Quinta visita al serbal y quinto exito.Es una delicia volver a repetir una comida en este lugar en donde el servicio de mesa y la calidad de las comidas es inmejorable,he llevado a comer ayer a un familiar ingles para que valorase nuestra gastronomia ya que francamente comparada con la britanica deja mucho que desear y la verdad esque encanto.Quiero agradecer la amabilidad del personal del Serbal y recomiendo a cualquier persona que vaya a disfrutar.

Increeible sitio fue una comida de negocios estupenda la verdad esque lo visite hace años y desde luego que pienso volver a repetir sin duda,me llevo un conocido y la verdad esque la atencion fue inmejorable ,el servicio fenomeno,es recomendable a cualquier paladar logicamente con una sensibilidad especial por el buen comer.saludos desde santander

Bonito y amplio comedor. Mesas muy amplias y con suficiente separación entre ellas. Servicio esmerado y muy profesional, únicamente se apreciaron algunos defectos.
Buenos y variados detalles (invitación a una copita de Moet Chandom, aperitivos y petit fours). Excelente el servicio del vino, del café, molido a mano en el momento junto a la mesa y espectacular presentación de los quesos de Cantabria.
La comida estaba bien elaborada y los productos de calidad. Cocina de moderna.
Los diferentes tipos de sal y aceite (con carta propia) son un detalle poco frecuente pero de agradecer.
La bodega amplia y de calidad, ofrecen como alternativa a la carta la vista a la bodega para seleccionar personalmente la botella.

Local agradable,comodo y acogedor con opcion para fumadores y no f.;mesas amplias y con buena separacion.Hemos visitado 2 veces la misma semana y las 2 ocasiones hemos salido muy contentos con buena relacion calidad-precio 45 €; pax.Buenos entrates como las anchoas el foie, tartar de bonito, etc.y de pescados y carnes excelente materia prima destacando unos chipirones que lo recomiendan de entrada ;una presa iberica jugosisima.Postres a 5 €; todos recomendables muy refrescantes con detalles como probetas y siempre terminan con petit fours.Carro de cafes que te lo ofrecen expreso o molido al momento.Te ofrecen elegir el vino visitando la bodega con buenos precios y variedad actualizada.En las 2 visitas nos ofrecieron una copita de champagne moet-chandon rose de obsequio de la casa y una carta de cinco aceites para degustar.

Nada del otro mundo mas de lo mismo estrella estrellada,hacen falta novedades en una ciudad clasica un clasico .la comida normal,materia prima barata bien tratada sin sorprender.esperaba otra cosa.buena acogida y buena bodega servicio justo y lento.me gusto un risoto y el cafe.

Local muy agradable, bonita decoración, mucho espacio entre mesas, copas Riedel.

Magnífica comida, con puntos de cocción precisos y originalidad justa para agradar sin asustar a los más tradicionales. Detalles como disponer de 5 aceites y 4 sales para aliñar algunos platos, o elegir el café y que te lo muelan a mano y preparen allí mismo, con sus petit fours correspondientes.

La carta de vinos, muy bien, aunque tal vez un poco corta para un restaurante de su categoría.

En cuanto al servicio... bien, si no te sales del guión. En nuestro caso, un problema con la mesa (en zona de no fumadores, cuando la queríamos en fumadores), otro con un postre (alergia a un ingrediente, con algún problemilla para cambiar de postre), otro con la añada de un vino (2003 en lugar de 2002) y otro con el café (al no disponer de mesa en zona de fumadores, nos proponen ir a tomar el café a la barra. Pero una vez allí el café ni lo podemos elegir, ni lo muelen, ni tiene petit fours, ni nada. Ni nos ofrecen la posibilidad de tomar un licor).

En definitiva, que salimos bastante decepcionados, sobre todo porque el responsable de todos los problemas (el jefe de sala), es uno de los propietarios. No sé qué ocurriría si fuera un empleado...

Fantastica comida degustamos este agosto pasado en este restaurante de Santander. La atención tanto de Ramon como de Rafa Prieto excelente. El menú degustacion muy equilibrado y para maridar con vinos blancos y champagne (si esceptuamos el cerdo con el que tomamos un tinto). un sitio para visitar si estas en Santander.

Local amplio, moderno, elegante y lujoso con gran espacio entre mesas y excelente acondicionamiento. Decoración sencilla y funcional.
Cocina de mercado y temporada de corte moderno, perfectamente ejecutada, de excelentes materias primas y elegante presentación. Tomamos el menú degustación (55 euros) una obra de arte culinaria que constaba de 7 deliciosos actos. Un oasis de sabores y texturas, perfectamente orquestado y de una impresionante regularidad. No hubo altibajos. Sublime. Si se come a la carta también existe una buena oferta, pero el menú es la mejor opción. Ofrecen una fabulosa selección de aceites y sales.
Carta de vinos de excelente maquetación, además existe la posibilidad de ver para elegir todos los vinos en la bodega, lo cual es muy interesante pues muchas veces una imagen vale más que mil palabras. Sólo una oferta algo exigua para un local de éste nivel le penaliza un poco. Hay buena oferta tanto nacional como extranjera, pero en éstos niveles hay que exigir más. Precios correctos para el nivel de local (tomé un gran Riesling Trocken 2004 de Dönnhoff por 24 euros). Copas y vajilla de buen nivel y servicio del vino y mesas a la altura del restaurante.
Y para finalizar disponen de una gran selección de cafés y espirituosos que no hacen sino redondear un almuerzo inolvidable.
Maravilloso restaurante que además atraviesa un excelente momento. Sólo una carta de vinos no muy profunda para su nivel no le hace alcanzar la casi perfección. Visita imprescindible.

No sé si es porque fuimos al mediodía y no por la noche, pero nuestra visita si que fue un éxito.
La carta de vinos corta, pero con algunas cosas interesantes. Servicio del vino correcto y con copas adecuadas.
La comida nos encantó, especialmente un plato de cordero que estaba fabuloso. Llevé a comer a mi padre, que no puede comer con sal y aún así sus platos estaban muy sabrosos (yo también los probé por casualidad)
Por poner un pero, el servicio bastante irregular, unos camareros muy profesionales pero otros muy poco.
Si duda, cuando vuelva a Santander repetiré.
Puntuación: 4, 4,5 y 3,5 (en el último penaliza lo comentado del servicio)

Tres visitas, tres fracasos

mal servicio, hacen esperar mucho, sin apenas hacer caso,
sirven el vino rápido, despues muchas espera, hasta que sirven los platos, por lo general frios
mucho humo, no existe zona separada de fumadores o no fumadores. en ocasione celebran pequeñas bodas,o eventos de bgrupos , no avisan al hacer la reserva , y la cena, se puede convertir en una tortura.