Restaurante El Serbal en Santander
Restaurante El Serbal
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
49,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
75 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.5
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.9
Comida COMIDA
7.3
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
6.9
Detalles dulces.
Flan de queso y helado de PX
tataki de bonito
Opiniones de El Serbal
OPINIONES
45

El pasado mes de agosto estuve de vacaciones con mi esposa en Cantabria, magnífico pais, donde la armonia de sus tonalidades verdes y azules configura unos paisajes de una belleza excepcional, como igualmente lo es la calidad de los productos de su amplia oferta gastronómica . Como en cada uno de nuestros viajes hemos aprovechado para descubrir nuevos restaurantes. Sobre 20 visitados, todos de un buen nivel, hemos seleccionado 8 : 2 en la Marina Occidental (Annua y Casa Uzquiza), 1 en Liebana (Hotel El Oso), 2 en la Transmiera ( El Galeon y Juan de la Cosa), 1 en Santander (El Serbal), 1 en los valles de Saja-Besaya (Meson La Bolera), y 1 en la Marina Oriental(Casa Felipe). (Visitar cada restaurante para leer nuestra opinión)

Trás haber leido diversas opiniones de otros miembros de Verema, decidimos ir a descubrir el Serbal. Fuimos un jueves al mediodia. Llegamos a las 13h30, fuimos los primeros comensales. La sala en la que nos colocaron era amplia, con mucha luz natural y nos pareció muy acogedora. Las mesas bien separadas las unas de las otras. El Servicio, excelente, muy profesional.
Diferentemente de lo que hacemos normalmente cuando vamos por primera vez a un restaurante de esta categoria, optamos por dejar de lado el menú degustación y nos decidimos por la carta. Primeramente nos ofrecieron como detalle de bienvenida un fino del Maestro Serra, acompañado de unos snacks.
A continuación nos sirvieron 5 tipos de aceite para degustacion, que dejaron en la mesa durante todo el agape. Al mismo tiempo nos trajeron en un carrito una seleccion de diferentes tipos de panes. A diferencia de la mayoria de restaurantes, el pan te lo presentan en barras y te lo cortan en rebanadas a medida que lo solicitas . Todos los tipos de panes que probamos eran muy buenos.
Como entrantes pedimos, mi esposa un ravioli de cigala y vieira con salsa de cava y yo un pulpo a la plancha en su jugo, que nos presentaron en 4 medias raciones para compartir lo que finalmente aunque no lo hubieramos pedido asi, resultó muy acertado. Tanto un plato como el otro fueron excelentes, pero con un plus para el ravioli de cigala y vieira con salsa de cava que se merece un sobresaliente, el pulpo preparado de esta manera, no es el mejor que hayamos comido, pero le damos un notable.
De segundo tomamos, mi esposa, una degustación de tres bacalaos : calidad perfecta y buena cocción, pero falto de imaginación en la creatividad del plato; yo tomé, recomendado por el maître, el pescado del dia, un rodaballo a la plancha: perfecta cocción, excelente, un sobresaliente.
De postre tomamos un helado de queso sobre coulis de frambuesa, y un viñedo.
Acompañamos la comida con un Alda selección Parellada 10 y una botella de agua de Solares. Terminamos con 2 cafés y sus mignardises.

Total 66,25€ por persona, buena rcp. Restaurante muy recomendable. De obligada visita si se está en Santander. Se merece su estrella Michelin y Repsol.

