorar en calidad, dada la imponente presentación,Eso fue todo, quizás la mejor visita de todas.

Dos personas.

La sala es conocida: espaciosa, tranquila, separación de mesas enorme...

El servicio tambien, profesional, amable, educado...

Aperitivos:

Salmorejo, regular, y mejillones con curry, flojos.

Carro de panes a elegir y bastante buenos. Se ha eliminado la cata de aceites, supongo que por la prohibición de las botellas rellenables. Una pena.

A compartir:

Bogavante sobre crema de patata y apio (21,82). En medias raciones, el bogavante bien de punto y rico, pero un fileteado en cocina le hubiese venido bien. La crema correcta, el micromezclun que le acompaña no aporta nada, salvo estética.

Individuales:

Arroz con bacalao y pilpil de trufa (16,36). Excelente, tanto el punto del arroz, como las laminas de bacalao (abundantes) como el pilpil.

Picanton (18,18). En tres formas: ala al tandoori (correcta) muslo relleno de setas (regular) y pechuga plancha (soberbia). El tandodri adolecia de una cierta fuerza, el muslo escaso de sabor y perjudicado (para mi) por un rebozado en ¿frutos secos? que no le aportaba y la pechuga para comerse platos llenos. Irregular.

Bodega

Cerveza Dougals (3,18) y Alhambra (2,73) mientras hojeamos la carta. Hay sed y lo preferimos a los vinos que ofrecen como detalle de la casa.

Sumarroca Cuvee BN (21,82). Excelente.

Dos colombias expreso, solo y cortado, (4,55) con ricos petit fours cierran la comida.

Vajilla y critaleria, de gran nivel.

A los precios, sumar el Iva.

Ya tenía yo ganas de visitar este restaurante y hoy era un día perfecto, luna llena, noche agradable y siendo miércoles suponemos que ho habrá mucho lío.
Curiosa llamada para reservar, 53 minutos al teléfono. Me coge Ramón y sin conocernos de nada, como los dos somos un poco "mudos", entre hablar de una cosa y de otra, hemos estado casi una hora charlando.
La pena ha sido que esta noche libraba y no hemos podido conocernos en persona pero creo que más tarde o más pronto volveremos a visitarles. Creo que este hombre vendería sacos de arena en el desierto si se lo propone. :-)
Elegante local, con unas mesas de tamaño muy sobrado y con una separación entre ellas estupenda.
Muy bien vestidas y tanto la cubertería como vajilla como las copas de un alto nivel. Buena entrada, con muchas mesas ocupadas. Estupenda música ambiente, hoy la de Memorias de Africa, así que mi chica encantada.
El servicio atento, simpático pero sin interactuar y mira que yo se lo pongo fácil. Todos ellos a muy buen nivel.
Estupenda carta de vinos y estupendo servicio del mismo.
Queríamos algo fresco y sencillo hoy para beber y nos han recomendado un Riesling Fritz Haag 2011 pues acertada elección, suave, nariz no demasiado expresiva, de los que se beben con suma facilidad.
Detalle de comienzo en forma de dos copas de cava.
Allí aparecen con un carro lleno de panes, todos ellos con buena pinta, elegimos un par de ellos, uno con frutos dulces y el otro de aceitunas, riquísimos ambos. Al parecer los elaboran ellos mismos.
Como aperitivo nos sacan una Crema de ajo blanco con uvas y jamón muy fresco, suave de sabor y el toque de los trocitos de jamón que le dan esa gracia necesaria. Muy rico.
Ya lo habíamos visto en el Nuevo Molino y aquí nos hacen lo mismo, degustación de 5 tipos de aceite de menos a más intensos, con el pan ofrecido están de muerte.
Salmorejo con bogavante sabor intenso, como corresponde a este plato, el bogavante muy poco hecho. Se puede repetir pero hay que dejar sitio. De nuevo un plato destacable.
Ravioli de cigala y vieira con salsa de cava plato descrito por Isaac que a mi me ha encantado, más el ravioli que hace que la vieira no destaque en exceso.
Tataki de bonito con piparras punto exacto del pescado, sabor a lo que es. Cada día disfruto más con este plato. Esto es preparar el bonito, en su punto. Riquísimo.
Steak tar-tar de ternera del Valle del Esla preparado in situ, dado a probar para ver si queríamos algo más de picante o darle un toque de otra cosa. Estupendo, no necesita nada más, con sabor intenso pero sin exagerar. El problema quizás es que es demasiada ración a estas alturas. Lo acompañan además de unas verduras en tempura en un punto maravilloso que hacen que el plato sea aún más consistente.
De postre, aunque no teníamos demasiado sitio y como la envidia es mala, hemos tenido que probar media ración del plato descrito por Isaac, El viñedo y yo, que soy golosón-golosón, sí he disfrutado del flan de queso. Presentado en piedra con una rejilla y con nitrógeno que hace los mismos efectos visuales del "humo" que el plato del tar-tar de salmón de Solana, muy original.
Como seguimos envidiosos, pedimos una copita de Pedro Ximénez Viejísimo del Maestro Sierra como vuelve a describir en el anterior comentario, denso pero quizás para mi gusto (cosa curiosa) resulte un tanto excesivamente dulce.
Un cortao muy bien preparado y unos detalles dulces para rematar, presentados en dos preciosas piedras, consistentes en bombón de chocolate blanco, galleta de almendra, piruleta de chocolate con fruta y una riquísima gominola de mango
Pequeña charla con el artífice de la cena y nos alegramos infinitamente de la visita. Tienen bien merecida su estrella.

  • Detalles dulces.

    Detalles dulces.

  • Flan de queso y helado de PX

    Flan de queso y helado de PX

  • tataki de bonito

    tataki de bonito

Este viernes decidi cambiar de cocina y acudi al Serbal
Poco de nuevo de comentar este restaurante, por o que no me voy a extender mucho
Un aperitivo de bienvenida tosta con anchoa sobre huevo escalfado ect... invitacion de la casa
Esparragos naturales con mahonesa templada y futomaki de bacalao
perfectos de textura 14.55€
Alcachofas estofadas con mollejas de lechazo y hongos perfectas 14.55€
Merluza Asada con pulpo y pimiento en textura, buwno el pulmo y etc..me daba lo mismo pero la merluza estaba exquisita con un punto de plancha, muy jugosa por dentro 20€
Cochinillo confitado y relleno setas, jamon total perfecto tambien 17.27€
pedi de postre el viñedo, mi acompañante no quiso postre.
Vienen unos arbolitos de chocolate, flan de queso y helado de Pedro Ximenez con tropezones de uva pasa, servido de forma original, nitrogeno liquido, buena puesta en escena. 7.27€
Chupito invitacion de la casa
Vino Dominio del Bendito 23.64€ Veo que los vinos de Toro, pueden encajar en mis gustos perfectamente.

Tras tantas reseñas, poco más se puede decir, por lo que no me extenderé mucho. A mi modo de ver El Serbal, cuenta con muchos de los elementos que caracterizan a lo que debe ser un restaurante notable de Alta Cocina:
Local amplio y cuidado, con una buena independencia entre mesas, que evita esa sensación molestísima de “compartir” conversaciones con las mesas adyacentes.
Una cuidada organización, con un personal entrenado, profesional y atento.
Variedad y calidad de pan, de aceites, de café,….
Y por supuesto, cocina de calidad. En este caso, de base tradicional con medidas incursiones creativas.

Aunque claro, no todo puede ser perfecto: Su emplazamiento exterior es poco atractivo y con motivo de nuestra última visita se produjeron dos pequeños defectos: El punto del pescado estaba excesivamente hecho, lo que le restaba plenitud y frescura y por otra parte el Maitre no nos ofreció, como a las demás mesas de nuestro entorno, hacerse cargo de nuestras prendas de abrigo. Decidimos no concederle importancia al hecho, dado que en el respaldo de las confortables sillas no molestaban, pero no es buen detalle. Tironcillo de orejas, para quien no tengo duda alguna de su capacidad y saber hacer.
En el cómputo global, pesan más los aciertos. Recomendable.

Hacía años que no pasábamos por el Serbal, si la memoria no me falla, diría que unos cinco. El Serbal se inauguró en 1999, y en 2003 consiguió una estrella Michelin que todavía conserva. ES la aventura gastronómica de Fernando Sainz de la Maza en la cocina, y Rafael Prieto en la sala. Nuestra última visita fue antes de la obra que desarrollaron, ganando espacio, y haciendo que puedan llegar hasta los 40-45 comensales. Sábado por la noche y restaurante prácticamente lleno, lo cual es una buena noticia para estos meses complicados para la gastronomía como son Enero y Febrero. Decidimos ir a la carta, ya que ésta vez el menú degustación nos parecía extenso. Una de las razones era haber comido un cocido montañés.