...,después de 2-3 meses, pude aceptar la invitación pendiente en El Serbal. Dicen que lo bueno se hace esperar. Ya lo creo. No era por falta de ganas, desde luego. Éramos 2 comensales. Me habían recomendado el Menú Dom Perignon, cuyo nombre da las pistas del maridaje (opcional). Hay otro menú Degustación. Pero optamos por la carta: 2 entrantes a compartir. Luego un jargo y un steak tartar, que apareció en el carrito de elaboración justo antes de empezar con los primeros platos. La carne cortada en daditos pequeños, luego el arte de prepararlo, todo en un gran bol encima de hielo, donde reposará al fresco y tapado el tiempo de marinar y mezclarse los sabores. No es fácil lograr este punto. Descartar de los primeros un carpaccio de wagyu con virutas de foie. Luego un arroz con becada, muy original en su presentación envuelto en pasta, como si fuera un ravioli gigante, ya que no ves el arroz. Y encima un trozo de foie. Al levantar o cortar, sale el perfume de la preparación. Muy bien. El tartar, auténtico para quienes gustan de este plato, más logrado a mi juicio que el pescado, y acompañado de témpura de verduras en su punto. Todo eso regado por un Alda Selección (pinot noir) de Sumarroca (Penedés) elaborado especialmente para la casa y escogido por recomendación del sumiller, a quien seguimos haciendo caso para terminar con…un blanco que pueda acompañar el final de los platos principales y los postres, es decir necesitado de un punto muy particular de acidez . Un éxito: Fritz Haag 2005, un magnífico y adecuado Riesling alemán de la Mosela. Mi postre era un “brazo de gitano” -nada que ver con el clásico- con helado de whisky: me encantó Y no soy de dulces). Y el otro: leche frito, en cubitos y envueltos en pasta brick. Ese Riesling resaltó perfectamente los sabores de los postres. Solo recordar y aún lo saboreo. Unos GT, con el carrito de las bebidas además del surtido de panes, la cata de aceite, la amplia oferta de cafés, molidos en el momento, etc...Todo eso ya descrito por otros, pero que al verlo, hace que vives un momento realmente agradable y un placer continuo desde que entras en el restaurante hasta que te despides del personal que te atendió.

Nada más abrir la puerta y entrar, al presentarnos, el maitre saludó a mi chaval por su nombre de pila. Me imagino que ya nos tenían "fichados" por haber estado la noche anterior en El Nuevo Molino (comparten dirección). Se presagiaba que íbamos a estar nuevamente como en casa, y así fué.

Local mucho más convencional que su hermano, amplio, con mucha separación entre mesas. Pocas mesas ocupadas y todas en el mismo salón, el más pequeño y exterior, lleno de luz natural.

Nuevamente el servicio es profesional, atento y simpático: Sobresaliente.

Nos recibieron con una copita de amontillado Maestro Sierra fresquito.

Al contrario que en El Nuevo Molino, el pan se presenta en barras y no en panecillos individuales. ¡Pero qué panes tan buenos!. Cortan las rebanadas según vas seleccionando. Buenísimo el de gallofa.

También se repite la prueba de los mismos cinco aceites, debidamente etiquetados y comentados, y que no retiraron durante la comida. Nos gustaron un excelente picual de Jaén (equilibrado amargor) y un sorprendente aceite del pago "La Boella" (Tarragona) de la variedad arbosana (muy afrutado y suave).

Comida para 3 personas:

- Un detalle de la casa como un refrescante gazpacho de fresas.

Entrantes:

- Menestra de alcachofas y cardo rojo con langostinos al tomillo (a compartir entre dos): No me hubiera importado repetir. Nos encantan las verduritas con ese punto al dente. El langostino, pelado hasta la cola, quedó en un segundo plano.

- Arroz negro con cachón y langostino en témpura al suave ali-oli (a compartir entre dos): Nunca había probado un arroz negro tan potente de sabor. Le vino bien el ali-oli, fino y suave de sabor, servido aparte en una cazuelita de cobre.

- Pasta fresca con papada confitada, yema a baja temperatura, trufa y parmesano: Unos tallarines perfectos de punto de cocción. Mi chaval, alucinaba con los diferentes sabores.

Segundos:

- Degustación de tres bacalaos (pil-pil, club ranero y ajo arriero): Muy buena la prueba con tres de las clásicas elaboraciones del bacalao. Perfecto el punto del bacalao.

- Lomo de venado asado con foie-gras y membrillo con maracuya: Estupendo el punto de la carne; aún siendo tan magra la pieza, resultó jugosa. El foie-gras demasiado pasado y salado.

- Steak tartar de ternera del Valle del Esla con témpura de verduras: Muy bueno el punto del tartar. La carne en mini-daditos, por lo que no resultó cremosa la textura en la boca. Bien integrados los diferentes componentes, sin sobresalir ninguno. Maravillosa la tempura, además de variada.

Postre:

- Helado de queso sobre crema de frambuesa y crujiente de almendra: Muy suave el helado y compenetrado con la confitura de frambuesa.

- Crujiente de leche frita con vainilla de Tahití y bergamota: Perfectos los trocitos de leche frita. Muy fina la fritura, sin grasa.

La carta y servicio del vino es como la de El Nuevo Molino. Comparten formato, vinos y precios, yo diría que al 100%. Precios razonables (no llega a x2). También me ofrecieron visitar la bodega. Tomamos El Sequé 2007 (26€ + IVA). Me lo dieron a probar en copa de cata. Servido quizás un pelín alto de temperatura y en aceptables copas Schott.

Precio total: 169.50€ (inc. pan y servicio a 3.50€ por persona, vino, una botella de agua Bezoya 3.00€ y un refresco).

Nota: También tienen carta de aguas y de puros, tés e infusiones, además de vinos de postre y licores.

Nueva visita a este restaurante, cuatro comensales un miércoles al mediodía.

Tras echar una ojeada breve a la carta, decidimos ponernos en manos del responsable de sala diciéndole: pónganos lo que usted estime oportuno (no había ninguna alergia ni productos no deseados) y nos marida los platos:

Y esto que enumero a continuación fue el resultado, tras unos finos y una cata de distintos aceites:

Aperitivo: Crema de hongos con setas salteadas
Entrantes:
- Bogavante con crema de apio y mezclum de lechugas con vinagreta de trufas y castañas.
- Arroz con becada, pasta fresca y foie gras a la parrilla con verduras asadas
Pescado.: Lubina a la parrilla con setas y verduras
Carne: Cabrito a baja temperatura, su jugo y manzana asada
Postre: Fresas confitadas con helado de queso

Vinos. Para Aperitivo y Bogavante (Fritz Haag Riesling Kabinett 2009 Moselle)
Para el Arroz ( Larmandier Bernier Champagne Premier Cru)
Para la Lubina ( Manuel Manzaneque F.B. 2005 Chardonnay)
Para la Carne ( Coca y Fitó 2007 D.O. Montsant)
Para el postre ( Chateau de suduirant 1998 Sauternes )

En cuanto a los platos, todos a muy buen nivel, con excelente presentación y como ha sido así en otras ocasiones, no me llamó tanto la atención.

En esta última visita, dejando de un lado la comida, me ha sorprendido muy gratamente el servicio, que creo que ha evolucionado a mejor:

Primero el conocido carro de panes, con la explicación detallada de la forma de elaboración y composición de cada uno de los tipos de panes que presenta.

En cuanto al responsable de sala, si hubiese en el comentario un apartado para la puntuación de su trabajo, evidentemente no hubiese dudado el asignarle un diez, y con ello pienso que está todo dicho.

Los cafés de nuevo en su carro, con explicaciones y elaborados en nuestra presencia tras moler el café previamente, de forma manual.

El servicio de sala, eficiente, con discreción y llevando el tiempo entre plato y plato de forma magnífica.

Sigue siendo una referencia indudable en la capital cántabra este restaurante, que presume entre otras distinciones de haberle otorgado una estrella desde el año 2003. Ha medida que ha ido creciendo en espacio se puede observar que han ido separando mas las mesas, lo cual hace muy agradable la estancia. Lo habitual suele ser aprovechar para introducir mas mesas.

La comida se cerró con Gin Tonic de Martin´s Miller con fever tree, preparados perfectamente y con unos petit tours.

Visité el Serbal con mi mujer y nuestra peque de 6 años.

El local, casi totalmente interior, en los bajos de un bloque residencial de esos que son una penitencia para los que somos arquitectos, junto al Mercado de Puertochico. Las mesas a una distancia correcta, la iluminación, escasa.

El montaje, sofisticado, con un toque exótico. Un acierto esos carritos auxiliares en cada mesa y para servir el pan.

El vino, un Casona Micaela 2009 de Cantabria, mezcla de Riesling y Albariño, sorprendente y muy bien de precio.

En cuanto a la comida, irregular, raciones correctas en cuanto a cantidad, acertados los entrantes pero flojos los pescados que pedimos mi mujer y el que suscribe como platos principales. Concretamente, mi Jargo (o Chopa)sobre cama de maganos (chipirones) de potera, poco acertado en la combinación, aunque cada uno por su lado podrían funcionar bien. La peque se tomó un cochinillo que estaba estupendo.

El servicio tan exótico como el local, la mitad de él verdaderamente excelente, pero la otra mitad para olvidar.

Estuvo bien para probar, pero lo encontré un tanto sin alma.

Como nota final, los aseos, uno por sexo, en cabina todo en uno, impecable al iniciar la comida, pero muy perjudicada al final de ella, en cuanto a olor y en cuanto a limpieza.

Nueva visita a este restaurante, 7 meses mas tarde que la anterior.

En esta ocasión nos hemos decidido por producto clásico tratado en una cocina evolucionada.

Siguen con la táctica, a mi criterio acertado de ir separando los comensales por las 3 salas, para que cada mesa tenga su propio clima, pero sin desatender a nadie (curiosa, desafortunada y frecuente costumbre, es la contraria de poner a todos juntos)

Siguen con el detalle de servir el pan con su carro, tal como describí en la anterior ocasión.

Tras un aperitivo de la casa, tanto de cucharita como una copa a escoger, entre vinos de solera en 4 posibilidades distintas, optando los 3 comensales por fino.

Confeccionamos un menú con:

Sopa de cebolla con vieras a la parrilla y setas salteadas.

Bocartes del Cantábrico emparrillados.

Ventresca se atún rojo con melocotón encebollado y confitado con Modena.

Cabrito en dos cocciones con timbal de repollo y emulsión de ajo.

Helado de queso blanco sobre coulis de frambuesa.

Como podéis apreciar ha sido producto clásico y temporada; sopa de cebolla, bocartes “de aquí”, ventresca de atún, cabrito y helado de queso.

Todos los productos muy bien tratados, con persistencia de sabor y muy buena presentación.

Dos cafés, con un servicio esmerado, carro de los distintos cafés, explicación detallada de cada origen y molido en ese momento y un te, con su correspondiente carta de tes.

En cuanto al vino, carta similar al anterior comentario, decidiéndonos en esta ocasión por Sancerre Vielles Vignes 2003 (Sauvignon blanco).

Agua de Vila de Turbon.

Restaurante con barra no abierta al público en general, amplia, con buena atención para la espera de acceder a la sala.

La zona de comida dispone de 3 salas distintas, nos instalados en una mesa amplia 3 comensales, junto a una cristalera que da a la calle, con buena luz natural por tanto.

Mesa bien separada de las vecinas, amplia, bien vestida, cristalería a buen tono al igual que la vajilla.

Aperitivo previo como detalle de la casa, con fino, palo cortados, oloroso, etc.…

Carta con posibilidades de mas de un menú junto a la carta en si.

Tras un detalle de la casa: pimiento de piquillo relleno de hongos.

Optamos primero con 2 medias raciones: Pastel de esturión, caramelizado con hongos y manzana y Hongos con foie al oporto y verduras al dente.

Como se puede observar, optamos por los hongos y el foie.

Las 2 entrantes, con gran nivel, destacando ligeramente por encima el plato del esturión.

De plato 2 ross beef de guayu, que no nos dijo nada y lechazo con buen nivel.

De postre, helado de queso con base de frambuesa, con muy buena cremosidad y con gran nivel.

No observé la carta de vinos, al optar en dejarnos aconsejar de entrada por el maître-sumiller por: Pulchrum Crespiello 2002 y Robert Klingenfus Gewurztraminer Alsace grand cru bruderthal 2008.Gran acierto

Buen nivel del capitulo del vino tanto en copas, como el servicio en si, copas envinadas etc.…

Como detalle el capitulo de panes, donde se acude con varias posibilidades, pero con la particularidad de ser en piezas grandes y explicando la composición y características de cada uno de forma pormenorizada.

Con los cafés hay buen servicio.

Los servicios algo justitos para el nivel del restaurante.

Estuve en el serbal hace 6 meses.al entrar ya notas que todos los detalles estan cuidados al maximo,las mesas son amplias ,el local sin ser muy grande da sensacion de amplitud.nada mas sentarte recibes un trato super profesional.la diversidad de panes que te ofrecen y te cortan delante tuyo es sensacional.luego vienen los aperitivos increibles.yo tome una ensalada con ostrasy lechugas que era muy lograda ,despues tome el famoso salmon con humo, que aroma ,que sutileza.de postre probe,porque me lo habian recomendado el garrapiñado de pistachos.los cafes e infusiones son imopresionantes,por variedad y presentacion ,la bodega que se visita es increible.en fin el serbal merece una visita,y enhorabuena sois un ejemplo a seguir

Es el restaurante cántabro con mas valoraciones en el foro y acertadísimo estrellado Michelín desde hace años.Como nota menos positiva diré que carece del encanto y el romanticismo en cuanto a arquitectura y decoración que rezuma su hermano "El Nuevo Molino" ambos bajo la misma dirección pero es lugar de referencia sin duda en la gastronomía santanderina por méritos propios.

Sobrio,elegante y cosmopolita en su decoración,no me pareció que la separación entre mesas fuera escasa sino al contrario,notable.Visita en fiesta de Reyes,con el local lleno y sin sensación de agobio alguno.Todo está estudiado al detalle,tanto en la comida como en el servicio(siempre sirven las mesas al menos 2 camareros,no llevando ninguno más de un plato en la mano).Desde el primero hasta el ultimo momento nos ofrecieron un esplendido servicio profesional y un inmejorable trato.

La carta de platos es corta(no mas de 10 entrantes,5 pescados y 5 carnes + postres)pero muy bien estudiada con algunos platos fuera de carta(avestruz,wagyu,pescado del día,etc)lo que unido a la afluencia de público permite una rotación de los alimentos que garantiza su calidad y frescura.

Menú degustación compuesto de 5 platos mas 2 postres,todos de un nivel sobresaliente destacando a mi gusto el Parmentier de setas con queso trufado y la merluza emparrillada con vieiras y setas en salsa de trufa así como el helado de after eight, a un precio mas que ajustado para su calidad.Todo esto +aperitivo bienvenida+carro de panes+degust de aceites,56€+IVA.Coincido con anteriores comentarios en una falta de profundidad de la carta de vinos para un sitio de su categoría aunque me di también por satisfecho.

De beber,aperitivo de la casa(acertadísimo)de vinos del Maestro Sierra,Donnhoff riesling 07,Piedra Negra 99(malbec argentino de J&F Lurton,muy pero que muy bueno)Christoffel Erben auslese GK 2003(gran recomendación de María,la sumiller)a precios correctos.

Mas de 3 horas de comida que se hicieron cortas.
Gracias a todo el equipo.Volveré

Correctas instalaciones, en que tal vez podamos criticar el estar demasiado pegados unas mesas con otras. Aperitivos, degustación de aceites y copa de champán (Moet) por cortesía de la casa.
Tomamos el menú degustación, que estuvo correcto, acompañado de Selosse Brut, la carta de vinos nos pareció un poco corta para un restaurante de esta categoría y muy volcada en algún tipo de vinos, con pocas referencias de vinos internacionales, la degustación de quesos artesanos un poco escasos que maridamos con unas copas de Pedro Ximenez, y Oportos, el postre de fresas lo maridamos con un Cognac, al que nos invitaron.
La sensación general es buena, pero no llega a enamorar

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