Una vez en la mesa, tienen el detalle invitarte a degustar entre tres variedades de vinos de Jeréz (Amontillado, Oloroso, Palo Cortado) nosotros elegimos el segundo. Es una forma de romper el hielo, de que el comensal se relaje y se prepare para pasarlo bien.

También es de destacar el carro de panes, de los cuales degustamos uno de hogaza blanco, y dos caseros hechos en el restaurante, uno de ellos de ajo y perejil, una pequeña perdición, y otro de cereales. El primero blanco se utiliza para una degustación de cinco aceites de la almazara tarraconense la Boella, que combinan aceitunas arbequina, arbosana y la variedad griega koroneiki. Los aceites se dejan en la mesa durante la mayor parte de la cena junto con la nota de cata, acompañado especialmente con el pan de hogaza blanco de torta.

Comenzamos con un Tartar de salmón con helado de tomate y mostaza, tallarín de calamar y rocas cítricas. Plato que nos recomiendan tomar de izquierda a derecha (ver foto), ya que los acompañantes del salmón van incrementando su intensidad. Desde unos tallarines de calamar hasta un helado de mostaza, pasando por tomate y helado del mismo. Combinación fresca, agradable, sabores mayoritariamente livianos. Una buena forma de comenzar.

El siguiente entrante un ravioli de cigala con vieira a la parrilla, salsa de cava y variedad de setas. Correcto, noto un exceso de ingredientes que hace que no exista un sabor principal que conduzca al resto. Personalmente preferiría sabores más marinos, yodados, sacando más partido de todas las partes de la cigala.

Como pescado, uno muy cántabro, machote a la plancha, con tallarines de calamar y verduras. Este pescado en otras zonas se denomina dentón. Tremendamente carnoso, podemos decir que se trata de un pez poderoso. Tratado a la plancha, y posteriormente al horno. Los tallarines de calamar son una auténtica delicia, aldentes, animan frecuentemente a repetir. El pescado muy fresco, de potente sabor, aunque me hubiera gustado un poco menos hecho; he de decir que la pieza era grande y de forma irregular, lo cual dificulta que el punto sea el mismo en todos los partes. Se acompañó con un Sancerre Côte des Monts Damnés 06 bodegas Hubert Brochard que estaba para beberse la botella aparte.

Para la carne, opto por unas manitas de cerdo rellenas con boletus edulis y castañas con tomate al tomillo. Guisadas, y luego con un toque de sartén resultan de textura tanto crujiente como melosa. Resultado no demasiado contundente, lo cual es de agradecer, pero sin perder sabor. Para volver, y repetir, por ejemplo en esa pequeña barra que tiene el Serbal donde se pueden tomar pinchos elaborados y algunos platos.

Finalizamos con “el Viñedo” que consiste en un flan de queso y helado de Pedro XIménez. Nos pareció mucho más logrado el segundo que el primero, que creemos que realmente que tiene espacio de mejora. El helado resulta original, sabroso, encontrando tropezones de uva pasa.Este postre nos lo acompañó Rafael con un Pedro Ximénez Viejísimo del Maestro Sierra. Un vino sin encabezar (añadir alcohol) de solo 10º, y 50 años en botas de roble americano. Densidad y dulzura. Un vino que se merece una foto.

Como conclusiones, el Serbal sigue manteniendo un alto nivel de servicio, que incluye un magnífico carro de panes, degustación de aceites, gran amplitud de bodega, y un esmeradísimo servicio del vino. Gran separación entre mesas, diría que tanta que puede que reste un poco de calor al local. Desde un punto de vista culinario, destacamos tanto el tartar de salmón como las manitas de cerdo frente al resto de platos.

Además sentimos que en general la elaboración y el sabor de las degustaciones están más asociadas a una cocina tradicional con ciertos guiños de autor, que a una línea evolutiva constante. En este aspecto, puede que hayamos echado de menos una aproximación más actual a ciertos platos.

El Serbal sigue siendo uno de los restaurantes de alto nivel en Santander que se debe visitar con cierta frecuencia (así lo haremos). Destaca la relación calidad precio para ser un restaurante estrellado pudiendo comer a la carta entre 60-70€. Se pueden solicitar los platos en medias raciones para extender el número de degustaciones.

Ya sabéis para ver unas fotos guapas http://www.complicidadgastronomica.es/2013/02/el-serbal-alto-nivel-en-santander/

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar